sábado, 20 de diciembre de 2008

PORQUE SE RIÓ EL PEZ




En el momento en que una pescadora anunciaba su mercancía ante el palacio del Rajá, la Raní salió a un balcón y le pidió que subiera a mostrarle lo que tenía. En este momento un pescado dio un salto, mostrando su plateado vientre.

- ¿Es macho o hembra? -preguntó la Raní.- Quiero comprar una hembra.

Al oír esto, el pescado soltó una ruidosa carcajada.

- Es macho -contestó la pescadora, que siguió voceando lo que vendía.

La Raní, muy furiosa, fue a encerrarse en su cuarto, y al llegar el Rajá y verla tan enfurecida, le preguntó qué le ocurría.

- ¿Estás enferma? -inquirió.

- No; pero estoy muy disgustada por lo que ha hecho un pescado. Una pescadora pasó delante de palacio y al preguntarle yo si el pescado que acababa de soltar era macho o hembra, el pescado soltó una carcajada.

- ¿Que un pez se ha reído? -preguntó asombradísimo el Rajá.- ¡Eso es completamente imposible!

- ¡No estoy loca! Digo lo que he visto con mis propios ojos, y oído con mis propias orejas.

- Pues es muy extraño. Haré averiguaciones.

A la mañana siguiente, el Rajá contó a su Gran Visir lo que le había ocurrido a su esposa, y le ordenó que investigase hasta descubrir la verdad de todo ello. De no hacerlo así antes de seis meses, le haría decapitar.

El Visir prometió hacerlo, aunque de antemano se daba por vencido.

Cinco meses de intenso trabajo no dieron el menor resultado, y nadie pudo explicar el motivo de la risa del pescado.

Comprendiendo que nada podría salvarle de la muerte, pues ni los más sabios podían hallar solución lógica al problema, el Visir lo preparó todo para su muerte, diciendo antes a su hijo que marchase a recorrer el mundo, en espera de que la cólera del Rajá se calmara.
El joven se despidió de su padre, y un mes antes de que terminase el plazo dado por el soberano, se marchó sin rumbo fijo, confiando que el Destino guiaría sus pasos.

Al cabo de unos días de marcha se encontró con un campesino que también iba de viaje. Como el hombre le fue simpático, le pidió si le permitía acompañarle. El campesino aceptó de buen grado, y los dos viajaron juntos en buena armonía.

Al cabo de un rato, el joven dijo al viejo:

- ¿No cree que si de vez en cuando nos ayudásemos, el viaje sería más distraído?

"¡Este hombre está loco!", pensó el campesino.

Poco después, pasaron junto a un campo de trigo, a punto de ser segado, y el hijo del Visir preguntó a su compañero:

- ¿Está comido o no ese trigo?

No sabiendo qué contestar a la extraña pregunta, el campesino se limitó a decir que no lo sabía.

Pasaron las horas y los dos amigos llegaron a un pueblo. El joven sacó un afilado cuchillo y entregándoselo al campesino, le dijo:

- Amigo, ve a comprar con esto dos hermosos caballos, pero no olvides de devolvérmelo, pues lo aprecio mucho.

Entre irritado y divertido, el viejo rechazó el cuchillo, refunfuñando que o bien su compañero estaba loco o trataba de parecerlo.

El hijo del Visir hizo ver que no oía las palabras del campesino y entró en el pueblo, pasado el cual se encontraba la casa de su compañero. Mientras cruzaban el mercado, que se hallaba muy concurrido, nadie les ofreció cosa alguna, ni les invitó a descansar.

- ¡Qué cementerio más enorme! -exclamó el joven.

"¿Por qué llamará cementerio a una población tan populosa?", se preguntó el campesino.

Al salir de la ciudad, pasaron junto a un cementerio, donde varias personas rezaban por las almas de sus muertos y repartían limosnas y comida a cuantos pasaban por allí.

- ¡Qué ciudad más espléndida! -exclamó el hijo del Visir.

"¡No cabe duda de que está loco!", pensó el viejo. "Veremos qué hará ahora. Sin duda llamará agua a la tierra, y tierra al agua. A la sombra la calificará de luz, y a luz de sombra."

