Su éxtasis irrumpió en la única canción de todo lo que es, fué y será, y con la canción llegó el movimiento, ondas que fueron vertidas hacia fuera y se convirtieron en todas las esferas y los círculos de los mundos.
La Diosa se llenó de amor, se hinchó de amor, y dio a luz a una lluvia de espíritus brillantes que llenaron los mundos y se convirtieron en todos los seres.
Pero en ese gran movimiento, Miria fue arrastrada hacia afuera y al alejarse de la Diosa, se volvió más masculina. Primero se convirtió en el Dios Azul, el bondadoso y risueño, llamado el Dios del Amor. Después en el Dios Verde, cubierto de parra, arraigado en la tierra, el espíritu de todas las cosas que crecen. Finalmente, se convirtió en el Dios de la fuerza el Enastado, en el Cazador cuyo rostro es el Sol rubicundo, más no tan oscuro como la Muerte.
Pero el deseo siempre lo vuelve a atraer hacia la Diosa, para que Él la rodee eternamente, intentando volver al amor.
Todo empezó con el amor; todo busca volver al amor. El amor es la ley, maestro de la sabiduría y gran revelador de misterios".
Fuente:
De Diosas, Brujas y Sabias
Noe Costas
De Diosas, Brujas y Sabias
Noe Costas
Imagen
blog.enfemenino.com
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