jueves, 31 de diciembre de 2009

EL CARDÓN



LEYENDA DEL CARDÓN

Hace muchos años, en épocas precolombinas el Noroeste argentino estaba habitado por los diaguitas, un conjunto de pueblos aborígenes que mantenía un lenguaje en común.


Una de esas tribus estaba gobernada por un cacique que tenia una hija. El quería que la muchacha se casara con un valiente, pero soberbio guerrero.


Sin embargo, la joven estaba enamorada de un humilde artesano. Cuando el padre se entero de que su hija amaba a un “plebeyo”, se opuso al casamiento y decidió desterrar al artesano de la tribu.


No bien los enamorados se enteraron de la resolución del cacique, determinaron huir hacia los cerros.


Una madrugada, mientras todos dormían, emprendieron la fuga.

Apenas el cacique descubrió que los jóvenes de habían escapado, decidió ir tras ellos.

Los enamorados caminaban muy rápido, pero el cacique, guiado por su enojo, era mas veloz y pronto los pudo alcanzar.

Al verse atrapados, los jóvenes pidieron ayuda a la Pachamama o Madre Tierra, quien, conmovida por su amor, abrió su corazón y los escondió en su interior.


Al día siguiente, los enamorados se despertaron convertidos en cardón.

La muchacha se trasformo en una hermosa flor blanca que se abre sobre los brazos fuertes de su amado artesano. Todas las mañanas saludan al sol y a la Madre Tierra, que los protegió.


Los ancianos aseguran que, desde ese día, el cardón se encarga de cuidar que todos los habitantes del valle puedan vivir felices.




miércoles, 30 de diciembre de 2009

LA RUBIA MORENO


Pintura, vista de una pulpería de Ángel Della Valle

APASIONANTE HISTORIA DE LA RUBIA MORENO, mujer santiagueña que se convirtió en leyenda ejemplar.



Tuvo activa participación en la batalla de Pozo de Vargas (1867).

De padres franceses, esta mujer trabajó duro junto a las tropas nacionales; tanto, que hasta convenció a su familia para alistarse en la guerra.

Allí murió degollado su padre.

De la opulencia, falleció en la más triste pobreza.

Sus restos descansan en un calicanto del cementerio La Misericordia.

A escasos 7 km del centro se levanta una histórica finca que rememora un capítulo valioso en la lucha por la libertad, enalteciendo, con su nombre, a una aguerrida mujer que colaboró con las tropas de Antonino Taboada.

La Rubia Moreno perdurará para siempre a la vera de la ruta 51, frente al barrio Mishqui Mayu; tanto en la zamba de Cristóforo Juárez, como por haber sido aliada y protagonista en la batalla de Pozo de Vargas: en ella se enfrentó el ejército federal con el nacional, el 10 de abril de 1867.

De ella poco se sabe.

Apenas que se llamara Santos Moreno y que hubiera nacido en 1840.

Se cree que al morir su madre, el padre la trasladó (alrededor del 1860) hacia una propiedad ubicada en la barranca del río, exactamente en la bajada del antiguo camino de El Polear: éste se comunicaba hacia San Isidro y el Salado.

Como su padre la educó y crió en el campo, con el andar de los años Santos se transformó en una bella mujer rubia y con ojos verdes.

La historia recuerda que en plenos enfrentamientos armados, la familia empezó a trabajar en una pulpería propia, en un vértice muy especial y por donde solían viajar soldados y comerciantes de carne.

Tanto charlaba con los hombres que sin querer adquirió los modales de los jóvenes: su temple se tornó dominante, más aún al reemplazar su ropa femenina por una pollera roja, idéntica a un poncho, vinchas, alpargatas, un puñal a la cintura y trenzas.
Aliada en la guerra

Los memoriosos agregan que entusiasmada con la causa, la Rubia Moreno convenció al hermano, a su padre y a su esposo, Juan Manuel Barrionuevo, a que se alistaran en las tropas locales.