En esto llegaron junto a un río, que era necesario vadear. El campesino quitóse los zapatos y lo cruzó, pero el joven se metió en el agua sin quitarse los zapatos.

"¡En mi vida había visto loco mayor!", se dijo el campesino.

Sin embargo, como el joven le era simpático, pensó que distraería a su esposa y a su hija, y le dijo que se hospedara en su casa todo el tiempo que pensase estar en el pueblo.

- Muchas gracias -contestó el hijo del Visir.- Pero antes quisiera preguntarle si los cimientos de su casa son lo bastante fuertes.
El campesino levantó las manos al cielo y entró en su casa riendo a mandíbula batiente.

- He traído a un amigo que está loco de remate ¬explicó a su mujer y a su hija, que habían salido a recibirle.- Fijaos cómo estará, que antes de aceptar mi hospitalidad me ha preguntado si los cimientos de mi casa son lo bastante sólidos.

- Papá, ese hombre no está loco -dijo la hija, que era una muchacha muy lista.- Si te ha preguntado eso ha sido para saber si podías hospedarle sin perjuicio. Mejor dicho, si tu fortuna te permitía tener un huésped.

- ¡Ya comprendo! -exclamó asombrado el campesino.- Quizá puedas ayudarme a descifrar otros enigmas. Al principio de nuestro viaje, me dijo que si nos ayudásemos mutuamente, el camino sería más divertido.

- Es muy sencillo -contestó la joven.- Lo que tu compañero quería decir es que si ambos os hubieseis contado historias, el camino se habría hecho más fácil.

- ¡Tienes razón! Bien; quizá puedas descifrar este otro enigma. Al pasar junto a un campo de trigo, me preguntó si el grano estaría ya comido o no.

- ¿Y no comprendiste lo que quería decir? Pues es muy sencillo: deseaba saber si el propietario de aquel campo debía dinero a alguien, en cuyo caso el producto de la venta del trigo iría a parar a manos de sus acreedores, lo cual sería lo mismo que si ya estuviera comido.

- ¡Maravilloso! Te voy a contar otro: al entrar en un pueblecito, me dio su cuchillo y me encargó que adquiriese dos buenos caballos, pero advirtiéndome que le devolviera el cuchillo.

- ¿No son dos buenos palos una ayuda excelente para caminar? ¿No podría llamárseles caballos del pobre? Al darte el cuchillo te indicó que cortases dos palos, debiendo ir con cuidado.

- ¡Magnífico! Pues bien, al entrar en la población nadie nos invitó a refrescar ni a sentarnos, en cambio al pasar junto al cementerio los que allí oraban nos dieron refrescos y dulces. Mi compañero llamó cementerio a la ciudad y ciudad al cementerio.

- Esto también es sencillísimo, padre mío. Por ciudad se entiende el lugar donde puede adquirirse todo. En cambio, a la gente que no practica la hospitalidad se la considera peor que muerta. Aunque llena de seres vivos, la ciudad os resultó a vosotros peor que un cementerio, en cambio, en el cementerio, morada de los muertos, encontrasteis la caridad y el amor.

- Es verdad! -exclamó el asombrado campesino.- Te voy a contar lo último que hizo. Al llegar junto al río, en vez de quitarse los zapatos entró con ellos en el agua.

- Admiro su sabiduría -replicó la joven.- Muchos veces me he dicho que la gente es estúpida al quitarse los zapatos y cruzar descalza la corriente, sembrada de agudos guijarros. Infinidad de veces he visto que a causa del dolor producido al pisar uno de esas piedras, la persona que cruzaba el río caía dentro de él, y por no mojarse los zapatos se mojaba todo el cuerpo. Ese amigo tuyo es un hombre sabio. Me gustaría verle y hablar con él.

- Saldré inmediatamente a decirle que entre.

- Antes adviértele que los cimientos de nuestra casa son muy fuertes.

Enseguida le enviaré un regalo para que comprenda que somos lo bastante ricos para darle hospedaje.

Dicho esto, la joven llamó a un criado y lo envió al visitante con un obsequio, compuesto de una taza de aceite dulce, doce pasteles, una jarra de leche y el siguiente mensaje:

"La luna es llena; doce meses hacen un año; el mar rebosa agua."

