sábado, 5 de julio de 2008

EL TUNJO





Mito menor. Los tunjos son piezas antropomorfas, de orfebrería prehispanica.

Se dice que se presenta en la forma de un bebé inofensivo, llorando, a la vera del camino, en los grandes caminos reales, en el cruce de un bosque o de una quebrada, en las inmediaciones de unas ruinas o casas abandonadas, a la orilla de las cachaqueras o de los ríos de Tolima.

El Tunjo, después de todo, no hace más que asustar a las víctimas, al parecer inconscientemente, pues según se entendía él sólo buscaba a un protector que lo cuidara y mantuviera, para él, a su vez, hacerlo rico.

Naturalmente para que el escogido tuviera derecho a esa oportunidad de enriquecerse tenía que soportar alguna prueba, y el caso era que el niño se presentaba llorando desconsoladamente a la orilla del camino, tirado en el suelo precisamente cerca de donde ha de pasar el solitario viajero a quien ha de aparecérsele.

Si la persona pasa de largo el niño lo alcanza y si va de a caballo se le monta, dándole así el susto consiguiente y del cual no puede librarse sino corriendo desesperadamente o rezando.

Otros se bajan de la bestia, lo recogen con mucho cuidado, con el consiguiente estupor de encontrar una criatura así abandonada y con lo cual el niño deja inmediatamente de llorar y, en seguida, ante el asombro de su inmediato protector, le habla muy claro, diciéndole:

-Papá, mire que ya tengo "ñentes".

Acto seguido abre la boca, por la que se escapa una gran llamarada.

El hombre tira la criatura y huye despavorido.

Pero, en cambio, aquel que conoce ya el truco y ha estado precisamente esperando una oportunidad como aquella para enriquecerse, y que mucho la ha buscado en los lugares solitarios a deshoras de la noche y en noche de Viernes Santo, procede inmediatamente a hacer lo siguiente: rápidamente recoge la criatura y sin darle tiempo a más se moja el pulgar con saliva y lo santigua diciendo solamente:

– Yo te bautizo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

El niño queda inmediatamente convertido en un precioso muñeco de oro.

El que coge así un Tunjo se vuelve inmediatamente rico de la noche a la mañana. El muñeco debe ser cuidadosamente guardado en una caja entre rezos y conjuros especiales; la caja debe ser bastante segura y con un compartimento suficiente para la alimentación de su ocupante. Porque el Tunjo come como un ser viviente y defeca asimismo todos los días, pero valiosos trocitos de oro macizo, con el cual se va haciendo inmensamente rico su dueño.

Su alimentación consiste en cierto grano o semilla muy semejante al comino, pero más pequeño, que crece en las faldas de las cordilleras.

La alimentación no debe faltar, ni sus cuidados, ni sus ritos de posesión, porque si no éste se embarca en medio de una tormenta infernal y torrencial lluvia, con la cual crecen los ríos y quebradas saliéndose de sus causes hasta dar con el muñeco, el cual se embarca en las embravecidas aguas, tocando tiple y cantando melodiosamente.

viernes, 4 de julio de 2008

TREPANACIÓN CRANEAL





LOS INCAS FUERON DIESTROS CIRUJANOS


Los especialistas estudiaron 11 yacimientos en el Cuzco.

Dos antropólogos estadounidenses confirmaron que los cirujanos incas poseían una técnica altamente sofisticada para practicar trepanaciones de cráneo, con una elevada tasa de supervivencia.

Valerie Andrushko, de la Universidad de Conecticut y John Verano, de la Universidad de Tulane, estudiaron 11 yacimientos en el Cusco, Perú, en los que encontraron 66 muestras de trepanaciones de cráneos.

Algunos de los individuos habían sido sometidos a esa técnica en más de una ocasión, por lo que los expertos examinaron 109 perforaciones craneales.

El resultado del estudio -que aparece publicado en el American Journal of Physical Anthropology- indica un 83% de supervivencia entre los que se sometían a la trepanación y una escasa prevalencia de infecciones, lo que se atribuye al uso de antisépticos naturales.

Campo de batalla.

Durante las intervenciones, se utilizaban la coca, el tabaco y la cerveza de maíz para ayudar a reducir el dolor.
Con el propósito de controlar las infecciones, se usaban bálsamos y plantas que contenían el compuesto llamado saponina, que tiene propiedades antisépticas.

En la mayoría de los casos, las trepanaciones se practicaron a soldados heridos en el campo de batalla, aunque también se encontraron cráneos de mujeres, lo que podría sugerir que la técnica se empleaba para tratar males como la epilepsia o infecciones craneales.

