sábado, 28 de febrero de 2009

EL HUAGURUNCHO Y LOS YANESHA

Joven mujer Yanesha

En la visión sobre el territorio poligonal Yanesha (Amuesha), reflejada por el Nevado Huaguruncho, existen por lo menos 30 casos de ancestros importantes, probables cabezas de linaje con el título de Yompor (nuestro padre) o tienen origen o participaron en hazañas en zonas andinas sobre los 3000 metros de altura.

Cabe señalar la siguiente leyenda: El Padre Matar y su séquito, retornando de la selva baja, cargados de productos selváticos, convertidos en peñas y rocas en territorio Yanesha.
Se revela que el Padre Matar regresaba a su casa y templo cerca de La Oroya, en el río Mantaro=río Mataro, la historia del Padre Yompuer, mitad persona y mitad piedra, es muy conocida entre los Yanesha.

Se afirma que su templo está dentro de un cerro sobre la ciudad de Tarma a más de 3000 metros de altura quizá este templo este en la gruta del Huagapo, en la cabeceras del río que lleva su nombre. La laguna Parromno, en el corazón del territorio Yanesha muy cerca de Villa Rica- Oxapampa en el Departamento de Pasco, es el escondite del ancestro dual, Carhuaýequesh-Entataquesh. Según datos, Carhuaýquesh-Entataquesh llegó desde la sierra alta con gente “Yunca” o Yunga; su templo estuvo ubicado en el nevado Ticlio o Anticona, en el divisorio de aguas Atlántico-Pacífico. La hermana melliza de Carhuaýquesh se llama Huacaronäh; hoy el nevado Huaguruncho - Apu hembra.

Los dos hermanos están vinculados a un tercer nevado, Encaronäh, hábitat de las hierbas mágicas para recuperar almas perdidas. Se cree que al retirarse las nieves eternas en Ticlio - Carhuaýquesh y Encarroña de las zonas altas de Tarma, sus espíritus fueron a morar al Cordillera del Huaguruncho hoy se aprecia una corte y jerarquía de dioses tutelares andinos. La tradición oral, expresa que el Abuelo Yos, animador de la vida en la tierra, vive río abajo. Existen dos versiones sobre su ubicación:

1. Vive en el bajo río Pachitea dentro del cerro Serrapen o El Sira. (Oxapampa – Pasco)

2. Vive en una tierra cruzando el mar de Pachacamac bajando por el río Rimac o Lurin (Lima).

El pueblo Yanesha invoca siempre a sus dioses ancestrales que se le reconozcan sus derechos para a recuperar y proteger los santuarios de sus ancestros y los lugares históricos de sus pueblos que geográficamente comprometen los territorios de Pasco, Huánuco, Junín y Lima por ser el espacio donde caminaban los ancestros tutelares de los Yanesha.


Exploraciones e Investigaciones:
LIC. LUIS PAJUELO CHÁVEZ
ONGD PRO PERU
pajueloluis@hotmail.com
Cel. Movistar 63 9654960
www.ninagaga.com
www.huaguruncho.com

Imagen
pachamama.ciap.org

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http://compartiendoculturas.blogspot.com/2008/06/sobre-el-nombre-del-huaguruncho.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/07/jauja.html
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viernes, 27 de febrero de 2009

EL PALO SANTO



HECHIZO INDIO PARA EL AMOR CON EL PALO SANTO


Cosacait, el Duende del Amor de los Pilagás

Que el árbol ha sido motivo de rituales y leyendas lo dice América que está poblada de ellos.

No existe árbol originario que no tenga un mito o una leyenda que de cuenta de su origen, de su floración, de sus benéficas propiedades para curar el cuerpo y el alma, algunas de ellas se mantienen escondidas como el más preciado tesoro tal vez como protección de los ojos codiciosos que todo lo materializan y comercian.

Entre esos tesoros ocultos encontramos entre los Pilagás, aborígenes que habitaron la llanura chaqueña un sortilegio y un duende, Cosacait protector del Amor.

Así hoy les entrego este bello relato que cuenta sobre el Árbol Sagrado del Amor, árbol que nosotros conocemos como ldquo; Palo Santo rdquo, este se distingue en el monte por lo verdoso de su tronco y el rico aroma que despide cuando se corta una rama o se enciende fuego con sus leños.

Es la metáfora del amor verdadero, cuando lo hachan cuando lo hieren es cuando destila su aroma profundo que se expande en el espacio.

Es en este árbol donde dicen los Pilagás que habita el Duende del Amor que ellos llaman "Cosacait," el dios protector y guardián del puro sentimiento.

Con sus hojas las quetenlok, muchachas sin compromisos hacen el kotaíki, un amuleto para el amor. El mismo consiste en una bolsita hecha con cuero de anta que se cierra con hilo de cháguar del cual se cuelga al cuello y donde se guardan hojitas de este árbol.

La importancia que dan a Cosacait se observa en el ritual con que sellan la alianza de compromiso las jóvenes parejas Pilagás.

