sábado, 16 de agosto de 2008

LEYENDA DE HUNZAHÚA




Se cuenta que fue Hunzahúa, uno de los pocos soberanos que impusieron su dominación sobre toda la nación chibcha. Era fuerte y luchador en las batallas. Pero la ruina de aquel hombre irresistible, no la acarreó ningún enemigo, sino sus desarregladas pasiones.

Tenía Hunzaúa una hermana tan hermosa, que no pudiera haberse hallado otra como ella entre todas las doncellas chibchas. El veleidoso monarca se enamoró apasionadamente de su hermana y comunicó a su madre su determinación. Negóse la madre a dársela como esposa. Cosa insólita debió parecerle a aquella grave matrona tan insensato antojo de su hijo. Los chibchas, al menos en los dominios de Zipa, tenían prohibido el matrimonio entre parientes, hasta el segundo grado de consanguinidad, y en toda la nación chibcha era tan abominable el incesto, que tenía siempre por castigo la muerte.

Quedó Huzaúa, anonadado ante la inflexible negativa de su madre. La más acerba tristeza abatió por muchos días el ánimo del soberano de los chibchas. Perdió el tino y el consejo, y prefirió huir a Chipatae, robando a su hermana de la tutela de su madre.

En Chipatae la hizo su esposa. Algún tiempo después, el recuerdo de su madre desolada, los forzó a volver a Tunja al hogar materno. Bien comprobó entonces la madre que los dos hijos eran esposos, montó en cólera y dispuso corregir a en su hija tan enorme escándalo con un severo castigo. Echó mano de la sana, que era el palo de revolver la chicha; la muchacha, que no era tonta, se amparó tras de la tinaja.

Esquivó el tremendo garrotazo, que dio estruendosamente sobre la gacha o moya. Toda la chicha se derramó y entonces se formó el pozo de Donato, que es como en nuestros días se denomina una famosa laguna, situada al norte de la ciudad de Tunja.

Los dos desalentados hermanos ya no dudaron que solamente huyendo de palacio podría gustar la felicidad. Abandonaron a Tunja y partieron hacia el sur, hasta Susa. Aquí se dispuso con alegría el Zaque errante a recibir de su esposa el primer fruto de aquel su gran amor tan desdichado. Pero los nuevos padres quedaron espantados, al ver que el niño recién nacido se les quedó, de pronto, ante sus ojos, convertido en piedra.

Considerándose castigados por el Cielo, abandonaron Susa, sin saber qué rumbo seguir. Creyeron hallar en una encrucijada la señal que les indicaba el camino, y por él emprendieron un largo y fatigoso peregrinar, hasta que un día llegaron hasta el Salto de Tequendama.

Allí resolvieron quedarse a vivir, sin ver ni oír a nadie, escondidos en los bosques cercanos.

Al pasar la impetuosa corriente, sintieron los dos infaustos compañeros un súbito desfallecimiento: se miraron, y al mismo tiempo un hielo de muerte paralizó sus cuerpos, quedando allí convertidos en piedras en medio del río, hasta el día de hoy...

http://compartiendoculturas.blogspot.com/2008/06/las-piedras-de-tunja.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/08/el-salto-del-tequendama.html

viernes, 15 de agosto de 2008

EL PAN O TTANTA



Cuenta en sus crónicas Bernabé Cobo, que se le invitó un pan de maíz preparado a la usanza de los curacas, con harina de maíz, leche y grasa, y era muy agradable.

El pan o Ttanta, era preparado de maíz o quinua.

Sara Ttanta: Era pan o tortilla y bollos de maíz.
Ara ttanta: En Huaylas, es el pan de maíz blanco, cocido sobre piedras calientes.
Chuta o chutaca: Es el pan ovalado y plano que se hacía en el Cuzco.
Kkolle: Es un pan dulcete
Kauka: Es un pan tradicional
Satanka: Es un pan cocido en kallana o cancana.
Ttanta camayoc: Era el panadero.
Chapuni: Es amasar la harina.
Paruyachic o paruyark: Es cocer los panes a fuego lento
Kaskan ttanta: Es quemarse el pan.
Los panes incaicos eran tortillas o bollos que se hacían también rellenos y se les denominaba misti. (Antúnez de Mayolo)

En Cuzco, actualmente, se hacen los deliciosos panes chutas

Muchos de los potajes pre-colombinos de maíz se siguen preparando o son la base de otros.

