sábado, 8 de noviembre de 2008

EL ÁNGEL DE LOS NIÑOS




Cuenta una leyenda que a un angelito que estaba en el cielo, le tocó su turno de nacer como niño y le dijo un día a Dios:

- Me dicen que me vas a enviar mañana a la tierra. ¿Pero, cómo vivir? tan pequeño e indefenso como soy.

- Entre muchos ángeles escogí uno para ti, que te está esperando y que te cuidará.

- Pero dime, aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreír, eso basta para ser feliz.

- Tu ángel te cantará, te sonreirá todos los días y tú sentirás su amor y serás feliz.

-¿Y cómo entender lo que la gente me hable, si no conozco el extraño idioma que hablan los hombres?

- Tu ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar y con mucha paciencia y con cariño te enseñará a hablar.

-¿Y qué haré cuando quiera hablar contigo?

- Tu ángel te juntará las manitas te enseñará a orar y podrás hablarme.

- He oído que en la tierra hay hombres malos. ¿Quién me defenderá?

- Tu ángel te defenderá más aún a costa de su propia vida.

- Pero estaré siempre triste porque no te veré más Señor.

- Tu ángel te hablará siempre de mí y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia, aunque yo siempre estaré a tu lado.

En ese instante, una gran paz reinaba en el cielo pero ya se oían voces terrestres, y el niño presuroso repetía con lágrimas en sus ojitos sollozando…

-¡Dios mío, si ya me voy dime su nombre! ¿Cómo se llama mi ángel?

- Su nombre no importa, tu le dirás: MAMÁ.

Anónimo.

Imagen: foroshoshan.com

viernes, 7 de noviembre de 2008

ARROPE

Fruto de la Tuna.

"Arrope se puede hacer de chañar, de mistol, de tuna, de ucli, de algarrobo, depende de la época.


Se lo hace hervir al fruto, se cuela, se saca la semilla y la agüita ésa que queda hierve, hierve y es eso, una jalea.


La pura fruta. Sin azúcar, sin nada. Es la misma dulzura de la fruta."



ARROPE DE TUNA:


Se coloca en un recipiente tuna cortada en trozos, cubierta de azúcar.


Se lleva a fuego suave hasta que espese.


Una vez espeso se lo saca del fuego, se lo envasa.


Esta receta del arrope no es patrimonio solamente de la provincia de Santiago del Estero, también de Santa Fe y parte del Noroeste argentino.


La palabra deriva del árabe "ar-rurb" que expresa la idea de "jugo de fruta cocido" y evidentemente es otra expresión tradicional traída por los conquistadores españoles aplicado a un elemento americano, como el higo de tuna, mejor identificado con su origen por el italiano "fichi d'India", las Indias de Colón.


En el caso netamente argentino, se identifica con un dulce hecho con la pulpa de algunas frutas como de la uva, las tunas, las algarrobas, los higos, del chañar (legumbres dulces y comestibles), del mistol (frutos de la misma planta alta de diez a quince metros y tronco de unos sesenta centímetros, con forma ovoide, color castaño y de un centímetros de largo), hervida lentamente hasta que adquiera consistencia de jalea.

Así podríamos definir que el arrope es un dulce sin agregado de azúcar.

No todas las frutas tienen el mismo tratamiento, depende de lo pulposo y contenido de jugos



jueves, 6 de noviembre de 2008

NIÑITO DIOS


Cuenta una curiosa tradición que, en Belén, cuando nació el Salvador del mundo, los animales hablaron milagrosamente y lo hicieron así:

El gallo, anunció:- ¡Cristo náacee!

Y baló la oveja:- En Be-lé-n.

Una cotorra pasó diciendo:- Vaamos, vaamos.

Y el cerdo rezongó:- No, no, no.

Pero el carancho dijo:- Lo veré, lo veré.

Y la palomita, con gran ternura:- ¡Hijo de Santa María!

Como se ve, todos alabaron, de alguna manera a Dios recién nacido menos el cerdo.

De allí que esté condenado a arrastrar el hocico entre el barro y la mugre, repitiendo: - No, no, no.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

HOMERO MANZI


Nicolás Manzione Pestrera, tal su nombre real, nació el 1 de noviembre de 1907 en Añatuya, Santiago del Estero.