También entregó generosamente caballos, vacas y su peonada en general.

El día previo al 10 de abril de 1867, Felipe Varela llegó a Mesillas (casi 30 km de La Rioja) y dispuso que fueran ejecutados (pasados a degüello) los comandantes Vicente Barros, Fermín Bazán, el teniente Balbino Arias, el mayor Barcala y otros civiles.

Bien entrada la tarde, se inició el ataque en contra de las fuerzas nacionales, cuyos hombres permanecían bajo las órdenes de Antonino Taboada, protegiendo el acceso al Pozo de Vargas, apenas a 2 km de La Rioja.

Lucharon 3 horas, los invasores se alejaron imposibilitados de desalojar a las tropas nacionales, mucho menos adueñarse de la ciudad.

Murieron más de 800 hombres en total. Según los nacionales, casi 150 soldados rebeldes (federales) quedaron prisioneros.

La Rubia Moreno perdió a su padre en la lucha.

El ocaso del 1860 encontró a la Rubia Moreno en la más absoluta soledad… y pobre.

Falleció Antonino Taboada y el nuevo poder político la despojó de todos sus bienes.




LA RUBIA MORENO


Letra: Agustin Carabajal
Musica: C. Juarez
(Zamba)


Rubia Moreno, pulpera gaucha
de falda roja, vincha y puñal.
No había viajero que no te nombre
por el antiguo camino real.

Hecha entre el bronco, bramar del Dulce [puma]
solo se oia su voz mandar. (1)
eran sus ojos dos nazarenas (2)
bravas espuelas en el mirar. (3)

Estribillo

Rubia Moreno guarda mi pueblo
a orillas del río Natal.
Tu nombre heroico como figura,
como figura de cuño real.

Juntito al vado, tu rancho amigo
alzaba al cielo su banderin
por los carriles de cuatro vientos
venia el alerta de algún clarín

¿Tuviste amores?..., ¿tuviste celos?...
Rubia pulpera sin corazón.
Eras más brava que las leonas
de los juncales del Albardón

martes, 29 de diciembre de 2009

COQUENA




Ser legendario diaguita-calchaquí, su reinado se extiende en toda la Puna de la provincia de Jujuy, es el protector de las vicuñas, cuidador celoso de las manadas salvajes, castiga severamente a los cazadores que depredan con armas de fuego a este preciado animal, de igual manera premia a los buenos pastores que cuidan con esmero su rebaño, les deja piezas de oro y plata, que según se dice pertenece al gigantesco tesoro oculto de los incas, del cual también es cuidador.

Algunos autores describen el premio como monedas de oro, elemento no conocido por los amerindios, posiblemente esta acepción se deba a la influencia de la colonización, lo real es que ve con gusto las buenas actitudes hacia sus animales, lo que recompensa con gratitud, permite la caza por necesidad siempre a la vieja usanza, con boleadoras previo rodeo y encierro con trapos e hilos, es invocado para tener éxito en la casería, se le pide protección y ventura mediante el ofrecimiento sincero de coca y alguna otra ofrenda voluntaria, comúnmente comida, que se deja en medio de las piedras en un lugar elevado que domine la zona de pastoreo.

Se lo describe de diferentes formas, según E. Bossi es un hombrecito blanco retacón con barba, lleva sombrerito orejón, usa ropa tejida con lana, pantaloncito barracan, camisa sin cuello de lienzo, collar de víbora y ojotas con clavos de plata, descripción también influenciada por las transculturizacion colonial, los lugareños de la puna coinciden en un personaje de baja estatura, con los rasgos del hombre del altiplano (colla), de amplia sonrisa, y aspecto amigable, viste poncho corto, de vivos colores con los típicos tocapus andinos (iconos aun no descifrados), lleva casaca liviana, pantaloncillos arriba de tobillos, chujllo (gorro andino), ojotas y masca permanentemente coca.

