Había un hombre viejo que vivía en las Montañas de Andes.
El tenía una finca y él criaba los animales, pero él era muy pobre.
El tenía un campo de quinoa.
Un día, él talló hoyos en el hueso de una llama.
Le gustaba el sonido de la quena.
El miraba su ganado arriba en las montañas.
Cuándo era tiempo de volver a casa de noche, él tocaba su quena y el ganado volvía a la casa.
Un día, un chasqui del rey, Pachamama, entregaba un real decreto y él oyó la quena del hombre viejo.
Pachamama creía que sonaba hermoso y fue al rey y se la contó todo de la música.
Pachamama lo pensó suena hermoso y fue al rey en Machu Picchu y lo dijo acerca de la música.
El rey le dijo a Pachamama que para la trajera al hombre viejo para tocar para la reina y el rey.
El hombre viejo vino y él tocó su quena para la panaqa.
Desde ese día, el quena ha sido utilizado en Machu Picchu.
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