Aunque toda su actuación política y artística se desarrolló en Buenos Aires, nunca olvidó su Añatuya natal, como dijo en uno de sus versos: "porque al fin es Aña... mía".


En 1926, con su tango "Viejo Ciego", obtuvo el primero de una larga serie de éxitos como letrista, afianzados en composiciones musicalizadas por Aníbal Troilo, Cátulo Castillo y otros célebres compositores.


En cine, inició con "La Guerra Gaucha" y "Su Mejor Alumno" los argumentos de las mejores producciones nacionales, evocativas del pasado histórico.


Hacia el final de sus días, esa labor se completó con la dirección cinematográfica, la comedia musical y el drama teatral de "La Novia de arena".


Su máxima expresión quedó registrada en las "Definiciones para esperar mi muerte" escritas cuando presentía la inminencia del fin.


Homero Manzi fue un luchador político al servicio de ideales nacionales, cofundador de FORJA en 1935 y del Movimiento Radical Revolucionario en 1947.


Murió en Buenos Aires el 3 de Mayo de 1951, en medio de un extraordinario duelo popular.

martes, 4 de noviembre de 2008

LAS TERMAS DE COPAHUE




Hace mucho tiempo, entre los mapuches que vivían cerca de la Cordillera del Viento, al Norte de Neuquén, hubo un cacique llamado Copahue. Dicen que era un jefe ambicioso y un guerrero valiente, pero no fue sino más tarde que su fama se extendió por todas las tribus, cuando hasta los de Chillimapu se alarmaban si los centinelas anunciaban su presencia en la cordillera. Cuentan que hizo muchas guerras, pero que su batalla más terrible la libro solo y por amor.

Una tarde, Copahue volvía de Chile con sus hombres. Ya estaban bien entrados en el paso cuando el viento, que los había acompañado desde el momento de iniciar el cruce, empezó a soplar más fuerte. En un rato mas se convirtió en huracán: corría desatado, loco, por las quebradas, levantando el polvo, arrastrando las piedras, empujando peligrosamente ladera abajo grandes rocas. La expedición se empecinaba por el camino: cada hombre avanzaba como podía, con la cabeza gacha, los ojos medios ciegos y las orejas heladas, mientras los perros se detenían, aullaban y, sin encontrar otro refugio, volvían corriendo junto a sus amos. Hasta que un derrumbe los disperso.

El viento se había calmado y Copahue, herido por los proyectiles, ahora caminaba solo, buscando orientarse en la semioscuridad del crepúsculo. De pronto vio en una altura un resplandor aislado, la curva de un toldo iluminado por el fuego. Hasta allí subió Copahue con dificultad, pero sus penurias parecieron esfumarse en cuanto levanto el cuero de la entrada. Sentada sobre las pantorrillas ante la hoguera, una mujer hermosa lo miraba entrar. Sin sorprenderse, le dijo:
- Podes entrar, Copahue, yo soy Pirepillan.

Pirepillan curo al cacique, le convido miel de shiumen y después, mientras Copahue terminaba su muschay, le vaticinó:

- Antes de que te vayas, quiero decirte algo: sin duda llegaras a ser él más poderoso de los mapuches, pero eso mismo te costara la vida.

– Entonces Pirepillan levanto el cuero y Copahue se fue, confundido, pensando en la gloria que llegaría, sin saber que se había enamorado de la hija de la montaña, el hada de la nieve.

Poco tiempo después Copahue fue, efectivamente, el cacique más rico y poderoso. Los negocios y las guerras lo hicieron señor de todos los mapuches, desde el Domuyo al Lanin. Cuando entraba en los valles al frente del ejercito, todo coraje y decisión, había muchos que lo creían invencibles, y se pasaban a su lado.

Pero Copahue, sobre todo después de las batallas, extrañaba a Pirepillan, que no era como ninguna de las mujeres que había querido. Y su recuerdo estaba siempre allí, por detrás de los asuntos propios de un jefe y de un guerrero, más tenue o más brillante, como una luz que nunca se apagara. Por eso, en sus horas tranquilas salía a caminar, la mirada siempre puesta en la montaña, escudriñando el crepúsculo, buscando en secreto el resplandor que le devolviera a Pirepillan.