Las humitas o humintas, llamadas por Garcilaso, Pan de los Incas; se hacen en variadas formas: Humitas con recado, con pollo o mariscos, Tamalitos verdes piuranos, Parpas de queso a la brasa, tamales costeños, envueltos en hojas de plátano, tamales serranos amasados con yemas y almendras, envueltos en hojas de achira y los de la selva en perfumadas hojas de bijao.

http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/03/mama-sara.html

jueves, 14 de agosto de 2008

VIRGEN DE LUJÁN

Estandarte de la Virgen de Lujan, realizado en similitud al que las tropas patriotas llevaron como estandarte en la Reconquista de Buenos Aires en 1806
Museo Orlando "Fito" Binaghi

La historia comienza en el siglo XVII cuando Antonio Farías Saa, un hacendado portugués afincado en Sumampa (Santiago del Estero), le escribió a un amigo suyo de Brasil para que le enviara una imagen de la Virgen en cuyo honor quería levantar una ermita. El amigo le envió dos, la que le había sido encargada y otra de la Virgen con el Niño Jesús. Virgen de Luján.

Al llegar a Argentina, ambas imágenes fueron colocadas en una carreta y partieron desde Buenos Aires a Santiago del Estero pero al llegar a las proximidades del río Luján la carreta se detuvo por una fuerza misteriosa contra la que no pudieron las dos yuntas de bueyes que la arrastraban.

Eso hizo que el boyero decidiera aliviar el peso de la carga.

A pesar del escaso tamaño de la Virgen, en el momento que bajaron el cajoncito que la transportaba, los bueyes insinuaron la posibilidad de reanudar la marcha, por lo que intentaron acomodarla nuevamente entre la carga pero, al subirla, nuevamente la carreta tornó a detenerse.

Descendida por segunda vez la imagen, una vez más el vehículo pudo andar.

Parecía imposible que el pequeño envoltorio y su mínimo peso impidieran la reanudación.

El boyero entendió entonces que, lo único que podía impedir la continuidad de la marcha, era el deseo de la Virgen de quedarse en ese lugar.

Los hombres comprendieron que estaba ocurriendo algo milagroso. Al ver que la Virgen no quería marcharse se dirigieron a la casa más cercana, la de don Rosendo.

Réplica de la ermita construida en tierras adquiridas por los Padres de Fátima,
construida en el
Lugar del Milagro, Villa Rosa,
donde estuvo por muchos años la imágen de la Virgen de Luján



La familia se emocionó al ver la imagen y la colocaron el su casa, la noticia corrió por toda la región, y se enteraron hasta en Buenos Aires. Las personas empezaron a viajar al lugar, entonces don Rosendo construyó una pequeña capilla, entre los pajonales de la pampa, y además le dedico a la Virgen un negrito para cuidarla y encargarse de mantener encendida una lámpara al pie del oratorio que, cada vez fue más popular a raíz de los milagros que, según relata Manuel, comenzaron a registrarse. En este lugar permaneció la virgencita desde 1630 hasta 1674.

La tradición nos dice que Manuel, realizaba curas milagrosas con el sebo de las velas de la capilla y relataba a los peregrinos los viajes de la Santa Virgen, que salía de noche para dar consuelo a los afligidos.

Manuel guardaba de los viajes de la Señora los abrojos se desprendían del vestido de la Virgen.

Con los años, don Rosendo falleció y el lugar quedo casi abandonado, pero éste hombre fue siempre fiel y continuó al servicio de la Virgen.

Doña Ana Mattos, viuda de Siqueyras era una señora que tenia gran cantidad de tierras a orillas del río Luján, ella quería llevar la imagen a su casa y realizarle una capilla, para ello en el año 1674, habló con el Cura Juan de Oramas, administrador de los bienes de don Rosendo y la colocó en su casa, pero la Santa Virgen desapareció y la encontraron en su antigua ermita (capilla), doña Ana volvió a llevar la imagen a su casa y por segunda vez regresó a la estancia de don Rosendo.