Cuando una quetenlok elige su pareja, lleva al elegido monte adentro al lugar donde ella ha encontrado una plantita tierna de palo santo. Ante ella la muchacha le confiesa su amor y le entrega la “ kotaiki rdquo; que el se cuelga al cuello tocando su corazón. Es el símbolo de fidelidad y protección, la que ella lo preservará de “Davicho rdquo; el espíritu contrario del amor que siempre anda rondando a las parejas buscando destruir el sentimiento que los une. Desde la entrega de la kotaíki son novios formales y se deben fidelidad, pacto que sólo la muerte podrá romper. La alianza se guarda en secreto hasta el momento de la ceremonia en la cual quedarán reconocidos socialmente como pareja.

A partir de ese momento la plantita de Palo Santo es el altar donde la pareja va a ofrendar a Cosacaít.

La muchacha la riega y le deja ofrendas de coca al Duende, y el muchacho la cuida, saca las malezas a su alrededor y la cubre con ramas si el sol amenaza con dañarla, y de a poco llena su kotaíki con las hojitas. Ambos se preocupan porque saben que tal como sea el crecimiento de la planta será el desarrollo de su amor. Puede crecer sana y fuerte o si es débil y se seca así morirá el amor.

Davicho entonces habrá sido más fuerte y triunfó sobre Cosacait.


Autor: Lic. Marta Juarez

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jueves, 26 de febrero de 2009

EL UNICORNIO, LA PROFECÍA DEL CUERNO VERDADERO


LA PROFECÍA DEL CUERNO VERDADERO

“Desaparecerá gradualmente en la tiniebla
en una noche hecha por el Hombre,
pero el sol atravesará esa niebla
cuando me pierdo, y así otra vez me gano”.

¡Libérate! ¡Libérate! Te llamo
a Nuevas tierras más allá del mar;
que otro, por sendero estrecho, se me acerque.

Más lejos, más alto, pero fuera de alcance.
Elige bien el camino que enseñe
Como se levanta el Hundido,
Cómo se llena el vacío,
Cómo finalmente se sosiega
Un corazón desconcertado.

¡Busca la Gran Piedra!
Márcala con una señal!
Para que quien te siga
Sepa que es la mía,
Y esté cierto, al verla y pondere,
tal como escribieron los Antiguos:
“Tal y tanto arriba, tal y tanto abajo”.

Y custodiaré la fuente de la Grandeza:
Esperaré junto a una lágrima
Nacida ni de la pena ni de la alegría,
Revestido de plata, bajo tierra;
"Soy el Cuerno Espiralado”.


Codex de Magnalucius

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miércoles, 25 de febrero de 2009

EL SOL ROJO




Entre los indios mocoretaes había uno, joven, aguerrido y valiente llamado Igtá (hábil nadador) que amaba a la más buena y hermosa de las mujeres de su tribu, Picazú (paloma torcaza), y quería casarse con ella.

Los padres de Picazú consintieron en que se realizase tal boda; pero siendo necesaria para ello la aprobación de la Luna, llamaron al Tuyá (adivino) de la tribu para que la consultara.

Era una noche plácida y serena.

La luz blanca, clara, brillante y hermosa de la Luna iluminaba los campos y las tolderías de los indios. Y el Tuyá interpretó:

-Esa luz que nos envía la Luna significa que ella aprueba satisfecha la boda de Igtá y Picazú.

Entonces, el Jefe de la tribu ordenó a Igtá demostrase a todos que en verdad era digno y merecedor de tomar compañera. Para ello debía arrojarse a las aguas de la laguna y nadar durante largo rato. Después, ir en busca de un gran número de presas de caza.

Igtá, que era excelente nadador y había cazado mucho desde su niñez, realizó las pruebas con el mayor éxito, pues nadó cuanto se lo pidió y trajo entre sus brazos abundante caza.
Las ceremonias de la boda se realizaron una noche, después de tres lunas. Se encendió una gran hoguera, a cuyo alrededor todos los indios comían, bebían, bailaban y cantaban, festejando tan gran acontecimiento.

Pero algo faltaba para que Igtá y Picazú fueran felices: tener la seguridad de que Tupá, su dios bueno, había aprobado también la boda. Y esperaron.

¡Cuál no sería su pena y desconsuelo, cuando llegada la noche siguiente comenzó a caer una copiosa lluvia!

Eran las lágrimas de Tupá las que caían sobre la tribu para significar el descontento y desaprobación del dios por haberse realizado la unión de los jóvenes indios.

Igtá y Picazú no podían, pues, continuar unidos perteneciendo a la tribu. Debían huir y arrojarse a las aguas de la laguna. Allí había una isla donde moraban todos los que se habían casado contrariando la voluntad de Tupá. Los dos debían ir a esa isla para no volver jamás.

Al día siguiente cesó la lluvia. Y por la tarde, a la hora en que el sol iba a ocultarse en el ocaso, Igtá y Picazú se arrojaron al agua y comenzaron a nadar.

Los indios de su tribu, reunidos a orillas de la laguna, viéndolos alejarse lentamente, los injuriaban y maldecían para aplacar el enojo de Tupá y evitar sus castigos, pues ésta era su creencia.