Un día oyó contar a un mapuche del norte que el hada de la nieve estaba presa en la cumbre del volcán Domuyo, se decía que un tigre feroz y un monstruoso cóndor de dos cabezas no dejaban que nadie se le acercara. Y Copahue, feliz de contar con un dato que le permitiera explicarse se ausencia y seguirla con el pensamiento, con la seguridad de poder salvarla, con todo el entusiasmo que da el amor, se apuró a preparar la expedición. Había que marchar siempre hacia el noroeste, bordeando la Cordillera del Viento, y escalar la gran montaña.

Todos los machis desaprobaron la empresa y le dieron sus razones a Copahue: indudablemente todo era obra de un hechizo, y para vencerlo era necesario un talismán especial, más valioso que el oro, más fuerte que el poder. Pero Copahue no era hombre de retroceder. Era un gran cacique, tantas veces había lanzado su grito de guerra desde las cumbres y había bajado las laderas arrasando enemigos...

¿Quien sino él pelearía con un tigre, con un cóndor, con la misma Kai-Kai-Filu si fuera necesario? ¿Que botín más valioso que abrasar a Pirepillan y bajar con ella la montaña después de la gran batalla?

Copahue se despidió de sus hombres al pie del Domuyo y comenzó a subir solo, primero por las sendas y después, cada vez mas alto, por los diabólicos peldaños de la ladera rocosa, casi sin planos ni hoyos, solo filos y puntas traicioneras. Copahue estuvo a punto de abismarse muchas veces, arrastrado por un viento bramante, y aguardo los derrumbes aferrado como podía a las rocas cubiertas de hielo.

Ya cerca de la cumbre pensó que la empresa era imposible, tenían razón sus consejeros, y por primera vez se sintió vencido, solo, desesperado... entonces rogó a Nguenechen que lo ayudara, que le diera la oportunidad de pelear por lo único que quería ya, a cambio de su patrimonio y su poder. No había terminado su oración cuando vio el soñado resplandor brotando de una grieta. Entonces Copahue avanzo una vez mas, dispuesto a todo. No alcanzo a ver a Pirepillan porque un puma colorado, enorme y furioso, se le abalanzó.

Pero Copahue era rápido, y de un golpe tremendo de su lanza mando al animal montaña abajo. Camino hasta la gruta y allí estaba la hija de la nieve, hermosa y sabia como la había visto por primera vez.

- Por fin llegaste, Copahue – dijo Pirepillan tendiéndole la mano.

Copahue la retuvo y se agacho para abrazarla, pero un Cóndor arremetió contra ellos, tirando doblemente picotazos, clavándoles la mirada fría de sus cuatro ojos. Entonces Copahue levanto su pequeño cuchillo y de dos blandazos cerceno las cabezas del pájaro, que suavemente acaricio las rocas con sus alas inertes y cayo muerto a sus pies.

Ahora si se abrazaron Copahue y Pirepillan, y comenzaron a bajar juntos el volcán.

- Yo se el camino – dijo Pirepillan, y guío a su salvador por una pendiente accesible, empedrada de oro.

Copahue no podía creer lo que veía:

- ¡¡¡Era verdad!!! – Gritaba – Es el famoso tesoro del Domuyo! – y ya se agachaba a recoger las pepitas que iba pisando.

- No subiste hasta acá por el oro – dijo deteniéndolo, seria, Pirepillan

– El tesoro siempre fue de la montaña. ¿Quién sabe lo que podría ocurrirnos? Vamos, ya estamos juntos, no precisamos más que eso.

– Y Copahue se dejo llevar, dejando atrás el camino reluciente.

Copahue condujo a Pirepillan con su gente y vivieron muchos años como marido y mujer. Pero su pueblo nunca quiso a la hija de la montaña, la que había alejado al cacique de los suyos, la que se había llevado a Copahue más allá de la Cordillera del Viento y lo había devuelto sin ánimos de guerra... Y cuando los de Chillimapu los derrotaron y mataron a Copahue en una batalla, el odio contra Pirepillan se desato.

