Mito que se conoce en Nariño y en otros lugares del Occidente colombiano.
Aparece generalmente como una vieja sesentona, vestida de negro y con una mantilla verde, que camina con paso menudo y rápido.
Es un fantasma de sacristías, sótanos y callejuelas.
La gente cree que su visita es presagio de muerte; y cuando en una casa ven a la Viudita es señal de que algo grave va a pasar.
En Pasto, la Viuda tenía el papel de conducir a los borrachos que encuentra en sus paseos nocturnos hasta el cementerio de la localidad y dejarlos allí muertos de miedo; en otros casos se contenta con asustarlos.
Era una mujer muy bien emperifollada, que hacia mucho ruido con las enaguas.
Cuando se ve de cerca a la Viudita, la cara es una calavera que arroja fuego por las órbitas huecas y la boca desdentada.
La Viudita como María la larga es un mito pueblerino que tiene un anecdotario propio de acuerdo con las regiones y las tradiciones de los pueblos.
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