Igtá, hábil nadador, consiguió nadar buen trecho, ayudando también a su infortunada compañera. Poco faltaba a Igtá y Picazú para llegar sanos y salvos a la isla, cuando una nueva desgracia cayó sobre ellos: Ñuatí (Espina), un guerrero malvado de la tribu, les arrojó una flecha.

Todos los indios lo imitaron, y entonces fue una lluvia de flechas la que llegó hasta Picazú e Igtá, quienes, heridos quizás por ellas, desaparecieron de la superficie de las aguas.

En ese preciso instante el sol, que se hundía en el horizonte, tomó un intenso color rojo; y su luz tiñó la laguna e iluminó de rojo los campos y el cielo.

Esto llenó de asombro a los indios, los que, atemorizados, huyeron velozmente, alejándose de la laguna.

Mientras tanto Igtá y Picazú, ayudados sin duda por Tupá porque eran buenos, lograban salvarse y llegar a la isla, donde podrían al fin vivir felices, pues se amaban mucho.


VOCABULARIO

Tupá: Dios bueno de los guaraníes.
Tuyá: Anciano de la tribu. Consultaba los astros. Curandero y sacerdote.
Igtá: Hábil nadador.
Picazú: Paloma torcaza.
Ñuatí: Espina.


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martes, 24 de febrero de 2009

ALCE NEGRO



Alce Negro (1863-1950) es quizá el sioux más famoso.

Con trece años presenció la batalla de Little Big Horn, en la que los sioux aniquilaron a las tropas de...

Los indios profesaban un profundo respeto hacia la naturaleza.

Creían que la armonía con la naturaleza era necesaria para evitar la muerte y el dolor.

La tierra, el aire, los seres vivos y el agua eran compartidos por todo el grupo y nadie podía poseerlos de forma individual.

El indio no podía entender la mentalidad del blanco, su deseo de propiedad de la tierra, su necesidad de acumular riquezas.

De lo que sí eran conscientes los indios era de que esta conducta codiciosa tendría como consecuencia el exterminio de un modo de vida que ellos habían mantenido durante miles de años, una reflexión basada en el respeto a las tradiciones y dotada de sentido en cuanto a la supervivencia del grupo.

Alce Negro, el sioux que con solo trece años presenció la batalla en la que los sioux aniquilaron a las tropas americanas, expone en esta plegaria la visión que tuvo cuando era niño y cómo marcó los pasos de su vida:

«Ancestro, Gran Espíritu, mírame de nuevo, a mí que estoy en la tierra e inclínate para oír mi débil voz.
Tú viviste primero y eres anterior a todas las necesidades, más antiguo que la plegaria.
Todas las cosas te pertenecen, bípedos, cuadrúpedos, lo que tiene alas y lo que es verde y está vivo.
Tú has puesto en orden el mundo para que los poderes de los cuatro puntos de la tierra se crucen unos con otros.
Tú me has hecho cruzar el buen camino y el camino de las dificultades, y donde se entrecruzan, lugar sagrado.
Día tras día, por siempre, eres la vida de todo.
¡Escucha! Inclínate para oír mi débil voz.
En el centro el círculo sagrado, llorando, Gran Espíritu, Ancestro, tengo que decir que el árbol nunca floreció, que el árbol se marchitó.
De nuevo, recuerdo la gran visión que me diste.
Quizá alguna pequeña raíz del árbol todavía esté viva, entonces nútrela para que pueda echar hojas y florecer y llenarse de aves cantoras.
Escúchame para que la gente pueda una vez más encontrar el buen camino y el árbol protector [...].
Los Seis Ancestros han colocado muchos seres en este mundo y todos deben ser felices. Todos los seres pequeños han sido enviados por alguna razón, y en ellos debe perdurar la felicidad y el poder de hacer felices a otros, porque este era el deseo de los Abuelos del Mundo.»


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lunes, 23 de febrero de 2009

EL GRITÓN

Del Gritón se dice que era el alma en pena de un arriero que al filo de la media noche gritaba con fuerza desde un monte alto y su llanto se sentía a varias leguas a la redonda.

Sus sitios favoritos son los caminos de herradura y las colinas en las noches tranquilas; su grito es peculiar como quien arrea mulas.

Quienes lo han visto aseguran que usa un sombrero alón y fumaba un tabaco e iba en una mula negra de orejas grandes.

Si alguien le coreaba el grito, entonces el gritaba más duro para dejar sorda a la persona que lo remedaba.

domingo, 22 de febrero de 2009

GURUTREGUA


Este animal es la zorra, raro en las islas de Chiloé y acaso por esta razón se le atribuyen propiedades funestas.

Es símbolo de todo mal, de toda desgracia, siendo además, por extremo audaz y astuto.

Si se encuentra en el camino una zorra, no se continúa adelante, se regresa al punto de partida para evitar una fatalidad.

Cuando alguien mata a una zorra, debe dejarla en el mismo sitio en que le dio muerte, porque de lo contrario le ocurriría al que la moviese desgracias inevitables, como enfermedad, muerte.