Se lo ve en raras ocasiones, no le gusta aparecerse a los hombres, en caso de suceder este encuentro dura apenas segundos.

Cuando se ve a lo lejos el ganado de vicuñas trasladándose solo, y se escucha un silbido extraño, se dice que va Coquena, llevando los animales a mejor pastura.

Al igual que otras deidades adquiere un sentido ecológico en la zona de su reinado, no es otra cosa que el sentido armónico que tienen aún hoy en la actualidad los pueblos andinos, que consideran la existencia como un orden dinámico y reciproco.

Es el hijo de la Madre Tierra, Pachamama, llamado también el Mago Coquena, guardián de las majadas, tropero de las nubes, tejedor de brumas y nieves, sembrador de tormentas, duende de abras y bosques, tata de los cerros, músico de arroyos y ríos.

El Coquena es considerado como la divinidad protectora de las vicuñas, guanacos y que se hace extensiva a toda la fauna silvestre, actualmente se encuentra vigente en los ámbitos de Puna y Quebrada.

Coquena es el Dios de las Vicuñas y demás ganados de las altas cumbres andinas, él vive junto a ellos, atento de que nuestras hermanas camélidas no tengan daños ni perjuicios, cuentan que su nombre de debe al encanto que tiene por la coca.

Nadie puede verlo y darse cuenta al mismo tiempo, sabe a la perfección cuando debe aparecer y a quien, siempre con la intención sagrada de cuidar el rebaño, muy especialmente cuando la hacienda esta teniendo cría, en aquellas alturas y algún cazador furtivo quiere hacer daño.

Habita en la zona de la puna (Salta y Jujuy) y se aparece a los pastores y a los cazadores de vicuñas que cazan con armas de fuego.


Cambia su poncho todos los años para el carnaval y lo entierra, al viejo, en donde tiene su tesoro escondido.

Es el patrón de los animales del campo y de los cerros.

Sólo permite que cacen por necesidad y a la vieja usanza (rodeando las tropas con hilos y trapos colorados y boleándolas).

Prefieren cortar suavemente el vellón.

Para pedirle permiso a Coquena, hay que dejarle ofrendas.

Coquena le aparece al cazador en forma de una vicuña, de una llama, una alpaca o un guanaco, el cazador le disparara y jamás le acertara, porque Coquena tiene poderes sobrenaturales, es capaz de hacerle dormir, despeñar, y hasta encontrar la miseria y la muerte.

Nunca debes pelear con él, cuentan las abuelas que en las alturas lo han visto muchas veces como una vicuña harapienta, en medio de las quebradas y muy particularmente en las abras y ronques, -accidente geográficos muy pronunciados-, otras veces aparece como una vicuña, la más bella entre las bellas, cual fuera una estrella que descendió desde las alturas a compartir un sublime momento, con los ojos color de la noche de las vicuñas, y jugar con los suaves pelos tonalidad igual que la miel de sus hermanas, entonces el cazador le hará un disparo y Coquena con toda destreza semejara que fue alcanzado por el proyectil, simulara caer para el otro lado, hecho que hará correr al cazador en busca de su más preciada presa, pero grande será la sorpresa cuando Llegue a la Cima, no encontrara nada ni señas de la existencia del más hermoso ejemplar a quien él disparó, ese es el mensaje, que Coquena le comunico, no debes matar por avaricia, debes matar tan solo por necesidad.

Cuando el hombre de las altas cumbres andinas tiene su familia y ésta tiene mucho hambre, Coquena le aparecerá en un sueño y le avisara donde están las manadas sin crías y allí podrá cazar y llevar el alimento para la familia, también cuando el hombre es justo con los animales, Coquena le da un premio, le regalara oro, riqueza de plata tríadas del Potosi, para que la miseria se vaya de su casa, eso si no debes fallarle, no debes contar el secreto, porque de lo contrario todo lo que te dio, te quitara, le debes agradecer con hojas de coca, su mayor gusto.

