Cuenta la leyenda que los cardones que hay en los valles, en especial en el camino a Amaicha del Valle, son indios, que convertidos en plantas, aún vigilan los valles y los cerros.
Ellos velan por la felicidad de sus habitantes que, de esta manera, nunca más serán perturbados por extraños en conquista de tierras.
Pero más trágico es saber cómo se convirtieron en plantas.
Se cuenta que en épocas de la conquista, el Inca, al ver que los españoles estaban dominando y martirizando a su pueblo, envió emisarios a los 4 puntos del imperio para organizar las tropas y así dar un golpe mortal al invasor.
Los valientes indios esperaron y esperaron y vieron, desorbitados, pasar las tropas europeas sin recibir la orden de atacar....
Pasó el tiempo y, desolados, quedaron en sus puestos....
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Se dice que aún hoy estos estoicos vigías esperan la orden que nunca llegará...
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