sábado, 27 de septiembre de 2008

CAHUÍN FIESTA

La Tejedora.
Fotos gentileza de Siringa Libros


Y en la noche del tiempo sin medida hubo Luz y hubo Creación...

Y así nació la Vida, y con ella los hombres...

Cuando el sol y la luna ordenaron sus ritmos y el tiempo se midió, los Chónek (hombres) supieron de la noche y el día, del trabajo y el sueño, del dolor y la risa...

Y entendieron oír fín la Fiesta, la fiesta de la vida..., la que baila Curruf la que canta Huenu Co, la que vibra sin pausa en todas criaturas...

Desde entonces los viejos dueños de las tierras australes celebraron también la Fiesta, y con ella honraron la Vida, y con ella la gloria del gran Futa Chao, el padre de todo cuanto existe.

Para tehuelches, araucanos y mapuches Fiesta-Vida y Rito están indisolublemente unidos y acompañan instancias decisivas de su existir. Por eso hay fiesta desde el nacimiento hasta la muerte, y aún más allá...

La primera ocasión festiva en la vida aborigen se da aproximadamente al año, cuando el niño sale de su cuna y se lo encierra en el corralito de caña o quelquel para que ensaye sin peligro sus primeros pasos primerizos...

Es el momento del lacutún o ceremonia de imposición del nombre...

El rito marca cuidadosamente cada paso del lectutún el que deberá ser respetado para que el sentido festivo y buen augurio no sufran daño ni disminución...

De este modo el padrino es el que se propone como tal, y con plena conciencia de su responsabilidad presente y futura para con su ahijado, elige el nombre del niño y ofrenda el animal para sacrificio divino. Así familiares y amigos se congregan para esta fiesta-ceremonia, e invocan al sagrado Nguenechen en favor de la criatura.

Poco a poco el rito va creciendo en emoción y misterio.

La vida nueva tendrá un nombre, pero el nombre debe consagrarse con una ofrenda de vida al Ser Supremo. Por eso, el niño es toda promesa en los brazos del padrino, el sacrificador hunde el cuchillo en el corazón de la víctima propiciadora... y recoge sangre en las cuatro jarras de la intercesión de los viejos. Las vasijas se elevarán al cielo con la misma plegaria: Que "el pequeño sea feliz y viva luengos años"... y los cuatro ancianos de la tribu marcarán, a su turno, cada uno con cuatro cruces de sangre la frente y mejillas del niño y su padrino...

El lacutún ha llegado a su clímax: el ahijado tiene un nombre, los taieles cantan su linaje, y lo que es más importante: la vida se ha consagrado... Por eso ahora la celebración se volverá festín humano, expresión de gozo, banquete de carne del sacrificio, muday, canto y danza... Y luego los días seguirán su ronda.

Pero si es niña..., ¡no puede olvidarse el catán cahuín! Y entonces lacutún y catán cahuín serán simultáneos o poco más o poco menos... La pequeña indiecita al cumplir el año debe tener su "fiesta de perforación de las orejas" o no podrá usar chahuaitos (aritos), y así no podrá estrenar su primera coquetería de mujer. La fiesta durará dos vueltas de sol, y parientes y amigos se sumarán al acontecimiento: todos participarán en él.

Cuentan quienes lo han visto que se voltea a una yegua de modo que quede con la cabeza señalando hacia el este y se la cubre con una matra de rica labor. Los hombres se ubican en fila a ambos lado del animal, y las mujeres en el centro, junto al caballo ceremonial. Sobre él se sienta el padrino, y en sus brazos sostendrá a la niña que ha llegado hasta él luego de haber pasado de brazo en brazo por todos los participantes de la catán cahuín. Entre tanto el ritmo del canto femenino crece y crece... hasta ser grito y quejido lastimero que acompaña el dolor de la indiecita ¡es que las orejitas han sido perforadas con la tepú de buena plata... y se las rocía con sagrado muday!

Es grito de sangre el de esta ceremonia, porque es rito de familia, de acompañamiento en el sentir... por eso todos acompañan a la niña con su propia sangre: padre y madre reciben pequeñas incisiones: el rodilla el uno en la oreja o el seno la otra, y mezclarán con su sangre las sangre de los lóbulos heridos de su hija... y al resto de los invitados, se les hará un tajito sobre la muñeca... ¿por qué la sangre? ¿Para qué? ¿Que sacralidad revela?