Por el camino, el criado encontró a un hijo suyo, quien al ver lo que su padre llevaba le pidió un poco, y el servidor fue lo bastante loco para dárselo. Cuando encontró al joven le dio lo que le quedaba del regalo, y el mensaje. El hijo del Visir lo aceptó, diciendo:

- Vuelve junto a tu ama y dile que la luna está en cuarto menguante; el año sólo tiene once meses; y la marea es descendente.

No comprendiendo el significado del mensaje, el criado volvió junto a su ama para comunicárselo. La joven se dio cuento en seguida de lo que había ocurrido y castigó severamente al ladrón.

El hijo del Visir fue recibido en la casa con todas las atenciones y cuidados, y al fin de la magnífica comida que le sirvieron, contó la historia del pescado que se había reído.

- La risa del pescado significa que en palacio hay un hombre que quiere matar al Rajá -dijo la hija del campesino.

- ¡Magnífico! -exclamó entusiasmado el joven.¬ Volvamos corriendo a mi país a fin de salvar la vida de mi padre, y al Rajá de todo peligro.

Al día siguiente el joven partió acompañado de la muchacha, y al llegar a su casa contaron al Visir el motivo de la risa del pescado. El pobre hombre, que estaba casi muerto de miedo, corrió enseguida a las habitaciones del Rajá, a quien repitió lo que le habían dicho.

- ¡Es imposible! -exclamó el monarca.

- Es la pura verdad. Y para demostraros que no miento, haremos una prueba. Servíos llamar a todas vuestras esclavas, y haced que salten por turno el ancho de una alfombra. Pronto descubriremos si hay un hombre entre ellas.

Así se hizo y de todas las esclavas, sólo una consiguió saltar por encima de la alfombra. Esta esclava resultó ser un hombre, que al momento fue decapitado ante el Rajá.

Y así quedó satisfecha la Raní, contento el Rajá, y con vida el Gran Visir.

En cuanto a su hijo, al poco tiempo se casó con la hija del campesino, y dicen las crónicas que fueron el matrimonio más feliz de aquel reino.



Fuente
http://jk-cuentos-populares.blogspot.com

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oikoumene.nireblog.com

viernes, 19 de diciembre de 2008

LA ROSA Y EL SAPO



Había una vez una rosa muy bella, se sentía una maravilla al saber que era más bella del jardín.

Sin embargo un día se dio cuenta que la gente la miraba de lejos y observó que al lado de ella había un sapo negro, grande y gordo.

Al percatarse era por eso que nadie se acercaba a ella, entonces dijo muy molesta: -sapo, ¿por que no te alejás de mi?, ¿no ves que por tu culpa nadie viene a observarme?, ¡es que eres muy feo!!

El sapo le contesto: -está bien si eso es lo que quieres me iré.

Muy obediente el sapo se alejó brincando de la rosa.

Poco tiempo después el sapo se paseaba por el jardín cuando se dio cuenta que la rosa estaba toda marchita y con muy pocos pétalos en ella y le dijo: rosa, ahora si, que te encuentras marchita ¿que te pasó?

La rosa le contestó: -es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día y noche, no volveré a ser la más bella del jardín.

El sapo le dijo: -pues claro, cuando yo estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre eras la más bella.

Muchas veces despreciamos a los demás por creer que somos más que ellos o que simplemente no nos sirven para nada. Todos tenemos algo que aprender de los demás o algo que enseñar.

A veces hay personas que nos hacen un bien del cual ni siquiera estamos conscientes.


Fuente
http://www.el-ser-bohemio.blogspot.com/

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fotolog.com

jueves, 18 de diciembre de 2008

TRIMURTI



La Trimurti (‘tres formas’ en idioma sánscrito) es un término sánscrito que hace referencia a los tres dioses principales de la compleja mitología hindú: Brahmá, Vishnú y Shivá.

