Don Ricardo tuvo un padrino que salió de Tac y se vino a vivir a Palqui.
"-A los años lo pasó a visitar -recuerda- pero le encontró todo desfigurado. Su cara torcida, sus dedos... y apenas caminaba.
-¿Qué le tocó padrino -le preguntó- que está tan cambiado?
-Este es el Trauco que me está maltratando, me respondió.
Enseguida empezó a contarme su desgracia:
-Aquí, en tiempo de verano hay un solo pozo que da agua y nos juntaremos 18 vecinos que tenemos que venir a buscar agua. Y como yo estoy más cerca llego siempre más temprano.
Entonces vio la apariencia esa.
-Por dos veces. Es como un hombre, pero bajito. Con sombrero, con manta... todo igual como cuando se viste un chico, como por travesura.
Pero en la primera oportunidad no le hizo nada. Sólo lo observó y llegó a contarle a su señora. Y la señora dizque la avivó.
-Ese Trauco -que le dijo- no te va a dejar de molestar. Siempre que vayas a traer agua lo vas a tener que ver. Tienes que hacerle alguna cosa.
Entonces la señora lo aconsejó:
-Córtate un palo, de un metro más o manos, y yo lo voy a sanquear.
Tiene que ser saltado por una mujer para que sirva.
Mi padrino con esto ya tuvo su arma para defenderse. Cada vez que iba a buscar agua lo llevaba. Hasta que un día lo encontró. Le tiró el palo y le aforró medio a medio.
Eso fue todo, no volvió a aparecer por el pozo, pero pronto comenzaron sus males. Una mañana, al prender fuego, se dio cuenta que al soplar el aire le salía por el lado: tenía toda la boca torcida.
Y con el tiempo estas deformidades se extendieron a todo su cuerpo.
Buscó a un Curioso para trabajar el mal. Llegó el machitunero y le preguntó a la señora, que había sido quien lo contactó.
-¿Me tienen lo que yo les pedí?
Le presentó unas piedras blancas, coloradas, que las acarreó del bajamar.
-¿Cómo las obtuvo, insistió el Curioso?
-Como usted me indicó. Sacadas en el punto de marbajo y una piedra de cada punta que se forma en la playa, hasta enterar cuatro.
-Muy bien. Ahora necesito agua de mar, de viento sur, sacadas de la cresta de las tres olas grandes, que aparecen siempre juntas.
Todo eso lo tenía la mujer. Además lo acompañó el chamán y dos o tres otras plantas muy usadas en estas brujerías.
Las piedras las puso a caldear como cuando se hace curanto. Le regó el agua de mar con las ramas y finalmente recogió las cenizas y las distribuyó en los cuatro costados de su terreno y en el centro una de las cuatro piedras coloradas, bien enterrada. Así dicen que los deja de molestar.
Finalmente salió del lugar y se fue a vivir a Punta Arenas. Es la forma más segura de evitar la magia."
(Ricardo Tureuna. Tac. 1994)
Fuente:
Diccionario de Mitos y Leyendas - Equipo NAyA
http://www.cuco.com.ar/
Imagen:
http://www.google.com.ar
folcloreyculturachilena.bligoo.com
Ilustración Ornar Larrain y Julio González
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2008/04/el-trauco.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2008/05/la-fiura.html
Fuente:
Diccionario de Mitos y Leyendas - Equipo NAyA
http://www.cuco.com.ar/
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Ilustración Ornar Larrain y Julio González
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