En conclusión podemos decir que la indagación de los aspectos del Arco Iris, su relación con los diferentes planos del universo, y con las formas primigenias del pensamiento mítico centro andino, amplían el concepto que se tenía hasta el momento de la entidad sagrada.
El Arco Iris, en la zona centro andina, se vinculaba a la serpiente bicéfala y al jaguar, y representaba, en última estancia, la capacidad sobrenatural que dichos animales albergan en los diferentes planos del cosmos.
Por lo tanto, lo podemos asociar a la curación, a la enfermedad, a la fertilidad, la fecundidad, a los animales celestiales e inframundanos, etc.
Al concepto de tiempo cíclico.
A través de los textos se pude apreciar que son los colores fríos los que pertenecen al señor del hurinpacha; mientras que los cálidos pertenecen a los terrenos celestes.
Opinamos que los colores están íntimamente relacionados con los rumbos del cosmos, y con la esencia que los caracteriza. La unión de estos, o la mezcla de estos, se percibía como un movimiento del cosmos, o de las fuerzas que hacen germinar la vida.
Así, el Arco Iris se gesta en el inframundo, como una tela que realiza Quilla, y es levantado contra las fuerzas celestiales, por un espíritu del inframundo, relacionado, consecuentemente, con el mundo de la oscuridad, del agua, etc.
El surgimiento de esta hierofanía multicolor, que tanto temor ocasionaba, se presentaba de forma no temporal, sin un aviso o una presentación anterior, que hace de esta expresión natural un acontecimiento quimérico.
Su atemporalidad lo relaciona con las fuerzas del desorden, del desequilibrio.
Su manifestación, cargada de poderosas fuerzas sobrenaturales, fue percibida como una manifestación de las potencias primigenias que separaron el cosmos en dos, cielo-tierra.
El Arco Iris se observaba, por lo tanto, como una hierofanía de los dos poderes que regían el universo.
Así, la manifestación de los rumbos del cosmos en la deidad multicolor fue una de las creaciones que el principio organizador realizó, al derrotar las fuerzas del caos y de la oscuridad.
Al igual, concebimos que los fenómenos meteorológicos, y demás manifestaciones naturales, fueron percibidas como repeticiones de este acto de creación divina.
Los colores fueron el instrumento cardinal para el Creador, en su clasificación y ordenación del mundo; estos muestran la complejidad de la cosmovisión centro-andina.
Se diferencian, por lo tanto, los colores fértiles de los colores estériles; los colores masculinos de los colores femeninos, las diferentes poblaciones, las diferentes vestimentas, etc.
Y todos los colores se unen en un momento no-determinado, en una región determinada de la geografía, para formar el Arco Iris.
Por otro lado, la característica benefactora del arco iris se expresó por su estrecha relación con la fertilidad y con la lluvia.
Como entidad sobrenatural, que poseía esencia celeste, cubría la bóveda espacial de colores que notificaban la caída del fluido vital.
Además, su conglomeración de poderes, de los diferentes rumbos del cosmos, le otorgaba, de igual modo, una gran capacidad tanto para la curación, como para la enfermedad.
Hemos advertido, además, que el Arco Iris puede ser entendido, básicamente, como un eje que comunica las relaciones de la tierra con el cielo.
El fenómeno multicolor se forma cuando brotan todas las sustancias, representadas por sus respectivos colores, del inframundo hacia el cielo inmediato.
Comprendemos que es un agente frío y cálido, inframundano y celeste, por lo tanto, es un mediador de los planos del cosmos.
Un agente extraordinario que se percibe como una señal anunciadora.
El Arco Iris, al surgir por las fauces de la tierra establece, en ese momento, un centro del universo, un lugar sagrado, que comunica los planos del cosmos.
El lugar y el momento de surgimiento del fenómeno, por su gran potencialidad sobrenatural, fue percibido, por las comunidades andinas, como un suceso que albergaba peligrosidad.
Esta particularidad nos ha hecho pensar que se trata de un fenómeno en el que se aprecia claramente el aspecto bipolar de la esencia que poseen los seres que habitan el cosmos. Como toda manifestación sobrenatural éste alberga en sí mismo una cualidad que la diferencia de otro fenómeno.
Al ser una entidad que nosotros percibimos más vinculada con el inframundo, que con los terrenos celestiales, su característica, la sustancia que se incrementa en su ser, es el fluido frío, inframundano, aunque posee aspectos vinculados con el cielo inmediato.
Al indagar las noticias que aparecen en los textos, sobre la entidad multicolor, se aprecia claramente esta identificación con el inframundo.
Así, en la mayoría de las informaciones el fenómeno es observado como una manifestación de los poderes inframundanos, como un comunicado nefasto para la comunidad.
Pero, existen algunas noticias sobre ese otro aspecto que concibe la manifestación multicolor como un fenómeno extraordinario, bienhechor.
Estas noticias se relacionan, además, con el incanato y sus manifestaciones de poder centralizador. Pero, su importancia se halla, principalmente, en que fue un agente regulador de los ciclos hidrológicos que fertilizaban las tierras.
Autor: María del Carmen García Escudero
Localización: Gazeta de antropología, ISSN 0214-7564, Nº. 23, 2, 2007