Hubo un tiempo en que las hojas del bosque eran siempre verdes.
En ese entonces el joven sélknam Kamshout partió en un largo viaje para cumplir con los ritos de iniciación de los klóketens.
El joven iniciado tardó tanto en volver que el resto del grupo lo dio por muerto.
Cuando nadie lo esperaba, Kamshout volvió completamente alterado y empezó a relatar su sorprendente incursión en un país de maravillas, más allá en el lejano norte.
En ese país los bosques eran interminables y los árboles perdían sus hojas en otoño hasta parecer completamente muertos. Sin embargo, con los primeros calores de la primavera las hojas verdes volvían a salir y los árboles volvían a revivir.
Nadie creyó la historia y la gente se rió de Kamshout quien, completamente enojado, se marchó al bosque y volvió a desaparecer.
Luego de una corta incursión por el bosque, Kamshout reapareció convertido en un gran loro, con plumas verdes en su espalda y rojas en su pecho. Era otoño y Kamshout -a partir de entonces llamado Kerrhprrh por el ruido que emitía- volando de árbol en árbol fue tiñendo todas las hojas con sus plumas rojas.
Así coloreadas, las hojas empezaron a caer y todo el mundo temió la muerte de los árboles.
Esta vez la risa fue de Kamshout.
En la primavera las hojas volvieron a lucir su verdor, demostrando la veracidad de la aventura vivida por Kamshout.
Desde entonces los loros se reúnen en las ramas de los árboles para reírse de los seres humanos y así vengar a Kamshout, su antepasado mítico.
(Leyenda Selk’nam - Tierra del Fuego, Argentina-Chile)
Fuente: Cuentos y Leyendas Americanas.
Gentileza Ser Indígena
Fuente: Cuentos y Leyendas Americanas.
Gentileza Ser Indígena
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