Quizás no lo entendemos, pero la sangre si sabe del compartir secreto que es la vida en la vida... y es algo que el aborigen parece haber interpretado desde hace lunas seculares, aunque no sepa o no quiera explicarlo. Pero como sí sabe del compartir, luego que una viejita pase la lanilla del guanaco con vistosos blancos o rojos o azules por los orificios para que no se cierren y pueda lucir con el tiempo la niña sus chahuaítos, también compartirá los regocijos y banquetes... y el tiempo que vendrá, hasta que la catan cahuín sea solo un grato recuerdo del ayer.

Andando los soles y las lunas por fin llega el día en que la pubertad canta su posibilidad de generar nueva vida y con ella viene la ceremonia de la iniciación para los jóvenes...

Los varones tendrán sus pruebas de bravura, autodominio y soledad. En las cuevas desafiarán sus miedos y ancestrales a gualichú, probarán ayunos y mortificaciones, harán sus propias flechas y saldrán por bosques, montañas o planicies para medir sus fuerza, y astucia para la cabeza... sólo cuando consigan la presa que habla de valor para subsistir podrán regresar... ¡y la tribu tendrá nuevos hombres para defenderla y perpetuarla!

Las niñas, en tanto, tienen su üllchatún o fiesta de la nubilidad, la que reviste un caracter celebratorio muy especial y gozozo durante cuatro largos días.

Ante las primeras manifestaciones del desarrollo se organiza las cuatro jornadas rituales, que comienzan con el aislamiento de la jovencita en la "casa bonita" o ruca de la iniciación. Y mientras todos festejan afuera y danzan y cantan, ella ayuna con agua y jugo de orejones hervidos y se purifica...

¿Piensa? ¿añora? ¿recibe información de las mujeres experimentales que la acompañan?

¡¿Cómo saberlo, si es un secreto de iniciación nubil?!

Pero el cuarto día trae también la fiesta para la niña-mujer. Vestida y adornada para la ocasión se la pasa sobre una tarima, bailan en su honor en una algarabía de sonidos en que se entremezclan chillidos, gritos, música..., y por fín la llevan a casa paterna.

Allí precidirá el sacrificio ritual de la yegua por una mujer, el cuereo por otras mujeres y finalmente: o festín de la carne asada, y las redobladas danzas y canciones...

Que continuarán hasta el silencio arrope el cansancio y los sueños de los fiesteros... y la vida reinicia sus causes habituales, porque ahora hay una mujer, para cuidar más su fuego sagrado.

Y así creciendo y madurando los cuerpos y las ansias, un día la urgencia humana agita sus inquietudes porque el amor entona su antigua y eterna canción.

¿Hechizo mágico? ¿Voluntad divina? ¿Juego seductor de la vida para asegurar la perpetuación de la raza?

Acaso no importen las respuestas en un sentir tán misterioso...

Pero ha sucedido y es imposible ocultar su fuerza...

Su consecuencia natural será el nguillán zugún o pedido de la mano a la mayor brevedad, no vaya a ser que el alboroto de la sangre debilite la voluntad y se vuelva al campo propicio para que el maligno gualichú y la hechicera de los brujos.

Son los padres los que tramitan el casamiento y acuerdan el pago de los gastos que ha requerido la buena crianza de la novia. Por lo que la familia del novio aporta objetos de plata, animales, y demás, hasta completar el valor establecido para el acontecimiento final...

¿Y se celebran el curritún (casamiento aborigen)? ¿A que esperar? ¿No se han ido preparando durante todos esos años para este momento?

Los novios se sentarán en matras de vistosos dibujos y colores siempre mirando al este mítico... Y a su alrededor se extenderán cueros curtidos para los alimentos de la fiesta, para los regalos, y para los invitados...

Cuando la pareja de los ancianos se ubica frente de los novios el silencio y la emoción domina el entorno: porque en ellos espera el espíritu paternal del divino futachao, porque con ellos habla la voz de una vida...

¡Y la experiencia tiene valor de tesoro para las razas de América!