A diferencia de en la cirugía moderna, la perforación no se hacía con un taladro, sino con una técnica de raspado.
Con el paso del tiempo las técnicas se fueron perfeccionando y ya para el año 1400 se cree que la supervivencia a la operación se acercaba al 90% de los casos.

jueves, 3 de julio de 2008

ALUXES




En la cultura maya los Aluxes son una clase de duendes.

Se les describe como seres pequeños de piel clara, con todas las características de los adultos, pero de talla inferior a la de los niños.

Los aluxes son guardianes de un templo de piedra en el centro de la ciudad perdida en la selva donde habitó la civilización maya.


LOS ALUXES


En las noches cuando los hombres se entregan al sueño hay criaturas que salen al mundo.

Los Aluxes brotan a la luz de la luna. Pocas personas los ven, porque son ágiles, ligeros y traviesos.

Su vida es un continuo jugar.

Les gusta chapotear en las aguas, siempre están sonrientes y con ganas de desconcertar a los humanos.

Si de casualidad topan con gente empiezan a molestar con travesuras, tiran piedras y esconden pequeños objetos.

Con sus risas descontrolan la serenidad y si se asustan, son capaces de armar una algarabía mayúscula.

En esos momentos hay que permanecer tranquilos a sabiendas de quién se trata.

Hay que tener paciencia y tratarlos con bondad.

Si se hace, se tiene asegurado el porvenir.

Las noches no se van a ver inquietadas con la idea de que un mal viento pueda arrasar la casa. Ellos van a estar allí para protegerla.
O que una plaga de ratones termine con el maíz del granero.
Los Aluxes no lo permitirán.

Pero si alguien piensa que se trata de animales o de malos espíritus y trata de ahuyentarlos se vengarán bailando en la milpa hasta destruir los sembradlos o armarán tal alharaca que la quietud de las noches se perderá para siempre.

Desde tiempos inmemoriales han convivido hombres y Aluxes. Como no los vemos en el día no hay una idea clara de cómo deben ser tratados.

La tradición nos dice.

Hay que regalarles comida y cigarrillos, o poner fuego, después de sus juegos en el agua tirita de frío. Colocar una jicarita con miel o pozol. Son golosinas que los pierden.

Redituarán al ser que los atiende con cuidados hacia él, su familia y sus campos.


ADAPTACIÓN MARKO CASTILLO

miércoles, 2 de julio de 2008

CAPILLA LA MONTONERA



Está ubicada en calle Catamarca y 24 de Septiembre

El origen de esta capilla se debe a la devoción de la familia Sotelos, quienes construyeron un Oratorio para venerar a María Santísima, en su advocación de la Virgen de la Merced.

Esta devoción se vio acentuada por la concurrencia del General Antonino Taboada y sus soldados que pedían protección en ocasión de salir a las luchas por la organización nacional.

Cuenta la historia que, tras triunfar en la batalla de Pozo de Vargas (La Rioja –1867), las tropas de Taboada concurrieron a agradecerle con sus oraciones a la Virgen.

Desde esa época se le llama "Virgen de los Montoneros".

Posteriormente se hizo costumbre la formación de soldados para celebrar a la Virgen, sobre todo en las procesiones en las que la imagen se lleva al templo de la Merced, acompañada por música y banderas argentinas.

El 26 de septiembre de 1940 el Oratorio fue declarado Monumento Histórico Provincial, en virtud de la Ley Provincial Nº 1595.

martes, 1 de julio de 2008

TSURU NO ONGAESHI


Hace mucho, mucho tiempo, en algún lugar vivía una pareja de ancianos muy pobre.

Un día el anciano oyó el grito de una grulla que había caído en una trampa.

El anciano se compadeció al verla y decidió soltarla.

Esa noche le contó a su mujer sobre lo ocurrido y ella le dijo:

-"Hiciste bien. Yo también estoy contenta"-, y los dos se pusieron alegres.

En ese momento, alguien llamó a la puerta: "toc toc...", el anciano salió y encontró a una chica muy bonita que dijo:

- "Me desorienté en el camino, ¿Podría quedarme en su casa esta noche?"-.

Los ancianos que eran muy amables no dudaron en invitarla a dormir.

Esa noche los tres conversaron y ella les contó que no tenía casa a donde ir ni familia con quien estar. Los ancianos le propusieron: "¡Queremos que seas nuestra hija!"

Ella se puso muy contenta. Al rato los tres se fueron a descansar.

Al día siguiente, la chica se levantó muy temprano para preparar el desayuno, pero no había ni arroz ni "miso".

En ese momento, la chica divisó un telar en una habitación contigua y en unos instantes se empezó a oír el sonido del telar mecánico.

Cuando los ancianos se despertaron, la chica les entregó una pieza de tela bellísima diciéndoles: "vendan esta tela y compren lo necesario para vivir".

Ellos se sorprendieron y estuvieron muy contentos.

