En épocas pasadas especialmente en noches muy oscuras, se aparecía por las ciudades y aldeas una vendedora ambulante que iba halando una carreta la cual se hallaba repleta de velas y candelas blancas. La gente que las necesitaba las compraba y cuando se disponían a pagarle a la mujer en un abrir y cerrar de ojos desaparecía.
Cuando llegaba el momento de encender las candelas, éstas se convertían en huesos.
La visita de aquel macabro personaje auguraba que alguien de la familia enfrentaría un grave peligro. Conforme fueron pasando los años siguen apareciendo más testigos de tan tétrica experiencia y cuentan que la mujer se aparece toda vestida de negro y opera principalmente cuando hay tormentas y apagones.
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