Cuando alcanzó la cima, ya había amanecido del todo.
Ante sus ojos se abría una extensa tierra que se extendía, llana y libre, hasta los azulados montes. Se veían bosques, matorrales, praderas. Entre el exuberante verdor los ríos relucían como plata fundida. El padre Cech se regocijó viendo la amena tierra y después se puso a meditar sobre los designios de los dioses y el destino de su tribu y de las generaciones venideras".
Así el escritor Alois Jirásek narra en su libro "Las Viejas Leyendas Checas" la llegada de los checos a Bohemia, liderados por el mítico padre de la nación checa, llamado Cech.
¿De dónde llegaron los checos? En "Las Viejas Leyendas Checas" Alois Jirásek cuenta:
"Más allá de la sierra de los Tatras, en las llanuras del río Vístula, se extendía desde tiempos inmemoriales una parte de la primitiva gran patria eslava..."
Y desde allí habrían venido los checos, dicen "Las Viejas Leyendas Checas". Los checos son una nación eslava.
¿Qué sabe la ciencia sobre la llegada de los eslavos al actual territorio checo?
Los historiadores afirman que los eslavos llegaron al territorio de la actual República Checa en el marco de la gran migración de las tribus eslavas que irrumpieron en el escenario histórico en el siglo VI de nuestra era. Antes el resto de Europa no se había prácticamente interesado por los eslavos.
La primera oleada de pobladores eslavos vino al actual territorio checo hacia el año 530, proveniente de Ucrania. Los arqueólogos la identifican según el uso de sencillas vasijas fabricadas sin la rueda de alfarero. Dichas vasijas servían para cocinar y eran utilizadas, además, como urnas funerarias.
Fue el científico checo Ivan Borkovský que se fijó como primero en que en todos los territorios poblados por los primeros eslavos se hallaba el mismo tipo de cerámica que el arqueólogo llamó "tipo praguense".
Borkovský resumió los resultados de sus investigaciones en un libro titulado "Cerámica de los antiguos eslavos en Europa Central". La obra salió en 1940...
Fue el momento menos oportuno para la publicación de un libro sobre la historia de los eslavos. Las tierras checas estaban ocupadas por los nazis y para éstos era inadmisible la tesis sobre la antigüedad de la cultura eslava ya que consideraban a los eslavos una raza inferior.
Los nazis planeaban exterminar una parte de las naciones eslavas y utilizar a los supervivientes como esclavos. Estaban dispuestos a germanizar eventualmente a los eslavos que tuvieran un aspecto supuestamente "ario".
En la atmósfera del paranoico intento de borrar a los eslavos de la faz de la Tierra el libro de Ivan Borkovský fue prohibido por los nazis.
Las exploraciones de las sedes de los primeros eslavos continuaron después del fin de la Segunda Guerra Mundial, en 1945. Partiendo de los resultados de las excavaciones arqueológicas los científicos empezaron a llamar la primitiva cerámica eslava con el nombre de "Praga- Korchak".
El nombre "Praga- Korchak" indicaba que la cerámica estaba difundida en la época de la expansión eslava en el territorio que se extendía entre Praga, al oeste, y el pueblo de Korchak, al este, en la actual Ucrania.
Los hallazgos de la cerámica más antigua permiten concluir que entre los siglos V y VII de nuestra era, las tierras pobladas por eslavos se extendían desde los ríos Dnieper y Pripiat, al este, hasta el Elba, al oeste.
Tal como ya les hemos contado, la primera ola de pobladores eslavos de la actual República Checa llegó en el siglo VI de nuestra era, proveniente de Ucrania.
La segunda ola migratoria penetró en el actual territorio checo a principios del siglo VII, procedente de la actual Hungría Occidental, llamada Panonia.
Los eslavos recién llegados era unos cien mil, para aquella época un número muy elevado. Encontraron una tierra casi desierta.
"No había ciudades, las aldeas eran poquísimas y sólo en algunos parajes donde se había conservado un exiguo resto de los pobladores primitivos que hablaban una lengua extraña. La tierra casi toda reposaba sin haber sido jamás tocada por el arado. Todo era yermo y salvaje- las llanuras, las planicies y los bosques".
Así narran "Las Viejas Leyendas Checas".
¿Y los científicos, qué opinan?
Lo confirman. Como averiguaron los arqueólogos, desde el siglo IV de nuestra era fue bajando la densidad de la población en el territorio de la actual Bohemia y Moravia. Quedaron sólo los restos de la población germana.
Los celtas habían desaparecido hacía 500 años. En las florestas vírgenes vivían todavía algunos pobladores de las tribus germanas de langobardos y de marcómanos. Los germanos cuyo número se estima entre los cinco y los diez mil se mezclaron con la mayoritaria población eslava.
Los eslavos encontraron en Bohemia efectivamente un territorio casi despoblado y prácticamente no tuvieron que disputarse con los pobladores primitivos el derecho de asentarse. Había tierra para todos.