El anciano recibió mucho dinero a cambio de la pieza de tela, ya que ésta era muy bonita, y compró lo necesario para vivir además de un peine muy bonito para la chica.

Esa noche los tres estaban muy contentos y se quedaron conversando hasta muy tarde.

En eso el abuelo dijo: "Ya vamos a dormir", pero la chica contestó:

"Yo voy a continuar trabajando un poco más". -Los ancianos se sorprendieron y le dijeron:

"¡No! hoy ya no trabajes! es mejor que descanses".

La chica contestó: "Quiero hacer más piezas de tela para ustedes pero quisiera pedirles un favor, no entren a la habitación cuando esté trabajando."

El anciano preguntó sorprendido: "¿Cómo? ¿No podemos verte trabajar?".

La chica contestó: "No, por favor, quiero que me prometan que no lo harán."

Los ancianos no entendían la razón por la cual la chica les pedía eso pero asintieron con la cabeza.

La chica tejía cada noche una pieza de tela que se vendían como "pan caliente", pero cada día se ponía más delgada y no tenía ánimo.

El anciano le decía:

"¡Tienes que descansar, no trabajes demasiado!",

pero la chica respondía: "Voy a seguir trabajando sólo un poco más" y entraba en la habitación.

Los ancianos no podían dormir pensando en la salud de la joven.

Una noche, el anciano no pudo contenerse y dijo: "Voy a verla",

la anciana replicó: "Tenemos que cumplir con nuestra promesa".

El anciano, haciendo caso omiso a su mujer, se dirigió a la habitación en donde se encontraba trabajando la chica.

Miró a través de la puerta que estaba entreabierta y para su sorpresa divisó a una grulla trabajando en el lugar.

La grulla utilizaba su pico para quitarse plumas, las cuales las utilizaba para decorar las hermosas piezas de tela que hacía. Esta advirtió que estaba siendo observada y se disfrazó nuevamente de mujer.

La chica abrió la puerta y se dirigió al anciano: "Yo soy aquella grulla que salvó de la trampa. Por salvarme la vida quise devolverle el favor y para ello se me dio la oportunidad de convertirme en un ser humano por una sola vez y venir aquí, pero ya no puedo permanecer aquí con ustedes. Deseaba convertirme en su hija para siempre".

La joven volvió a tomar su apariencia original de grulla y levantó vuelo.

El anciano al verla volar pensó:

"Perdóname. ¡No nos olvides!" y le lanzó el peine que le había regalado".

La grulla lo cogió y se fue volando.

lunes, 30 de junio de 2008

“EL CACHIRÚ”


En la cultura popular argentina, en la región de Mailín (Santiago de Estero), el Cachirú es una divinidad maligna y se la representa con la forma descomunal de un lechuzón de poderosas garras y agudo pico.

Su plumaje es gris obscuro, sus ojos, enormes y fosforescentes, brillan en la sombra.

Esta luz y sus gritos agoreros son las únicas señales que anuncian su vuelo silencioso.

Se dice que puede alzar a un hombre por los aires o desgarrar su cuerpo en un santiamén, pero prefiere arrebatarle el alma en la hora de su muerte, para convertirla en un fantasma terrible.

http://compartiendoculturas.blogspot.com/2009/03/el-cachiru.html



domingo, 29 de junio de 2008

ANTENOR ROSARIO FERREYRA

1876-1939


Nació en Santiago del Estero en 1876, egresó como Profesor Normal en Buenos Aires en 1897.

Cuando regresó a su ciudad natal ocupó la Inspección General del Consejo Provincial de Educación.

Luego se trasladó a Rafaela y dirigió allí la Escuela Normal, función que le valió ser designado Inspector General del Consejo de Educación de la Pcia de Santa Fe.

Ante el estado de huelga declarado por el magisterio santafesino decidió adherirse sin declinar su condición de maestro y considerando un deber solidario estar junto al magisterio, renunció ante el gobermador Mosca y se trasladó a Tucumán.

Allí, el gobernador Vera le ofreció el cargo de Vocal del Consejo de Educación de la Provincia.

En el año 1924, asumió el cargo de Presidente del Consejo de Educación de la Pcia de Santiago del Estero, cargo en el que desarrolló una vasta obra creando escuelas de manualidades, escuelas granja, bibliotecas e instituciones de fomento; implantó el primer comedor escolar, instauró la celebración de la fiesta del trabajo y fundó más de veinte escuelas primarias en el interior.

En 1932 fue elegido Diputado Nacional y reelegido en 1936.

Desde su mandato propició la creación de la Escuela Nacional de Comercio, que hoy lleva su nombre.

Designado vicepresidente de la Cámara de Diputados de la Nación, inspiró la Ley 12.119 sobre escuelas especiales para adultos.

Murió en 1939.