Su nombre científico: Hydropsalis torquata furcifera, en Argentina lo encontramos en Misiones, Chaco Formosa, N.O. y San Luis hasta
En Perú se lo denomina Chotacabras, en nuestro país también se lo conoce como dormilón de cola larga.
En Santiago del Estero es conocido como Yanarca.
Habitante de sectores de matorrales de ecotono, estepas arbustivas, claros del bosque y los caminos de esos ambientes.
Come invertebrados.
Es de hábitos nocturnos y de canto muy monótono, hacia la hora del crepúsculo se sitúa en los caminos para salirle de repente a los transeúntes.
Cuenta Félix Coluccio que en algunas regiones traducen el canto del atajacaminos como "chorizo gordo" o "clarito había sido", en alusión a la añapa de algarrobo que no es suficientemente espesa como a él le gusta.
Es un pájaro de plumaje negro y del tamaño de un zorzal, con un grito áspero que según la leyenda es un brujo transformado.
Su grito dice: piruí-piruí, y se tiende en los caminos fingiendo estar muerto, según la leyenda su canto anuncia la muerte próxima de los que lo oyen.
En otros lados se cuenta que el atajacaminos era un gaucho bandido, que asaltaba caminos y que fue condenado a vivir así, a la vera del camino y perpetuo sobresalto.
Se dice también que sobre los huevos de este animal existe la creencia de que al que los saca de su nido les produce un adormecimiento casi cataléptico.
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