sábado, 5 de abril de 2008

LA FLOR DEL AMATE


El amate es un árbol que no tiene flores ni frutos.

La leyenda dice que este árbol tiene un negro secreto oculto entre sus deformes ramas, y es que a las 12:00 de la noche en punto, en la copa de éste, nace una hermosa flor blanca, la cual cae al suelo y el hombre que logre agarrar esta flor, tendrá todo lo que quiera, amor, dinero y salud, pero no es tan fácil, pues la verdadera prueba es luchar contra el diablo, que es el dueño de esa flor.

Se dice que tiene que ser una lucha a muerte; si el Demonio gana, se lleva el alma de aquel hombre, pero si el hombre gana tendrá todo lo él quiera.

Nota:

El amate de El Salvador pertenece a la familia de las moráceas y al género ficus. De ellos hay por lo menos diez especies, que además son nativas.

* Es pariente de los arbustos también llamados ficus, del palo de hule, laurel de la india y del higo, entre otros, que han sido introducidas al país.

* En El Salvador existen varias especies de amates, los cuales se diferencian en la altura, el fuste (palo) y las raíces, entre otros.

* Crecen de preferencias en zonas más calientes.

* Su amplia copa puede alcanzar cincuenta metros de diámetro.

viernes, 4 de abril de 2008

JUSTO JUEZ DE LA NOCHE

Personaje de leyenda de El Salvador.

Según la tradición oral es un fantasma que se aparece a quienes deambulan por los caminos rurales a altas horas de la noche, otros lo describen montado sobre un caballo negro.

Según las narraciones esta aparición es un sujeto alto que no posee cabeza, en su lugar, aparece una columna de humo.

Quienes se han visto sorprendidos por el Justo Juez afirman haber sido advertidos de regresar a sus casas, puesto que la noche le pertenece a él.

Y en más de una ocasión el incauto es azotado a manera de reprimenda.

El Justo Juez pertenece al folklore de El Salvador.

"Seco como un árbol aniquilado por el bejuco matapalo, su rostro brilla levemente con la ceniza pálida de los siglos y sus ojos rojos tienen un fondo donde nos espera la locura o la muerte. Nadie más justo que el, sin embargo. De ahí su nombre. Solamente los fatuos, los necios y los obstinados deben temer su daño sin motivos especialmente graves”.
Roque Dalton, poeta.



En el año 2004 dentro de la serie "Leyendas de El Salvador”, la Dirección General de Correos del Salvador emitió un sello postal en su memoria.

jueves, 3 de abril de 2008

EL TABUDO


Esta leyenda es muy popular entre los pescadores, moradores y visitantes de los lagos y lagunas de El Salvador.

Parece ser que el dueño de una hermosa mansión localizada en el lago de Coatepeque salió a dar un paseo en una canoa artesanal; al estar cerca de la isla fue arrastrado por una corriente subterránea y llevado hasta los dominios de la diosa de agua dulce.

Nunca se le volvió a ver con vida.

A los pocos meses se apareció a las personas que cuidaban su propiedad y se las heredó. Ellos quedaron perplejos al verlo pues sus rodillas se habían ensanchado tanto que parecían un par de balones de fútbol, al igual que sus labios y se asemejaba a una criatura marina más que un ser humano. Las tabas son las rodillas y de ahí proviene el nombre.

El tabudo es como una especie de magnate submarino y cuando le agrada una persona, se les aparece aparentando ser un humilde pescador y se los lleva hasta lo más profundo del lago; a los hombres los convierte en enormes peces de colores y a las mujeres en sirenas de agua dulce.

miércoles, 2 de abril de 2008

LA CARRETA CHILLONA

Es una historia que supuestamente sucedió en un pueblecito situado en las faldas noroeste del Cerro Santa Catalina, San Esteban, del Departamento de San Vicente. Los lugareños creían en toda la gama fantasmagórica de la rica mitología salvadoreña, tal como la Siguanaba, el Cipitillo, el Duende, etc.

Esta Carreta Bruja le apareció a una mujer chismosa llamada Cirinla. Era una carreta del tamaño normal sin bueyes, pero en las puntas de los palos que componían el estacado llevaba una calavera humana con grotesca mueca de sonrisa.

La carga de la carretera consistía en un promontorio de cadáveres decapitados que se retorcían como tentáculos de mil pulpos.

Los arrieros, en vez de cabeza tenían un pequeño manojo de zacate. En la mano izquierda aseguraban una puya y en la mano derecha el mango de enorme látigo negro. Danzaban y haciendo estallar latigazos sobre los cuerpos gritaban y mencionaban los nombres de todas las personas en el pueblo que eran conocidas como mentirosas, falsas e hipócritas. Y mientras decía los nombres, los chicotazos sonaban como estampidos de balazos en los lomos desnudos de los cuerpos torturados.

Era tal la curiosidad de Cirinla que cuando escuchó el ruido de la Carreta Bruja salió de su casa a verla y su espanto fue tan grande que al día siguiente amaneció muerta encima de un charco de su propia sangre de curiosa, chismosa, revoltosa, criticona y juzgona.

Y desde entonces la Carreta Bruja ya no se escuchaba rodar sobre el suelo empedrado de las calles del apacible pueblecito.

martes, 1 de abril de 2008

LA CARRETA BRUJA



En épocas pasadas especialmente en noches muy oscuras, se aparecía por las ciudades y aldeas una vendedora ambulante que iba halando una carreta la cual se hallaba repleta de velas y candelas blancas. La gente que las necesitaba las compraba y cuando se disponían a pagarle a la mujer en un abrir y cerrar de ojos desaparecía.