"Las Viejas Leyendas Checas" también intentan explicar el porqué de la migración de la tribu del padre mítico de la nación checa, Cech, desde su patria anterior.
"Y ocurrió que se desencadenaron entre ellos conflictos y sangrientas luchas por la posesión de tierras y de aldeas. Una familia se enfrentó a otra, los parientes se involucraron en luchas fratricidas, exterminándose mutuamente. En aquel entonces, dos hermanos de una poderosa familia, Cech y Lech, llegaron a un acuerdo de que abandonarían la tierra natal, convulsionada por funestos enfrentamientos. Dijeron:"Busquemos nuevas sedes donde nuestra tribu viva y trabaje en paz"
El historiador Dusan Trestík opina que la leyenda sobre la llegada a Bohemia del mítico padre de la nación checa, Cech, no debería ser considerada mera fábula. Sostiene que la leyenda es un testimonio que se remonta a los tiempos precristianos.
Trestík afirma que la leyenda refleja la llegada al actual territorio checo de la segunda ola de inmigrantes eslavos que vinieron desde el sur. El historiador se basa en el relato del cronista checo Dalimil, de principios del siglo XIV. Éste narra que un cacique al que la leyenda llamó Cech, cometió un asesinato en Croacia y fue expulsado del país. Reunió a sus seis hermanos y juntos salieron en busca de nuevas tierras.
La tribu eslava llegó hasta el monte de Ríp, en Bohemia Central, y desde allí empezó a poblar las tierras circundantes, narra la leyenda. Y los historiadores confirman que dicha leyenda tiene un profundo significado.
La legendaria subida del mítico padre Cech al monte de Ríp que mencionamos al principio de este programa simboliza, según los historiadores, la toma de posesión de las tierras checas por los eslavos.
Por primera vez narró esta leyenda el erudito cronista Kosmas, a principios del siglo XII. La arqueología moderna no encontró al pie del monte de Ríp ningunos vestigios de antiguos asentamientos eslavos.
¿Por qué entonces Kosmas había relacionado el mito sobre la llegada de los checos con el monte de Ríp?
Kosmas lo habrá probablemente hecho influido por motivos bíblicos al ver en el Ríp una especie del monte Sión sagrado. En toda Bohemia no hay otro monte que se alce solitario en medio de extensas tierras llanas.
Ríp es un monte mágico. Se trata de un volcán de la Era Terciaria que arrojaba lava hace 25 millones de años. El cono basáltico era en aquella época mil metros más alto que ahora. Los ríos se llevaron posteriormente el material arrojado por el volcán y Ríp se convirtió en un esbelto cono que se alzaba en medio de un extenso lago.
Expuesto a la erosión, a las lluvias y a la alternancia de períodos glaciales con los del calentamiento climático, Ríp se erosionaba cada vez más hasta alcanzar los actuales 456 metros sobre el nivel del mar. El basalto del monte es rico en hierro, lo que provoca anomalías en el comportamiento de la brújula.
El monte de Ríp está rodeado por muchas leyendas debido a los enigmas que encierra.
El padre Krolmus registró en el siglo XIX una leyenda que narra que de la iglesia de la Santísima Trinidad, en Chloumek, cerca de la ciudad de Melník, solía volar al monte de Ríp un dragón de fuego.
Testigos presenciales relataron que en los últimos años vieron sobre el monte de Ríp gigantescas esferas luminosas y que podría tratarse de ovnis. Ríp sencillamente no deja descansar a la fantasía popular.
Si estudiamos un mapa de la población de Bohemia entre los siglos VI y VIII de nuestra era, verificamos que el monte de Ríp se halla en su centro geométrico.
Entretanto, si tomamos un mapa de los asentamientos entre los siglos IX y XI, cuando ya estaban habitadas áreas más extensas de Bohemia, el centro geométrico de la parte poblada de Bohemia se halla en el territorio de Praga.
¿Curioso, no?
Ello significa que el monte de Ríp fue el centro de Bohemia solamente al comienzo cuando llegaron los eslavos.
La leyenda sitúa la toma de posesión de las tierras checas por el legendario padre de los checos, Cech, en el Ríp también por ser un monte sagrado desde los tiempos más remotos.
Su nombre es de origen indoeuropeo y se remonta a la Edad del Bronce. "Ríp" significa "monte".
Cuando los eslavos llegaron a Bohemia tomaron de los germanos que aquí residían, los nombres de muchos cursos fluviales, pero sólo el de un monte- Ríp.
¿Existió o no el padre de la nación checa Cech?
En realidad no es importante. Lo que sí es significativo que el mito ha cohesionado a los checos a lo largo de su recorrido histórico que se inició hace casi 1500 años.
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/10/cech.html
Fuente: http://antiguaymedieval.blogspot.com/2008_12_01_archive.html
Fuente: http://antiguaymedieval.blogspot.com/2008_12_01_archive.html
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