Hace años, en el interior de mi país, Guinea Ecuatorial, hubo un hombre muy poderoso llamado Macías. Según los mayores, ese poder era debido a que era amigo del diablo.
Tenía dos caras. Por el día él levantaba un país: construyó el puerto, institutos, los aeropuertos, carreteras...
También ayudaba a los más necesitados: daba comida a las familias con menos recursos, a las familias numerosas, a los huérfanos, a las viudas…
Otra cosa bien diferente era cuando anochecía. La gente tenía miedo, apenas salía por la noche a no ser que fuera una urgencia. Se decía que desaparecía mucha gente, sobre todo en la capital, donde se salía más. Los mayores dicen que hablaba con el diablo y que bebía sangre, sangre que él guardaba en bidones en una casita de la selva.
Todo esto acabó cuando la gente más valiente se atrevió a tirar esa sangre al suelo. En ese momento cambió su suerte.
En ese momento, en otro lado del país el ejército le atacó y terminó con este buen hombre de día y amigo del diablo por la noche.
Susana Manque Micha
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http://cuadrosmanolo.blogspot.com/2009/04/guinea-ecuatorial.html
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