Cuenta la leyenda que Balder, el dios de la paz había sido herido y muerto por una flecha de muérdago. Esto entristeció a los dioses, que conmovidos por los llantos de su amada, le restituyeron la vida para que continuase eternamente con su amor. Por ello, en tributo a esta pasión sin fin, Balder ordenó que cada vez que una pareja enamorada pasase por debajo de una rama de muérdago, se besasen para perpetuar su amor.
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http://compartiendoculturas.blogspot.com/2008/11/balder.html
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