Luego de los consejos la fiesta irá creciendo más y más...

Los recién casados comen su piuque yeguam, que no es sino el corazón asado de un animal del curritún, porque tiene valor simbólico de unión: significa "quedamos en un solo corazón".

El alimento debe ingerirse limpiamente y sin ruidos o... el espíritu diabólico tendrá ocasión para interferir trayendo disgustos a los recién unidos...

Sin embargo, pasado el trance de prueba que marca el buen o el mal augurio nupcial, ya nada puede contener el desborde de la alegría.

Si hay abundancia de carne sabrosa, vinos, cantos, baile, conjunción festiva, ¿puede el hombre rumiar sus tristezas?

¡No!, el aborigen de las tierras del sur..., el que tiene los secretos simples y sabio del ritmo natural...

Por eso festeja la unión, de la que vendrá la nueva vida de los hijos y con ellos las ceremonia festiva del al imposición del nombre, de la iniciación púber, del casamiento... y el ciclo de la vida rodeará sus días y sus noches... hasta que la muerte señale el fin del "mas acá" y el principio del "mas allá" con otra vida y con otra vida y con otro tiempo tal vez...

El indio sabe que habrá duelo en su tránsito a las sobras... pero aún así canta el ser inmortal, porque confía en que su espíritu desencarnado podrá ver a los que quedaron, y participar en el banquete ritual, que harán los suyos cuando se cumplan el año de su partida...

¿Cabe una mayor exaltación del existir?

Como antes, como siempre, Fiesta-Vida- y Rito siguen viviendo y marcando un sentido para la tierra de los hijos del mito y la esperanza...


Fuente: UNA VIEJA LEYENDA
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2009/03/walichu.html

viernes, 26 de septiembre de 2008

EL MUSEO RINCÓN DE ATACAMA

El museo se encuentra en la calle Caseros 268, en el microcentro de la ciudad de Termas de Río Hondo, Santiago del Estero, Argentina.

En él se exponen piezas arqueológicas y paleontológicas que tienen origen milenario.

Las visitas se realizan de lunes a sábados de 8 a 13.


En este Museo, además del espacio dedicado a la paleontología, que es el más importante, posee sectores de mineralogía y antropología.


Se exhiben cerámicas del período agro-alfarero, piezas del pre-cerámico, temprano, medio tardío e hispano indígena.


Hay urnas funerarias, armas, hachas, molinos de piedra y puntas de flecha.




También se presenta un gliptodonte, especie que cubierta por una caparazón, que habitó en América del Sur por casi 60 millones de años y se extinguió hace 10 mil.


Además se pone a la vista huesos de mastodontes, caballos y ciervos que poblaron esta zona, y troncos petrificados encontrados en las márgenes del Río Dulce.


Las piezas provienen de la cultura Cóndor Huasi y de Las Mercedes con una antigüedad de 1600 a 1800 años producto del intercambio cultural de región siguiendo el cordón serrano a través de la región andina (Catamarca, Santiago del Estero, Guasayán).


Tanto la cultura Cóndor Huasi como Mercedes “a sus entierros los realizaban en urnas funerarias”.


La razón de llamarse RINCÓN DE ATACAMA:

Antes de la conquista española, existía un territorio poblado de aborígenes que trabajaban la tierra y se dedicaban a la alfarería.

Este territorio, a márgenes del viejo Río Hondo, es hoy lecho de un hermoso lago que embalsa las aguas de la Presa Hidroeléctrica Río Hondo, a solo 4 km de la ciudad.

Por aquel tiempo de la conquista española y entrado el 1650, se otorgó ese territorio en "Merced" por poblador y conquistador de esta provincia, al capitán Juan Pérez Moreno, llamándose "Merced de Atacama".

Con el correr de los años se estableció la "Estancia de Atacama" que hizo desaparecer aquel viejo pueblo de aborígenes alfareros.

En honor a aquellos hombres y mujeres sometidos por los conquistadores y siendo ese territorio nuestro principal sitio arqueológico, se puso como nombre al museo "Rincón de Atacama".

Las piezas que atesora nuestro museo demuestra la capacidad técnica y alfarera de los Tonocotes, nombre de estos antiguos pobladores de Río Hondo.

