Foto: Julio Segura Carmona
Según se cuenta, el churrinche era un pájaro gris que, convencido de su fealdad e insignificancia, volaba siempre solo para que no lo compararan con las atractivas aves multicolores del bosque.
Ulian, un indio tehuelche originario de la Patagonia y al que todos los animales querían, trataba de convencer al pajarito de su belleza.
A pesar de su esfuerzo, el churrinche nunca lo creía.
Las cosas cambiaron cuando un gigante ató y encarceló a Ulian en una cueva. El pájaro intentó rescatarlo, pero fracasó al carecer de la fuerza suficiente para deshacer los nudos.
El churrinche buscó a todos los animales del bosque y juntos acudieron al rescate del indio.
Cuando los animales terminaron de cavar un túnel, arrastraron a Ulián hacia él. En ese momento, el gigante despertó. Para distraerlo, el pájaro cantó muy fuerte. Enfurecido, el gigante lanzó una espina que se lanzó en el pecho del pajarito y lo cubrió de sangre.
Finalmente, Ulian logró salir de la cueva y, al ver al pequeño pájaro a punto de morir, lo curó con sus artes mágicas, pero no le limpió la sangre de su plumaje.
Quería dejar testimonio de su coraje y su valentía.
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