Tatagua
por Harry Wareco Martinez Diaz
Vasija taina con figura femenina.
Cuentan que en tiempos remotos, en Cuba, antes que llegaran los colonizadores españoles, había una india muy bonita llamada Aipiri.
Esta joven era muy dada a las fiestas y a las diversiones donde podía deleitar a todos con su melodiosa voz y con sus bailes.
Un día, Aipiri se casó, y de esa unión nacieron seis hijos, pero a pesar que los años habían pasado, ella no lograba adaptarse a la vida de familia, y echaba de menos las fiestas y los guateques.
Pero un día, mientras su marido trabajaba en el campo, ella se fue a una fiesta dejando solos a sus hijos en la casa, y día a día ella se ausentaba más y más.
Sus hijos, al no tener comida, porque su madre no se ocupaba de ellos, comenzaron a llorar con un fuerte guao guao guao.
Mabuya, el dios del mal, los escucho, y cansado de sus gritos los transformo en unos árboles que hoy día conocemos con el nombre de "Guao", este árbol es tan venenoso que solo su sombra es capaz de causar las más graves intoxicaciones.
Cuando Aipiri regreso a su casa, encontró seis árboles en lugar de sus hijos, y antes que pudiera recuperarse de su sorpresa, ella fue transformada en una "tatagua", que es la mariposa nocturna que en la actualidad la conocemos como la mariposa bruja.
Se dice que esta mariposa entra en las noches a las casas para recordar a las madres que jamás deben abandonar a sus hijos.
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