La dama consultó entonces a las autoridades eclesiásticas y civiles, quienes viajaron al lugar y examinaron lo sucedido, esta vez la Virgen fue trasladada en una devota peregrinación y en compañía de Manuel. Desde ese momento la imagen no retornó más a su antigua capilla.

Doña Ana donó el terreno para la realización del nuevo templo en el año 1677 lugar en donde actualmente se encuentra la hermosa Basílica de Luján.

El clérigo don Pedro de Montalbo estaba muy enfermo y desahuciado, en 1684 viajó a Luján, casi moribundo fue llevado a la capilla. El Negro Manuel le ungió el pecho con el sebo de la lámpara que ardía en el altar y le dio de beber una infusión con abrojos de los que solía desprender del vestido de la Virgen. Don Pedro sano milagrosamente y agradecido se quedo como primer capellán.

http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/05/la-virgen-de-lujan.html

miércoles, 13 de agosto de 2008

UNA SERPIENTE DE SIETE CABEZAS



En un amplia franja geográfica de comunidades dentro de los municipios de Charcas, Matehuala y Villa de Guadalupe se habla de una gran serpiente de siete cabezas (algunas versiones dicen que son nueve), la cual estaba destinada a causar grandes calamidades e, incluso, destruir por completo la ciudad de San Luis Potosí, pero gracias a un exorcismo realizado por un sacerdote, ese fabuloso reptil quedó petrificado, o mejor dicho, convertido en cerro.

Muchos lugareños afirman que han visto al animal convertido en piedra y que la historia es real. Sin embargo, también hay quienes aseguran que es una simple formación natural en lo alto de un cerro.

Mito o no, lo cierto es que ha generado un sinfín de leyendas y aquí tenemos una versión que habla del porqué de la existencia de dicho animal.

Por ahí, en un cañón que sube de Villa de Guadalupe a la hacienda de Solís, hay una serpiente; está sobre la sierra y se forma como un camino donde se apartan las cabezas –son siete cabezas– que tiene el animal. También por ahí hay un cerrito boludito, prieto, que es un cuervo y ese cuervo iba guiando a la serpiente.

Cuentan que esa serpiente de las siete cabezas era como un embrujo de los antiguos huachichiles –muy bravos esos hombres–.

Entonces viene la historia que en los años antiguos la conjuró a esa serpiente el padre –un padre que ha de haber estado en la iglesia de Villa de Guadalupe o en la de Solís–, y la conjuró porque parece que venía esa serpiente a un rancho que le llaman el Rancho Alegre; que iba a caer ahí a comerse a la gente. Entonces el padre la conjuró y ahí está hecha piedra. Sí, eso cuentan, que la serpiente está hecha piedra y el cuervo hecho cerrito.

Y luego digo yo: «Bueno, ¿cómo estará eso de que vuelva a resucitar ese animal, que ya no esté hecho piedra; cómo estará eso?».

Es que, según la plática, se dice que un mal día esa serpiente de la siete cabezas ya no va tener el conjuro y va resucitar y va seguir su camino para comerse a la gente de Rancho Alegre o de cualquier otro lugar hasta donde vaya ella a cumplir la misión que le encomendaron los huachichiles.

(Leyenda narrada por don Marcos Saucedo,
de Norias del Castillo, municipio de Matehuala, S.L.P.)
Homero Adame, "Mitos y leyendas de huachichiles"
Editó la Secretaría de Cultura del Estado de Oaxaca, en 2008,
Premio Nacional de Cuento, Mito y Leyenda “Andrés Henestrosa” 2007
http://leyendas-de-mexico.blogspot.com/2009/11/mitos-y-leyendas-la-sierpe-de-siete.html

martes, 12 de agosto de 2008

TUNUPA

TUNUPA


Entre los dioses del sur andino, Tunupa parece haber sido una divinidad muy antigua, cuya área de influencia llegó a su máxima expresión antes del auge del culto a Viracocha.