Las reliquias que están distribuidas en cuatro secciones:

* Entomología (insectos),

* Arqueología (restos de las culturas precolombinas que poblaron el departamento Río Hondo),

* Paleontología (fósiles de la fauna prehistórica que existió en la región) y Paleobotánica (troncos petrificados encontrados en el lecho del río Dulce).

jueves, 25 de septiembre de 2008

LA LAGUNA DE WARAWARANI




La Laguna de Warawarani (Laguna de Estrellas), se encuentra ubicado en la cima del cerro Kapía, que es el pico más alto en esta parte del Altiplano de las provincias de Yunguyo y Chucuito, 4,960 m. s. n. m. el lecho de la laguna de Warawarani fue un cráter del volcán Kapía, cuya dimensión del agua acumulada no pasa de una hectárea, con los fangales y otros restos alcanza a dos hectáreas, se encuentra en una profundidad las tres cuartas partes es un precipicio, cuyo acceso es demasiado peligroso, y algo llano sólo la parte que tiene de desagüe de un pequeño riachuelo de aguas cristalinas y termales.

El Volcán Kapía para los pobladores Aymaras de sus alrededores era considerado como el Dios protector de la población, de sus sementeras, sus animales, como el Auqui kapía, al que se le rendía culto y pleitesía, ofrendándole lo que se llama mesa o pago, hasta ahora se sigue ofreciendo diversos objetos, quemando en sus diferentes calvarios que existen, pero el calvario principal está en Aymaras.

Sobre la misteriosa laguna de Warawarani desde tiempos muy remotos se ha tejido innumerables mitos, leyendas y tradiciones, dicen que sus aguas cambian de color a cada instante del día, de color azul oscuro a azul claro, de blanco claro a blanco oscuro, y muchas veces de amarillos tornasoles, sus aguas heladas salen de las profundidades del cráter, dicen que es una laguna encantada y sagrada, muchas personas han desaparecido en diferentes épocas del año, desde tiempos atrás, ya sean pastores, personas que van por diferentes situaciones; por eso es muy temido, respetado y reverenciado; es una laguna maldita y también benéfica, por que concede los pedidos de los pobladores cuando se le ofrenda con fervor y respeto.

Esta Laguna de Warawarani está protegida por un pico muy alto e inaccesible en uno de sus lados del oeste, cuyo precipicio empinado llega desde la cima hasta la orilla en forma de un rodadero parado, persona alguna jamás podría transitar por estos lugares; llamado Kota Achachila o abuelo de la Laguna, que es el celoso guardián de la laguna de Warawarani y sus tesoros de oro y plata, su fauna y de su flora.

En la cima de Kota Achachila existe un pequeño valle muy camuflado, crecen platas exóticas y tropicales, como manzanas, naranjas, coca, maíz, y hermosas flores multicolores; nadie hasta ahora se ha atrevido de conocer ni extraer por su difícil acceso es imposible llegar al sitio, además está celosamente custodiado y cuidado por un feroz guardián, que es un puma gigantesco con su lomo plateado, que mora en las cuevas y las rocas, muchas personas lo han visto a la luz de la luna bajar a tomar agua y alimentarse, cuyo lomo del felino brillaba resplandeciente, pero nadie lo ha visto retornar a su guarida; dicen que sus aullidos con el eco de las rocas retumban a distancias considerables y sus manos poderosas hacen rebotar los proyectiles de piedras que le lanzan la gente.

Quién transita por las orillas de la laguna, en pleno día, puede observar nadar diferentes aves, entre ellos unos patitos inofensivos que van deslizándose en sus tranquilas aguas, dicen que en ciertas horas malas del día, al atardecer, al anochecer, aparecen unos hermosos patitos de oro que están provocando al alcance de las manos; en la misma orilla, muchas personas incautas han querido coger dichos patitos, pero desaparecieron; ya sean jóvenes, adultos y niños, desde tiempos atrás y posteriores, por que la laguna se los había tragado, o los había encantado y jamás volvieron a regresar.

Por eso la gente teme, recela y respeta a esta laguna misteriosa, nadie hasta ahora se ha atrevido acercarse solo, sino siempre en pareja o en grupo, los mismos pastores de ganado siempre pastan en pareja en las cercanías de la laguna.