Una noche la fueron a buscar hasta su toldo, siempre nimbado de esa luz inexplicable. Se la llevaron a los empujones y a los golpes, insultada, en medio del griterío y el humo de las hogueras, hasta el extremo del valle, allí donde comienza la ladera. Condenada a morir, mirando con horror las lanzas que pronto arremeterían contra ella, Pirepillan llamo con todas sus fuerzas al muerto que una vez la había salvado:

- ¡Copaaahueee! ¡Copaaahueee!

El grito pareció enfurecer todavía más a los mapuches, que se apuraron a derribarla e hicieron brotar la sangre transparente del hada de la nieve. Y en el lugar de su muerte, al pie de la montaña, siguió corriendo para siempre su cuerpo deshecho en agua sanadora.


Una Vieja Leyenda

Imagen: celosenfermizos.blogspot.com

http://compartiendoculturas.blogspot.com/2009/09/tenten-vilu-y-caicai-vilu.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2009/02/trentren-vilu-y-caicai-vilu.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/10/historia-de-los-mapuches.html

lunes, 3 de noviembre de 2008

BAGUE

Nombre descriptivo: Ofrendatario ceremonial muisca
Cultura: Muisca
Periodo: Cacicazgos (500 d.C.-1492 d.C.)
Dimensiones: 25x17 cm.



LA CREACIÓN


Bague es la Gran Madre Creadora del Universo en la mitología muisca.

Ella es la intangible, ella es el pensamiento, la imaginación y la fuerza que vino. En Ella y en su pensamiento, esta todo lo que hoy existe.

En el tiempo de unquyquie nxie, cuando Bague pensó, su pensamiento se transformó en obra. Antes de esto no había nada.

Así Bague, la gran abuela creó a los hacedores y formadores del universo y les dio la orden de comenzar la creación del universo.

Fuente:

http://es.wikipedia.org/

Imagen: museonacional.gov.co

domingo, 2 de noviembre de 2008

LA MADRE DE AGUA

"OJOS DE AGUA"
TÉCNICA:PINTURA AL OLEO SOBRE LIENZO
Alvaro Sarmiento Pérez



Esta es la historia de una niña muy hermosa de cabellos áureos y fulgurantes, casi blancos; sus ojos son grises, claros como dos gotas de agua del más puro manantial. Pero en el fuego de sus ojos hay hipnotismo, una fuerza de atracción que es imposible resistir; el único defecto en su angelical figura es que tiene la característica de tener los piecitos volteados hacia atrás, por lo cual deja los rastros en dirección contraria a la que ella sigue.

Persigue únicamente a los niños, sobre los cuales ejerce una influencia perniciosa. Se puede decir que hay niños que nacen con esa "lesión", predispuestos a la persecución de la Madre de Agua, y desde bebes son atraídos y molestados por ella.

El niño perseguido habla siempre de una niña linda que lo llama, sueña con ella, se despierta asustado y vive predispuesto siempre a ausentarse solo, atraído por algo extraño.

Cuando lo llevan a la orilla de las aguas se ve intranquilo, cree ver flores muy bellas flotando en la superficie; se abalanza sobre lo que cree ver dentro del agua e insiste en que tiene que irse, pues una niña lo llama con sus blancas manecitas; le da fiebre y diarrea y la conmoción lo enferma perniciosamente, y muchas veces muere, fuera de otras, que por un ligero descuido se pierde o se ahoga, raptado por la Madre de Agua.

En la cultura popular se afirmaba que para librar a un niño de esa fuerza maléfica hay que rezarlo, llevárselo al cura para que lo bendiga colgarle escapularios, medallas, azabaches o abalorios indígenas del cuello; frotarlo con ajo, “chicote” o yerbas como la ruda y la albahaca. Además es necesario ofrecerlo en presentación a las Animas Benditas y procurar no llevarlo a la orilla de las aguas, por lo menos mientras crece y ya no es perseguido por el espíritu maligno.



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http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/08/origen-de-la-laguna-de-tota.html

http://compartiendoculturas.blogspot.com/2008/10/la-bachue.html