El Dios esta caminando por los senderos más ásperos, por las más pendientes mas duras, a él no le pasa nada, él es protector y buen pastor.

Coquena no tiene reino, ni castillos, ni templos ni mansiones, él vive en todo la imponencia de los Andes, su morada es la tierra misma, su territorio se pierde de vista, sus extensiones son tan amplias que nadie puede recorrerlas como él.


Tampoco maltratan a las arrias cuando cargadas de sal, bajan de los cerros.

Se cuentan historias, en que justiciero, Coquena ha quitado las llamas a quien no sabía valorar ese don; y como ha premiado a los buenos pastores que, en tormentas de nieve, cuando el viento blanco amenazaba cubrirlo todo, salvan con peligro de su vida su hato de cabras en plena borrasca.

lunes, 28 de diciembre de 2009

NUMEN TELAR



El monte se vuelve un solo eco al unísono y los hombres se ensañan descargando su fuerza en los troncos.

Los golpes del hacha sobre la madera resuenan con fuerza.

Caen los trozos de leña partidos.

Dicen que los trabajadores a veces se detienen porque escuchan ruidos y sienten que alguien está espiándolos. Numen Telar es el nombre más temido de la zona y por el que todos hacen silencio.

Quienes lo han visto dicen que es un hombre fuerte y malhumorado, con siniestra expresión en su mirada.

Cuentan que le han escuchado en las madrugadas cuando enloquece de soledad y grita su angustia con llantos que resuenan toda la noche.

Los días de luna llena, puede vérsele vagando por los montes comiendo animales muertos con las manos.

Numen Telar es el espíritu atormentado de un leñador que escapó por un crimen que cometió con su hacha, en venganza por el rapto de su mujer y se escondió en los montes huyendo de la justicia.

Cuenta la historia que a principios del siglo XVIII existió un hombre fornido llamado Numen Telar, quien tenía una esposa muy bonita, de ojos color azul-violeta y pelo negro como la noche. Cuando los hombres miraban su hermoso cuerpo comenzaban a cortejarla. Un día la mujer estaba bañándose en el río Salado y nadie sabe qué sucedió pero dicen que las aguas se la tragaron... Soledad, nunca más apareció.

El hachero la buscó por todas partes pero no la encontró y jamás se le volvió a ver físicamente. Desde entonces dicen que buscó vengarse de cualquier ser humano que le moleste con su presencia. Sólo se comunica con la naturaleza y protege plantas y animales.

Le llaman Numen Telar porque su voz se asemeja al ruido de un hachazo. Con ella atrae a hacheros y meleros de caña, haciendo que sus cuerpos se pierdan para siempre en el monte. Los perros que lo persiguen jamás regresan. El espíritu de Numen Telar por represalia también se lleva al monte a las jovencitas más bellas a su rancho hecho de adobe y excrementos.

Muchos brujos dicen conocer el secreto del Numen Telar... consiste en volver a las personas invisibles... matar un gallo negro, enterrarlo bajo la luna llena y al tercer día, desenterrarlo, sacar el hueso del muslo, limpiarlo y llevarlo atravesado a la boca. De esta forma el espíritu del hombre que perdió a su mujer puede hacerse invisible para acercarse a las mujeres de otros hacheros sin ser visto por nadie.

Si los golpes del hacha se oyen cerca hay que escapar apresuradamente siempre hacia atrás, de frente; si no, éste nos alcanzará y nos llevará a lugares infernales.

Cuentan en Santiago del Estero que aún continúan sus correrías, pues muchas veces las mujeres desaparecen en los montes y otras se vuelven locas.

El misterio permanece... por eso todos los hacheros son celosos guardianes de sus esposas.


Publicado por Editor Pueblo a pueblo en Julio 7, 2006
Por Lucila Gallino
Mujer nómade nacida en territorio argentino y conocedora de su tierra
Autora de “Mitos y Leyendas de la Tierra Argentina”
nacida en Rosario, Argentina