Además la laguna de Warawarani tienen propiedades milagrosas para hacer llover, cuando se desata una prolongada sequía, en época de lluvias; los pobladores de las riberas de los lagos, tienen que acudir a esta laguna sagrada para traer agua para hacer llover de los tres ojos o pozas de agua milagrosa; una contiene agua de granizada, otra contiene agua de helada y la tercera agua de lluvia; sino recoger a las aguas de las oleadas. El Yatiri que va con esta finalidad con los comuneros deberá conocer perfectamente, para no equivocarse.


Las tradiciones del cerro Kapía son recogidas del Sr. Germán Huanca y de otros pobladores. 1980 y 1996.
Fuente: TRADICIONES MITOS Y LEYENDAS DEL LAGO TITICACA Y TIAHUANACO
http://historia_yunguyo.pe.tripod.com/historiadeyunguyo/id4.html

miércoles, 24 de septiembre de 2008

MANUELA GODOY

La Batalla de Tucumán fue un enfrentamiento armado librado el 24 y 25 de septiembre de 1812 en las inmediaciones de la ciudad argentina de San Miguel de Tucumán, en el curso de la Guerra de Independencia de la Argentina.


En la batalla de Tucumán liderada por el General Manuel Belgrano participó como enfermera doña Manuela Godoy, oriunda de la actual Provincia de Santiago del Estero.

Las palabras que nos llegan de Manuela:

"Aunque sea con agua y algún aliento a los hombres, algo se hace para ayudar a la patriada. Y si tengo que agarrar una bayoneta y ensartar godos, no soy lerda ni me voy a quedar atrás".

Hecho histórico que convoca, reconociendo y revalorizando a una multitud de mujeres del pueblo, anónimas y olvidadas, cuyos nombres desaparecieron a medida que las batallas avanzaban.

Olvido histórico que tiene relación, por un lado con el papel subordinado y la discriminación del conjunto de las mujeres en la sociedad colonial, y por otro con la negación del colectivo de ellas, constituido por mujeres del pueblo pobre, quienes hicieron posible los históricos cambios sociales.

En las historias oficiales desaparecen la lucha del pueblo y, dentro de esa lucha, especialmente la de las mujeres, casi nada se sabe de la participación de ellas en la lucha por la independencia americana como conjunto de masas.

Faltan relatos, faltan anécdotas y descripciones que las visibilicen y las muestren como personajes de la historia y las transformaciones.

Desde Comparto Mi Cultura, iremos construyendo, rescatando y recopilando sus pensares, sentires y acciones que ayudaron y nos guían a forjar a América.

http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/09/nuestra-senora-de-la-merced.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/09/la-flor-del-alto-peru.html

martes, 23 de septiembre de 2008

Nuestra Señora de la Merced Generala del Ejército Argentino

Nuestra Señora de la Merced, Generala del Ejército Argentino


Oración a Nuestra Señora de la Merced Generala del Ejército Argentino

A ti recurrimos, oh Virgen Generala de nuestro Ejército, para implorar tu maternal protección sobre nuestra Patria,

No te olvides que en otro tiempo en este suelo y por tu maternal inspiración se izó la bandera celeste y blanca cuyos colores blasonan tu pecho en prenda de la victoria que concediste a tu hijo Manuel Belgrano y a sus hombres -nuestros antepasados- que supieron honrar su uniforme y su juramento de fidelidad en horas aciagas para la Patria.

Oh Virgen y Madre nuestra no son mejores los tiempos que corren, por eso recurrimos nuevamente a Vos para pedirte con fervor que ejerzas el mando que te fuera ofrendado y nos libres de los males que se ciernen sobre nuestra Patria.

Que al postrarnos ante tu imagen de Virgen Generala resuene esta unánime aclamación:

Nuestra Señora de las Mercedes ¡Tu eres la gloria de nuestra Patria!

¡Tú eres la honra de nuestro pueblo!


¡Tu la redentora de presos y cautivos, Virgen de la Esperanza!

¡Tu la Generala de nuestro Ejército!