Cuando llegaba el momento de encender las candelas, éstas se convertían en huesos.

La visita de aquel macabro personaje auguraba que alguien de la familia enfrentaría un grave peligro. Conforme fueron pasando los años siguen apareciendo más testigos de tan tétrica experiencia y cuentan que la mujer se aparece toda vestida de negro y opera principalmente cuando hay tormentas y apagones.

lunes, 31 de marzo de 2008

“COSAS DE MI PAGO”

¡Qué de cosas tiene el pago
qué al vivirlas se valoran!
Se comprenden,
se atesoran con los ojos del querer;
con los ojos del afecto
que no advierte los defectos
que mi pago, cómo tantos,
de seguro ha de tener…
¡Qué de cosas tienen el pago
en lo que hace a tradiciones!...
En su suelo,
todo entero,
un nidal del cancionero
con sus zambas, con sus gatos,
chacareras y canciones…
Más que cantos son poemas
donde cuajan en sus temas
las más puras, las más bellas,
las más sabias expresiones…
Con auténtico folklore
cuya estela nadie iguala.
¡Quiere cosas que más deja
que esos versos que emotivan
al tun tun de una vidala!
¡Qué cosas tiene el pago,
para todos los que arriban!
No son grandes maravillas…
Cosas simples y sencillas
que emocionan y cautivan.
Cual sus noches despejadas,
hondas, plácidas y bellas,
con su bóveda suprema:
que semeja una diadema
engarzada con estrellas…
¡Qué de cosas tiene el pago
que al vivirlas se valoran!
Quien se adentra en sus rincones;
quien convive con su gente,
ve surgir sus tradiciones
de esta tierra acogedora.
Tierras vírgenes y montes
febricientes de riquezas,
y que Aguirre bautizara
con palabra audaz y clara
como Tierra de promesas.
¡Qué de cosas tiene el pago
y perdonen que yo insista!...
¿Cómo quieren que no alabe
a este pueblo que le cabe,
con justicia ser laureado:
por noble y pacifista?
Pueblo manso, lindo y bueno…
De por ser hospitalario,
que prodiga la amistad
con entrega,
con amor.
Con sentido solidario,
con cariño y hermandad.
¡Qué cosas tiene el pago!...
Por las cuales lucharé.
Nunca… nunca dejaré
de contarle como lo hago,
de ofrendarle
día a día,
lo mejor que pueda darle;
mi modesta poesía
a las cosas de mi pago!
Tata Melcho

domingo, 30 de marzo de 2008

EL CIPITÍO


Llamado originalmente Cipit, y en la actualidad Cipitío o Cipitillo es un personaje de leyenda en El Salvador.

Nació de la relación que tuvo su madre Ziguet (Sihuet) (diosa Luna) con el dios Lucero de la Mañana, traicionando infielmente al dios Sol. Es por eso que el dios de dioses, Teotl condenó tanto a la madre como al hijo. A la madre la degradó de su categoría de diosa Luna a mujer errante y al niño le condenó a nunca crecer, y conservarse por siempre en la edad de once años.

Cipit es hijo de dioses, pero su aspecto es el de un niño de bajas condiciones sociales y económicas, con una deformación en los pies, teniéndolos revés, enorme barriga y con el poder de teletransportarse.

(Es de admirar que en épocas precolombinas, se tuviera claramente definido el concepto de teleportación).

Su alimentación está basada en comer cenizas y bananas.

Además la Mitología Cuscatleca lo ubica en la región de San Vicente.

Durante siglos, Cipit fue el dios de las relaciones prohibidas y adulteras, en la actualidad es un icono de la cultura salvadoreña donde es representado como un niño alegre y que vaga errante.

El Cipitío es un ser propio del folklore salvadoreño. La leyenda ha evolucionado de generación en generación, adaptando muchos de los elementos de la misma para no perder vigencia; aunque en el fondo, conserva la esencia ancestral.

El nombre viene del nahuat Cipit, que significa niño, de donde se deforma la palabra "Cipote" utilizada para nombrar a los infantes en El Salvador. De estatura acorde a sus eternos diez años, con barriga prominente, ropa de manta y un sombrero de palma puntiagudo y de grandes alas.

Se dice también que tiene los pies hacia atrás

Frecuenta los trapiches de las moliendas de caña, le gusta comer y bañarse con cenizas, también gusta de frecuentar ríos y es un eterno enamorado de las muchachas a las que constantemente les espía, silba, o arroja piedrecitas y flores

Aunque no es ofensivo, es hostigoso. Generalmente hace bromas con las cuales se burla de las personas, carcajeándose sonoramente. De igual manera, se ha escuchado mencionar en la lengua salvadoreña que cuando una chica es objeto de su hostigamiento, la solución para alejarlo es comer en el baño, frente a la taza de un inodoro; esto debido a que se supone que él siente asco fácilmente con los malos hábitos de las personas, en este caso las mujeres, por eso se supone que esta es la solución más efectiva cuando una mujer está siendo objeto de sus hostigamientos.

Según la Mitología Cuscatleca, él era el hijo de un romance prohibido entre la diosa Luna, Sihuet y el dios Lucero de la Mañana. El padre de la joven, el Dios Tlaloc, al enterarse dejó caer una maldición sobre hijo y madre.

Hay una serie televisiva, en la que Cipitío reconoce a su abuelo, con quien se comunica cuando tiene problemas.