El monte se vuelve un solo eco al unísono y los hombres se ensañan descargando su fuerza en los troncos.
Los golpes del hacha sobre la madera resuenan con fuerza.
Caen los trozos de leña partidos.
Dicen que los trabajadores a veces se detienen porque escuchan ruidos y sienten que alguien está espiándolos. Numen Telar es el nombre más temido de la zona y por el que todos hacen silencio.
Quienes lo han visto dicen que es un hombre fuerte y malhumorado, con siniestra expresión en su mirada.
Cuentan que le han escuchado en las madrugadas cuando enloquece de soledad y grita su angustia con llantos que resuenan toda la noche.
Los días de luna llena, puede vérsele vagando por los montes comiendo animales muertos con las manos.
Numen Telar es el espíritu atormentado de un leñador que escapó por un crimen que cometió con su hacha, en venganza por el rapto de su mujer y se escondió en los montes huyendo de la justicia.
Cuenta la historia que a principios del siglo XVIII existió un hombre fornido llamado Numen Telar, quien tenía una esposa muy bonita, de ojos color azul-violeta y pelo negro como la noche. Cuando los hombres miraban su hermoso cuerpo comenzaban a cortejarla. Un día la mujer estaba bañándose en el río Salado y nadie sabe qué sucedió pero dicen que las aguas se la tragaron... Soledad, nunca más apareció.
El hachero la buscó por todas partes pero no la encontró y jamás se le volvió a ver físicamente. Desde entonces dicen que buscó vengarse de cualquier ser humano que le moleste con su presencia. Sólo se comunica con la naturaleza y protege plantas y animales.
Le llaman Numen Telar porque su voz se asemeja al ruido de un hachazo. Con ella atrae a hacheros y meleros de caña, haciendo que sus cuerpos se pierdan para siempre en el monte. Los perros que lo persiguen jamás regresan. El espíritu de Numen Telar por represalia también se lleva al monte a las jovencitas más bellas a su rancho hecho de adobe y excrementos.
Muchos brujos dicen conocer el secreto del Numen Telar... consiste en volver a las personas invisibles... matar un gallo negro, enterrarlo bajo la luna llena y al tercer día, desenterrarlo, sacar el hueso del muslo, limpiarlo y llevarlo atravesado a la boca. De esta forma el espíritu del hombre que perdió a su mujer puede hacerse invisible para acercarse a las mujeres de otros hacheros sin ser visto por nadie.
Si los golpes del hacha se oyen cerca hay que escapar apresuradamente siempre hacia atrás, de frente; si no, éste nos alcanzará y nos llevará a lugares infernales.
Cuentan en Santiago del Estero que aún continúan sus correrías, pues muchas veces las mujeres desaparecen en los montes y otras se vuelven locas.
El misterio permanece... por eso todos los hacheros son celosos guardianes de sus esposas.
Publicado por Editor Pueblo a pueblo en Julio 7, 2006
Por Lucila Gallino
Mujer nómade nacida en territorio argentino y conocedora de su tierra
Autora de “Mitos y Leyendas de la Tierra Argentina”
nacida en Rosario, Argentina
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