Estos dioses representan respectivamente los ciclos de creación, conservación y destrucción del universo. Así, Brahmá sería el creador del universo, Vishnú su conservador y Shivá, el destructor


A la Trimurti se le ofrecieron tres grandes sacrificios: el del caballo (Aswamedha), el del toro (Gomedha) y el del hombre (Ntlramedha). Este último fué sustituido por el holocausto voluntario de las viudas, que aún hoy se arrojan a la hoguera que consume e cadáver del esposo.

Salido Brahma del huevo de oro, reflexionó que era necesario crear la dualidad de sexos De su costado derecho se sacó al hombre (Sivayambhuva Manú), dotado de perfecta belleza, y de su costado izquierdo se sacó a la mujer (Setaruppa). Y después los bendijo y los mandó poblar la Tierra.

Al padre del linaje humano, Brahma le hizo legislador. Pero debe tenerse en cuenta que este Manú Sivayambhuva fué el hombre que pereció en el primer diluvio universal y que había soportado la tiranía de los gigantes Asuras.

El segundo Manú, Manú Satyavatra, continuador del primero, el hombre salvado del diluvio universal, es el que rehace el género humano, castigado por sus enormes crímenes.

Brahma, primera divinidad de la Trimurti, tuvo por cuna la flor de loto (palma), sagrada por dicho motivo en la India.

Cierto dio en que Visnú estaba tendido sobre la serpiente Amenta, la cual levantaba sus siete cabezas, formando con ellas como una especie de quitasol, y tenía a su lado su esposa Lakmi, salió un tallo del ombligo del dios; del tallo brotó una flor de loto, y de la corola de la flor salió Brahma, principio creador, después de cien años divinos de contemplación, Brahma inició la creación.

Primero creó el cielo y el abismo; luego, los siete Suargas o esferas celestes, iluminadas por los cuerpos resplandecientes de los Deiotas; luego, la Tierra, con sus dos luminares: el Sol y la Luna; por fin, los siete Patalas, o regiones inferiores, que tienen por luminarias ocho carbúnculos colocados en las cabezas de otras tantas serpientes.

Los siete Tatalas y los siete Suargas forman los catorce mundos de que se habla en la mitología hindú.

Después inició Brahma la creación de los seres. Primero, los espíritus puros, y entre ellos los gigantes, para que le ayudaran en la obra que iba a realizar; luego, los Munis o profetas; luego, los Richis o santos...

Fuente:
Wikipedia y otras
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http://abakmatematicamaya.blogspot.com/2011/01/bak-matematica-maya-trimuti.html

miércoles, 17 de diciembre de 2008

POPOL VUH



POPOL VUH
TERCERA PARTE Capítulo II

Estos son los nombres de los primeros hombres que fueron creados y formados: el primer hombre fue Balam-Quitzé, el segundo Balam-Acab, el tercero Mahucutah y el cuarto Iqui-Balam.

Estos son los nombres de nuestras primeras madres y padres.

Se dice que ellos sólo fueron hechos y formados, no tuvieron madre, no tuvieron padre. Solamente se les llamaba varones. No nacieron de mujer, ni fueron engendrados por el Creador y el Formador, por los progenitores.

Sólo por un prodigio, por obra de encantarniento fueron creados y formados por el Creador, el Formador, los Progenitores, Tepeu y Gucumatz. Y como tenían la apariencia de hombres, hombres fueron; hablaron, conversaron, vieron y oyeron, anduvieron, agarraban las cosas; eran hombres buenos y hermosos y su figura era figura de varón.

Fueron dotados de inteligencia; vieron y al punto se extendió su vista, alcanzaron a ver, alcanzaron a conocer todo lo que hay en el mundo. Cuando miraban, al instante veían a su alrededor y contemplaban en torno a ellos la bóveda del cielo y la faz redonda de la tierra. Las cosas ocultas [por la distancia] las veían todas, sin tener primero que moverse; en seguida veían el mundo y asimismo desde el lugar donde estaban lo veían.

Grande era su sabiduría; su vista llegaba hasta los bosques, las rocas, los lagos, los mares, las montañas y los valles. En verdad eran hombres admirables Balam-Quitzé, Balam-Acab, Mahucutah e Iqui-Balam.