Santa Cruz Pachacuti menciona la aparición de Tonapa, Tarapaca en el tiempo llamado purun pacha raccaptin

Ahora analizaremos los otros nombres de Tunupa mencionados por los cronistas. Santa Cruz Pachacuti se refiere a la voz Tarapaca; Ramos Gavilán a Taapac; mientras Sarmiento de Gamboa da el apelativo de Tahuapaca. En los tres casos se halla la palabra paca que según el cronista Bertonio significa un "pajaro grande como águila".

El Colesuyo junto con el altiplano formarían las áreas de la máxima influencia alcanzada por el culto a Tunupa.

Ramos Gavilán narra las hazañas y andanzas de Tunupa, convertido por los religiosos cristianos en la persona del apóstol Santo Tomás.

Este personaje apareció en Brasil, Paraguay, pasó por Chachapoyas y recorrió el Altiplano.

Llegado al pueblo de Cacha lanzó rayos y fuego celeste contra un ídolo que allí se veneraba.

Luego fue visto en el Cusco de donde se dirigió a las orillas del lago Titicaca.

Apresado y atormentado por los naturales, empalado en una vara de chonta, fue puesto en una balsa y echado al lago. Sopló entonces un fuerte viento que lo llevó al Desaguadero y de ahí a Aullagas, donde se hundió en las entrañas de la Tierra.

Bertonio nombra a una huaca llamada Aahuacasa que acordó soplar contra Tunupa un fuerte viento durante cuatro días y sus noches consecutivas.

Predicaba Tunupa sin descanso a los hombres, y un día llegó al pueblo de Yamquesupa del cual fue echado por sus habitantes y, como los maldijo, la aldea se transformó en laguna. En sus andanzas llegó al lugar de Cachapucara donde había una huaca mujer a la cual cobró gran odio, y destruyó el cerro y el pueblo echando fuego y derritiendo como cera la montaña.

En Quinamares convirtió a la población en piedras por no prestarle atención.

En sus correrías arribó a Carabaya donde resultó preso, los naturales lo ataron de pies y manos cerca de la laguna de Carapucu, pero él desató milagrosamente las cuerdas y tendiendo su manta sobre las aguas navegó hasta la peña de Titicaca.

En sus viajes pasó y de allí por el río Chacamarca llegó al mar.

Sarmiento de Gamboa habla de Tuagapaca en tiempos después del diluvio, antes de la existencia del Sol y de la Luna, a la vez que formaba parte de los acompañantes de Viracocha Pachayachachic.
Estando en el Collao desobedeció; a Viracocha, quien ordenó entonces lo ataran de pies y manos y que en una balsa fuese puesto en el río Desagaduero. Después nunca no fue visto más. Según este cronista es Viracocha y no Tunupa quien causó la destrucción del pueblo de Cacha con fuego bajado del cielo que abrasó la comarca.

Entonces uno de los atributos de Tunupa sería ser el fuego celeste o sea, el rayo.

El mito de Tunupa estaba también conectado con los volcanes, muchos de ellos hoy apagados. La región sureña se distingue por los numerosos volcanes y no es de extrañar que Tunupa estuviese asociado no solamente con el fuego del cielo sino con el fuego que emerge de las entrañas terrestres.

Su tercer atributo era ser el dios de la lluvia que cae junto con la tormenta y fecunda la tierra. También es el dios de las fuentes, de los ríos por donde navegó antes de sumergirse en las profundidades de la tierra.

Al analizar los atributos de Tunupa encontramos una constante dualidad entre lo de arriba y lo de abajo, entre el fuego celeste y el fuego que brota de la tierra a través del cráter humeante o abertura del mundo bajo; del agua que se precipita del cielo en oposición a las lagunas, fuentes, ríos situados en lo bajo.

A este antiguo dios sureño vino posteriormente a yuxtaponerse Viracocha.

Las deidades más recientes desplazaban cultos anteriores, de acuerdo con los movimientos de los grupos étnicos. De igual manera sucedió con Viracocha, cuya influencia creció junto con el avance y la pujanza de los ejércitos incaicos. Debido al auge de las fuerzas del Cuzco, el dios Viracocha suplantó a Tunupa, mientras que en otros casos ambos cultos se amalgamaron.

