domingo, 17 de mayo de 2009

LA DIOSA MARI

Diosa del vaso manante (Mari)
Autor:Autor Anónimo
Fecha:Siglo XVIII a.C.
Museo:Museo de Alepo
Características:150 cm. alura
Material:Piedra

Obra de bulto redondo de gran originalidad ataviada a la forma siria (y no paleobabilónica) y con un par de cornamentas sobre la cabeza que demuestran su divinidad.

En el rostro apreciamos dos huecos para la incrustación de los ojos, y un tratamiento de las cejas que nos habla de un cierto arcaísmo. Lleva los pies desnudos y se alza sobre un pedestal.




Las tormentas son cosa de Mari, se dice también en España.

Según cuentan en Gorriti, Mari crea las tormentas en una cueva de Aralar.

La diosa más conocida de esta mitología, dominadora de otros genios, se identifica al mismo tiempo con el bien y con el mal, probablemente es el respeto que suscita en muchas zonas de Euskal Herria lo que mejor la define.

Mari, en cierta medida, representa la belleza, no se cansa de peinar sus largos cabellos ante el espejo, esto es un mal presagio, si se le pregunta porque se prepara de ese modo, ésta es la respuesta: "Gaur Naparrora nua iittara" (voy a Navarra a segar), esa misma tarde el granizo asolará los trigos de Navarra.

Uno de sus hijos, Mikelats, será quien le ayude en este trabajo. Del mismo modo que éste se asocia al mal, su otro hijo, Atarrabi, se relaciona con el bien.

Numerosos son los pueblos de Euskal Herria que le darán noticia de Mari.

En la zona del Plazaola, son varias las acepciones que se utilizan, Aldureko Mari en Gorriti, Marimur en Leitza, Mariburute en Udabe, Andre Mari Muiroko en Arano.

Las cuevas y las simas son las moradas de Mari. Por lo tanto cualquier cueva o sima de Aralar puede dar cobijo a esta diosa.

Pero cuidado, no recibe a cualquier visitante, ella es quien debe invitarnos a conocer su morada.

Según cuentan una mujer tuvo la osadía de robar un peine de oro de la cueva de Mari, el peine que utiliza cuando pasa largas horas arreglando su cabello delante del espejo. Mari montó en cólera, y a la mañana siguiente los campos de esa mujer amanecieron cubiertos de piedras.

En algunas zonas de Euskal Herria se asocia Mari con la sequía, en este caso su presencia siempre va unida a la tormenta.

A tenor de lo que dicen los de Arano, Mari manda las tormentas desde una sima de Mugiro, y al cruzar el cielo toma forma de caballo.

En Leitza creen que es el puente de Maimur el lugar donde la diosa da comienzo a la tormenta, ese es el puente al que se dirige para recoger los vientos que darán lugar a los rayos y truenos.

Estás sobre aviso, en verano, cuando viene la tormenta, acercándote al puente de Maimur o contemplando en el cielo la formación de la tormenta puede que veas a Mari, en caso contrario, lo que es seguro es que nos ha visitado.


Imagen: artehistoria.jcyl.es
http://www.artehistoria.jcyl.es/arte/obras/13068.htm

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