Entonces les preguntaron el Creador y el Formador: —¿Que pensáis de vuestro estado? ¿No miráis. ¿No oís? ¿No son buenos vuestro lenguaje y vuestra manera de andar? ¡Mirad, pues! ¡Contemplad el mundo, ved si aparecen las montañas y los valles! ¡Probad, pues, a ver! —les dijeron.

Y en seguida acabaron de ver cuanto había en el mundo. Luego dieron las gracias al Creador y al Formador:

— ¡En verdad os damos gracias dos y tres veces! Hemos sido creados, se nos ha dado una boca y una cara, hablamos, oímos, pensamos y andamos; sentimos perfectamente y conocemos lo que está lejos y lo que está cerca. Vemos también lo grande y lo pequeño en el cielo y en la tierra. Os damos gracias, pues, por habernos creado, ¡oh Creador y Formador! Por habernos dado el ser, ¡oh abuela nuestra! ¡Oh nuestro abuelo! — dijeron dando las gracias por su creación y formación.

Acabaron de conocerlo todo y examinaron los cuatro rincones y los cuatro puntos de la bóveda del cielo y de la faz de la tierra.

Pero el Creador y el Formador no oyeron esto con gusto:

—No está bien lo que dicen nuestras criaturas, nuestras obras; todo lo saben, lo grande y lo pequeño —dijeron. Y así celebraron consejo nuevamente los Progenitores:

— ¿Qué haremos ahora con ellos? ¡Que su vista sólo alcance a lo que está cerca, que sólo vean un poco de la faz de la tierra! No está bien lo que dicen. ¿Acaso no son por su naturaleza simples criaturas y hechuras [nuestras]? ¿Han de ser ellos también dioses? ¿Y si no procrean y se multiplican cuando amanezca, cuando salga el sol? ¿Y si no se propagan? —así dijeron.

—Refrenemos un poco sus deseos, pues no está bien lo que vemos.

¿Por ventura se han de igualar ellos a nosotros, sus autores, que podemos abarcar grandes distancias, que lo sabemos y vemos todo?

Esto dijeron el Corazón del Cielo, Huracán, Chipi-Caculhá, Raxá-Caculhá, Tepeu, Gucumatz, los Progenitores, Ixpiyacoc, Ixmucané, el Creador y el Formador. Así hablaron y en seguida cambiaron la naturaleza de sus obras, de sus criaturas.

Entonces el Corazón del Cielo les echó un vaho sobre los ojos, los cuales se empañaron como cuando se sopla sobre la luna de un espejo. Sus ojos se velaron y sólo pudieron ver lo que estaba cerca, sólo esto era claro para ellos.

Así fue destruido su sabiduría y todos los conocimientos de los cuatro hombres, origen y principio [de la raza quiché].

Así fueron creados y formados nuestros abuelos, nuestros padres, por el Corazón del Cielo, el Corazón de la Tierra.

El Popol Vuh es el libro más importante de la cultura Quiche, región que actualmente se conoce como Yucatán, en México, Guatemala, Belice y Honduras.

Hoy así se le denomina a una región de la República de Guatemala que cuenta con una población de entre 500 y 600 mil habitantes.

Luego de consumarse la conquista, en 1544 el Fraile Francisco Ximénez convence a los indígenas para confiarle los secretos del Popol Vuh, él reconoce su importancia y se da a la tarea de traducirlo al español

El libro, en formato pdf, puede ser descargado desde el link correspondiente en la sección "Biblioteca-recursos" de nuestra revista.


http://www.molinodeletras.net/popolvuh.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2008/11/popol-vuh.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2008/11/popol-vuh.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2008/12/popol-vuh_12.html
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http://compartiendoculturas.blogspot.com/2008/12/popol-vuh_14.html
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people.westminstercollege.edu

martes, 16 de diciembre de 2008

POPOL VUH


POPOL VUH
TERCERA PARTE
CAPÍTULO I

He aquí, pues, el principio de cuando se dispuso hacer al hombre, y cuando se buscó lo que debía entrar en la carne del hombre.

Y dijeron los Progenitores, los Creadores y Formadores, que se llaman Tepeu y Gucumatz: "Ha llegado el tiempo del amanecer, de que se termine la obra y que aparezcan los que nos han de sustentar, y nutrir, los hijos esclarecidos, los vasallos civilizados; que aparezca el hombre, la humanidad, sobre la superficie de la tierra." Así dijeron.