Santa Cruz Pachacuti añade el nombre de Tunupa-Tarapaca al de Viracocha pachayachicachan cuncacuy camayoc con el objeto de transformar la divinidad primera en un dios incaico. Establecido el virreinato y pacificada la tierra, los religiosos católicos acomodaron los mitos andinos a las necesidades de la enseñanza de la doctrina y transformaron el binomio Tunupa Viracocha en el apóstol Santo Tomás o San Bartolomé.

Nota

Aahuacasa: divinidad del viento.



http://compartiendoculturas.blogspot.com/2008/08/tunupa.html

lunes, 11 de agosto de 2008

KOONEK



EL CALAFATE



Koonek, la anciana hechicera de la tribu estaba demasiado agotada para continuar caminando hacia el norte, el invierno estaba próximo y había que buscar lugares donde no faltara la caza.

Como era habitual en estos casos, se le construyó un buen kau y se le dejó abundante comida, pero seguramente no le alcanzaría para todo el invierno.

Para esa época no existían los caballos ni los calafates.

Quedó totalmente sola, hasta los pájaros emigraron con la llegada de las primeras nieves, pero ella subsistió inexplicablemente.

A la llegada de la primavera se asomaron las primeras golondrinas, algunos chorlos y unas inquietas ratoneras.

Koonek les increpó la actitud por haberla dejado sola, sumida en el silencio, a los que las avecillas respondieron que ello se debía a que durante el invierno no tenían donde resguardarse del viento y del frío, además en el otoño el alimento les era escaso.

Koonek, sin salir del toldo les respondió.

–“Desde ahora en adelante podrán quedarse, tendrán abrigo y alimento”.

Cuando abrieron el kau, la anciana hechicera ya no estaba, se había convertido en una hermosa mata espinosa de perfumadas flores amarillas que al promediar el verano ya eran moradas frutas de abundantes semillas.

Los pájaros comieron sus frutos, también los Tsonekas y desparramaron las semillas de aike en aike.

Ya nunca más se fueron las aves y las que se habían ido volvieron al enterarse.

Por eso: “El que come calafates, vuelve”.-

Notas:

Koonek: calafate
Kau: Toldo, Casa
Tsonekas: nombre verdadero de los llamados: Tehuelches, Aónikenk o chonkes Aike
Joiuen: leyenda

Joiuen Tsoneka (leyendas tehuelches) de Mario Echeverría Baleta

domingo, 10 de agosto de 2008

KOSPI

Pintura No. DSC06325
Artista: Arenas
Titulo de la obra: Flores
Tecnica: Oleo sobre lienzo
Dimensiones: 120 x 80 cms
www.arteandino.co.cr


Kospi era el nombre de una hermosa niña que vivía en el sur cuando las plantas no tenían flores.

Muchos jóvenes cazadores recorrían largas distancias para admirarla y recibir el regalo de su sonrisa.

Kospi empleaba el tiempo en las tareas propias de la mujer Tsoneka, coser quillangos, pintarlos, preparar pinturas, tejer mantas..... o peinarse los negros y lacios cabellos mirándose en el espejo del Lago.

En esa estaba la tarde en que Karut (el trueno) el señor de la montaña la raptó escondiéndola en una profunda caverna del glaciar.

En vano llamó, más nadie podía oírla.


Tan grande era su pena que se convirtió en hielo y se confundió con los témpanos.

Cuando Karut no pudo hallarla bramó una y otra vez, pero sus voces solo lograron despertar a la lluvia que acudió presurosa y manó abundante.

Kospi convertida en agua, bajó por la plata de los chorrillos hasta hundirse en los valles.

Con la llegada de la primavera trepó por los tallos de las plantas y se asomó convertida en flor para mirar desde allí y para siempre a la gente de su raza.

Desde entonces en la lengua Tsoneka se le denomina Kospi a los pétalos de las flores.

Tsonekas: nombre verdadero de los llamados: Tehuelches, Aónikenk o Chonkes

Joiuen: leyenda
Kospi: pétalo
Karut: trueno


Leyenda mitológica “Kospi” del libro Joiuen Tsoneka de Mario Echeverría Baleta