RUEGA POR NOSTROS Y POR NUESTRA QUERIDA PATRIA



lunes, 22 de septiembre de 2008

EL FUEGO SAGRADO

El Volcán Domuyo
Neuquén, Argentina



Una antigua leyenda cuenta que los mapuches no conocían el fuego, pero que lo aprendieron de los niños, más exactamente de dos hermanitos, se desafiaron para ver quien hacía girar más rápidamente un palito en un nido de pasto seco...

¡Y el resultado fué que casi queman todo con su juego inocente!

Parece se que el gran incendio devoró los bosques y corrió los animales hasta atraparlos...

De este modo los indios se quedaron sin caza.

¿Cómo harías para sobrevivir sin un alimento tan importante?...

Pero los ancianos de la tribu dijeron que la carne de esos animales quemados no podía ser impura porque el fuego venía del Dios Padre...

Y comieron así carne asada y la hallaron sabrosa...

Tanto que, a partir de entonces, también los mapuches quisieron hacer fuego y conservarlo... porque les permitía no sólo cocinar sus alimentos sino disfrutar de su luz y su calor, todos reunidos en torno de la llama que era como el Sol.

Como todos los pueblos primitivos, los que habitaban las mágicas tierras de la Araucanía lograron encender el fuego por fricción de un palo sobre un lecho de yesca, o por percusión de piedras de pedernal hasta que el saltar de la chispa hace arder la hierba seca...

Y si resultaba laborioso encenderlo, aún más difícil era conservarlo...
¿Cómo lograr que no lo apagaran los vientos que trae y lleva Elëngansen?

¿Cómo protegerlo del enviado de Gualichú que intentaría robarlo?

¿Cómo entretenerlo para que no se cansara de arder y se fuera de nuevo...?

Por eso los tehuelches lo encerraban en vasijas de barro, y le prodigaron alimento y cuidados.

Las mujeres eran las que se ocupaban del fuego, y cuando lo necesitaban secaban brasitas y con ellas encendían nuevos fuegos...

Pero, ¡ay si se apagaba el fuego!

Muchos relatos cuentan de los terribles castigos para la mujer que se dormía o se olvidaba...

Es que fueron tiempos muy duros y los hombres no podían permitirse perder el sagrado tesoro.

Porque era un don de Dios, el fuego volvía a Dios a través de ceremonias donde ofrendaban al Supremo, en el pillan quitral, animales o frutos de la tierra, o bien objetos culturales de manufactura indígena.

También celebraron con homenajes y regalos el fuego de Pillán, el fuego de lo más hondo de la tierra que escupen las bocas enojadas o dolientes volcanes.

¿Acaso Pillán, el que vive arriba de las montañas, no comanda las terribles tormentas de fuego del Cielo y de la Tierra?

¿Sus rayos no destruyen y queman el corazón de la vida?

Por eso lo respetan y veneran, para que no se enoje y traiga el fuego que devora...

Y sacralizaron el cherufe, el fuego celeste de los aerolitos que caen y que misteriosamente se vuelven piedra colorada y ya nunca más arden...

Aunque: ¿qué habrá pasado con el fuego?, ¿estará sólo dormido o se habrá ido como los innombrables al más allá?

Y hasta honran mudamente a los fuegos fríos de las lejanas estrellas, porque los viejos de los loncos dicen que allí viven los espíritus de los antepasados, las almas de los que se fueron, y desde arriba contemplan sus parientes con el permiso del Elal...

Es creencia aborigen del Sur de América, que viven desde hace incontables lunas, entidades mágicas en relación con fuegos malditos... como los de Anchimallén araucano, el duende enano que sirve a los brujos del diablo, el que roba para "el daño", el que ciega con su presencia por que la luz en la que se transforma es maligna... cuando su radiación brillante y fugaz aparece en los campos o en las montañas o en las ramas de los árboles o en los techos de las rucas...el indio tiembla porque significa la muerte para alguien: ¿a quién se llevará esta vez la luz mala?

Dicen en voz baja que los anchimallén son criaturas que los brujos alimentan con las míticas leche, sangre y miel, y que quién posea uno multiplicará su hacienda y tendrá protegidos sus ganados...