Se juntaron, llegaron y celebraron consejo en la oscuridad y en la noche; luego buscaron y discutieron, y aquí reflexionaron y pensaron.

De esta manera salieron a luz claramente sus decisiones y encontraron y descubrieron lo que debía entrar en la carne del hombre.

Poco faltaba para que el sol, la luna y las estrellas aparecieran sobre los Creadores y Formadores.

De Paxil, de Cayalá, así llamados, vinieron las mazorcas amarillas y las mazorcas blancas.

Estos son los nombres de los animales que trajeron la comida: Yac [el gato de monte], Utiú [el coyote], Quel [una cotorra vulgarmente llamada chocoyo] y Hoh [el cuervo]. Estos cuatro animales les dieron la noticia de las mazorcas amarillas y las mazorcas blancas, les dijeron que fueran a Paxil y les enseñaron el camino de Paxil.

Y así encontraron la comida y ésta fue la que entró en la carne del hombre creado, del hombre formado; ésta fue su sangre, de ésta se hizo la sangre del hombre. Así entró el maíz [en la formación del hombre] por obra de los Progenitores.

Y de esta manera se llenaron de alegría, porque habían descubierto una hermosa tierra, llena de deleites, abundante en mazorcas amarillas y mazorcas blancas y abundante también en pataxte y cacao, y en innumerables zapotes, anonas, jocotes, nances, matasanos y miel. Abundancia de sabrosos alimentos había en aquel pueblo llamado de Paxil y Cayalá.

Había alimentos de todas clases, alimentos pequeños y grandes, plantas pequeñas y plantas grandes. Los animales enseñaron el camino. Y moliendo entonces las mazorcas amarillas y las mazorcas blancas, hizo Ixmucané nueve bebidas, y de este alimento provinieron la fuerza y la gordura y con él crearon los músculos y el vigor del hombre. Esto hicieron los Progenitores, Tepeu y Gucumatz, así llamados.

A continuación entraron en pláticas acerca de la creación y la formación de nuestra primera madre y padre.

De maíz amarillo y de maíz blanco se hizo su carne; de masa de maíz se hicieron los brazos y las piernas del hombre. Únicamente masa de maíz entró en la carne de nuestros padres, los cuatro hombres que fueron creados.


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diariodelgallo.wordpress.com

lunes, 15 de diciembre de 2008

HUACHI TORITO




HUACHI TORITO

Niño Manuelito, ¿qué quieres comer?
buñuelitos fritos envueltos en miel.

Al huachi huachi torito,
torito del portalito,
torito del portalito.

Del árbol nació la rama
de la rama nació la flor,
de la flor nació María
y de María el Salvador.
A la huachi huachi torito,
torito del portalito,
a la huachi huachi torito,
torito del portalito.

Huachi huachi a bailar
en esta fiesta de Navidad

Los peces en el río

La Virgen está lavando
y tendiendo en el romero,
los pajarillos cantando,
y el romero floreciendo.

Pero mira como beben
los peces en el río,
pero mira como beben
por ver al Dios nacido.
Beben y beben y vuelven a beber,
los peces en el río
por ver a Dios nacer.

La Virgen se está peinando
entre cortina y cortina,
sus cabellos son de oro,
el peine de plata fina.

Pero mira como beben
los peces en el río,
pero mira como beben
por ver al Dios nacido.
Beben y beben y vuelven a beber,
los peces en el río
por ver a Dios nacer.

domingo, 14 de diciembre de 2008

POPOL VUH

La figura sentada es Hunahpu, llamado Hun Ahau
en maya yucateco; aparece como una de las
deidades que rigen el ciclo de Venus. Códice de
Dresde, p. 50. Reprografía: M. A.Pacheco / Raíce





Popol Vuh Maya Part 2



POPOL VUH
SEGUNDA PARTE
Capítulo XI

En seguida llamó lxbalanqué a todos los animales, al pisote, al jabalí, a todos los animales pequeños y grandes, durante la noche, y a la madrugada les preguntó cuál era su comida.

