Toda leyenda o mito tiene, de alguna manera, un cable a tierra que la conecta con el contexto geográfico, histórico, religioso o humano, que le permite subsistir por años a los embates racionales de aquéllos que sustentan la realidad en hechos comprobables.
La historia del remache de oro en el Puente Carretero está íntimamente ligada con los dichos de obreros que trabajaron en esta obra descomunal, quienes por muchos años sostuvieron que habían colocado el mítico bulón dorado en un lugar secreto y que jamás sería encontrado.
Hasta hoy, estos dichos nunca pudieron ser desmitificados, ya que hasta hoy, en pleno siglo XXI, nadie pudo decir que recorrió centímetro por centímetro los diez tramos del Puente “Viejo” y que el remache de oro no está.
Si bien lo impracticable de la búsqueda es uno de los factores vitales que fortalece día a día el mito del tornillo perdido, los testimonios de algunos obreros son vitales en esta historia que se niega a perecer.
Uno de estos testimonios pertenece al Ing. Pablo Muller, uno de los propietarios de la empresa encargada del montaje del Puente Carretero, quien había señalado en varias oportunidades que el bulón de oro “está colocado en un lugar secreto que nunca se dará a conocer”.
Pero este hombre no fue el único en la obra que conocía el secreto rincón que cobija al mítico remache.
También Dn Salvador Catálfamo, quien llegó a Santiago del Estero desde su Italia natal en 1924, y trabajó como capataz de remachadores en el Puente Carretero, supo narrarles a su esposa y a otros familiares la historia del bulón dorado.
Una vez que terminaron de construir al monstruo de acero, Dn Salvador comentaba a sus familiares en rondas de mate que junto a Muller y a otro remachador, ubicaron en un lugar desconocido por los demás obreros, el valioso tornillo.
Pero, cuando sus hijos le preguntaban dónde colocaron el famoso remache, el hombre fiel a su juramento les respondía: “Nosotros juramentamos que nunca jamás diríamos dónde está el bulón dorado”.
Don Salvador cumplió con su promesa, y junto con sus compañeros de tareas, llevó este secreto dorado a la tumba.
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2008/09/puente-carreto.html
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