Hay quién paga mucho al brujo para tener un niño anchimallén, y también quien lo roba, y hasta quien lo seduce para sus propios huertos, observando bien cuál es el alimento que le gusta más y poniéndola su alcance en abundancia en determinados lugares del campo... y es fama entonces que "por goloso pierde la vida" el anchimallén, pues los astutos hechiceros, sus verdaderos dueños, siempre se enteran, ¡y lo castigan con la muerte por su negligencia!...

Claro que la memoria de los mapuches siempre ha tenido un lugar para el ideal luminoso de la mítica Antú Malguén.

Es la joven, y bella amada de Antú (el sol), la que parece flotar, delicada y frágil, junto al estanque de las totoras, allá en la cumbre del Domuyo.

Dicen que cantan melodías que son como suspiros de la brisa mientras peina sus largos cabellos rubios con peine de oro reluciente...

¿Por qué a veces su canto es un lamento y otra una risa feliz?

Nadie lo sabe, pero la fina voz que parece agua y que parece viento rueda ladera abajo por las rocas del volcán divino.

Sólo unos pocos osados que burlaron al toro y al potro del Domuyo han logrado ver Antú Malguén en la cima sagrada. Para unos huye disuelta en llama de cherufe al sentirse sorprendida, para otros se sumerge veloz en las aguas porque es la sirena Coñi Lafquén (hija del lago)... pero ni unos ni otros han podido olvidar el hechizo fascinador de la doncella de oro luz.

Tal vez se deba a que Antú Malguén se funden el fuego de la creación: el Sol.

Por eso mientras viva en el gran volcán andino y peine sus fantásticos cabellos los fuegos de las tribus milenarias no se apagarán, y los viejos continuarán contando y recordando su historia y las historias de todos los mitos, nacidos al calor de la llama que un día les regalará Elal...


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domingo, 21 de septiembre de 2008

PILLÁN QUITRAL

El Chaltén (3.102 m) es la montaña sagrada de los Tehuelches del Sur, los Ahoniken.

Se encuentra en el extremo NO del lago Vietma, en la Prov. de Santa Cruz. Argentina.

Dicen, en forma sincrética, que su héroe fundador, Elal, llegó hasta la cima del Chaltén montado en un cisne.



EL FUEGO SAGRADO

En la antiquísima cosmogonía tehuelche se cuenta que "El que siempre existió" vivía rodeado por densas y oscuras neblinas allí donde se juntan el cielo y el mar, hasta que un día, pensando en su terrible soledad, lloró y lloró por un tiempo incontable... y así sus lagrimas formaron a Arrok, el mar primitivo...

El eterno Kóoch al advertirlo dejó de llorar, y suspiró...

Y su suspiro fué el principio del viento...

Entonces Kóoch quiso contemplar la creación: se alejó en el espacio, alzó su mano y de ella brotó una enorme chispa luminosa que rasgó las tinieblas. Había nacido el Sol.

Con él la sagrada creación tuvo la primera luz y el primer fuego, y con él nacieron las nubes...

Y los tres elementos del espacio armonizaron entonces sus fuerzas para admirar y proteger a la tierra de la vida perecedera que Kóoch había hecho surgir de las aguas primeras.

Andando el tiempo Elal, el héroe-dios, el nacido de la Nube cautiva y el cruel gigante Nóshtex, creó a los Chónek (hombres) de la raza tehuelche en las tierras del Chaltén... y fué su organizador, protector y guía.

Y entre otras muchas cosas, como Elal viera que sus criaturas tenían frío y oscuridad, cuando el Sol no estaba en el Cielo, les enseño a hacer fuego, el mismo que les permitiera vencer a la nieve y al frío en las laderas del Chaltén, el que brota cuando golpean ciertas piedras...

Dicen que a partir de entonces los tehuelches ya no temieron a la oscuridad ni a las heladas porque eran dueños del secreto del fuego, y el fuego era sagrado para ellos porque se los había dado su padre creador...

Este es un hermoso mito del ciclo de Elal, el progenitor de los tehuelches...

Claro que otros pueblos del cono sur de América han explicado a su modo el origen del fuego, el preciado elemento que aseguró la vida de las culturas aborígenes patagonienses...


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Fuente:
http://tehuelches-patagonia.blogspot.com/2009_04_01_archive.html