— ¿Cuál es la comida de cada uno de vosotros? Pues yo os he llamado para que escojáis vuestra comida, les dijo lxbalanqué.

—Muy bien, contestaron. Y en seguida se fueron a tomar cada uno lo suyo, y se marcharon todos juntos. Unos fueron a tomar las cosas podridas; otros fueron a coger hierbas; otros fueron a recoger piedras. Otros fueron a recoger tierra. Variadas eran las comidas de los animales pequeños y de los animales grandes.

Detrás de ellos se había quedado la tortuga, la cual llegó contoneándose a tomar su comida. Y llegando al extremo del cuerpo tomó la forma de la cabeza de Hunahpú, y al instante le fueron labrados los ojos.

Muchos sabios vinieron entonces del cielo. El Corazón del Cielo, Huracán, vinieron a cernerse sobre la Casa de los Murciélagos.

Y no fue fácil acabar de hacerle la cara, pero salió muy buena; la cabellera también tenía una hermosa apariencia, y asimismo pudo hablar.

Pero como ya quería amanecer y el horizonte se teñía de rojo.

— ¡Oscurece de nuevo, viejo!, le fue dicho al zopilote.

—Está bien, contestó el viejo, y al instante oscureció el viejo. "Ya oscureció el zopilote", dice ahora la gente.

Y así, durante la frescura del amanecer, comenzó su existencia.

— ¿Estará bien?, dijeron. ¿Saldrá parecido a Hunahpú?

—Está muy bien, contestaron. Y efectivamente, parecía de hueso la cabeza, se había transformado en una cabeza verdadera.

Luego hablaron entre sí y se pusieron de acuerdo:

—No juegues tú a la pelota; haz únicamente como que juegas yo sólo lo haré todo, le dijo Ixbalanqué.

En seguida le dio sus órdenes a un conejo:

—Anda a colocarte sobre el juego de pelota, quédate allí entre el encinal, le fue dicho al conejo cuando se le dieron estas instrucciones durante la noche.

En seguida amaneció y los dos muchachos estaban buenos y sanos.

Luego bajaron a jugar a la pelota. La cabeza de Hunahpú estaba colgada sobre el juego de pelota.

— ¡Hemos triunfado! ¡Habéis labrado vuestra propia ruina; ¡os habéis entregado! les decían. De esta manera provocaban a Hunahpú.

—Pégale a la cabeza con la pelota, le decían. Pero no lo molestaban con esto, él no se daba por entendido.

Luego arrojaron la pelota los Señores de Xibalba. lxbalanqué le salió al encuentro; la pelota iba derecho al anillo, pero se detuvo, rebotando, pasó rápidamente por encima del juego de pelota y de un salto se dirigió hasta el encinal.

El conejo salió al instante y se fue saltando; y los de Xibalba corrían persiguiéndolo. Iban haciendo ruido y gritando tras el conejo. Acabaron por irse todos los de Xibalba.

En seguida se apoderó Ixbalanqué de la cabeza de Hunahpú; se llevó de nuevo la tortuga y fue a colocarla sobre el juego de pelota. Y aquella cabeza era verdaderamente la cabeza de Hunahpú y los dos muchachos se pusieron muy contentos.

Fueron, pues, los de Xibalba a buscar la pelota y habiéndola encontrado entre las encinas, los llamaron, diciendo:

—Venid acá. Aquí está la pelota, nosotros la encontramos, dijeron, y la tenían colgando.

Cuando regresaron los de Xibalba exclamaron:

— ¿Qué es lo que vemos?

Luego comenzaron nuevamente a jugar. Tantos iguales hicieron por ambas partes.

En seguida lxbalanqué le lanzó una piedra a la tortuga; ésta se vino al suelo y cayó en el patio del juego de pelota hecha mil pedazos como pepitas, delante de los Señores.

— ¿Quién de vosotros irá a buscarla? ¿Dónde está el que irá a traerla? —dijeron los de Xibalba.

Y así fueron vencidos los señores de Xibalba por Hunahpú e Ixbalanqué.

Grandes trabajos pasaron éstos, pero no murieron, a pesar de todo lo que les hicieron.


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