“SOBRE EL ORIGEN DEL NOMBRE TUCUMÁN”
El origen de este toponímico es aborigen
Algunos autores hablan de procedencia: quichua, otros, tonocoté y algunos de lengua Kakana.
Según el Padre Lozano se tomó el nombre Tucumán, de un poderoso cacique del Valle Calchaquí llamado Tucma, cuyo pueblo era llamado Tucmanahaho. En lengua tonocoté o Kakana significa pueblo de Tucma.
La crítica indica que el pueblo de Tucmanahaho no es el mismo en que Diego de Rojas asentara sus huestes sino que estaba situado a gran distancia.
El pueblo de Tucmanahaho, hoy Piedra Pintada ubicado entre Santa Rosa y Torrecitos actuales en el Valle Calchaquí, a orillas del río del mismo nombre, fue un pueblo real, los jesuitas en 1641 restablecieron la misión y crearon una escuela para los aborígenes que fue la primera en esta zona.
Lo cierto es que desde muy antiguo, tanto los incas, como los conquistadores después, sabían de la existencia hacia el sur del Perú y de la actual Bolivia de una vasta región llamada “Tucma”.
Tucumán estuvo, lo mismo que Chile, la influencia de la denominación incaica y que para hacerla más efectiva construyeron una obra vial que aún hoy causa admiración por su magnitud.
Uno de estos caminos, el llamado Camino de los Incas, partía de Popayán y, después de cruzar el territorio del Perú y Bolivia actuales, corrieron a lo largo de la zona cordillerana de los Andes, por el actual territorio argentino, llegaba hasta Mendoza desde donde, por el famoso Puente del Inca se entraba en la ruta que conducía a Chile.
El segundo camino desde Arica, atravesaba la región desértica de Atacama y, luego de cruzar el valle de Copiapó, llegaba hasta Coquimbo.
Parece ser que el más antiguo documento conocido en el que se hace referencia al Tucumán, es la carta del gobernador del Perú, Vaca de Castro, 24-11-1542 dirigida al Rey Carlos V, de la cual se desprende que, por Tucumán, entendíase, sin mayores precisiones geográficas, la región que se extendía entre Chile y el Río de la Plata.
En el período histórico, mal llamado Colonial, el Tucumán abarca el territorio de las actuales provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja y el norte de Córdoba.
En los primeros momentos de la conquista los españoles del Perú creían que en esta región existían fabulosas riquezas y una ciudad fastuosa, a la que llamaban indistintamente “Trapalanda”, “Linlín”, “Yungulo”, “Sal” y más comúnmente “Los Césares”.
Supuestas riquezas jamás encontradas que movieron a gobernantes y a capitanes a realizar increíbles expediciones que llevaron, así, a la conquista de las vastas extensiones del Tucumán y del sur del país.
José Néstor Achaval. pp. 21 y ss.
Padre Lizondo Borda.
Padre Pedro Lozano, “Historia de la Conquista del Paraguay, Río de la Plata y Tucumán”.
Pablo Fortuny “Nuevos Descubrimientos en Norte Argentino”
Compilación, Prof. Teología y Antropología Social y Religiosa. Georgina Elena Palmeyro.
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