sábado, 1 de mayo de 2010

CHARIA DIFICULTA LAS COSAS


Paí Reté Kuaraí estaba dando las últimas terminaciones a la Tierra, para que ésta fuera preparada para los guaraníes, cuando apareció otro dios tan poderoso como él que modificaba todo lo que éste hacía, para que los guaraníes no tuviesen fácil acceso a determinadas cosas.

Por ejemplo Paí Reté Kuaraí había creado abejas y avispas que producían miel y vivían en colmenas que se encontraban en todos los árboles, pero Charia hizo que las colmenas solo se encontraran en algunos árboles.

Paí Reté Kuaraí con su poder hizo que todos los árboles tengan frutos coloridos, ricos, jugosos y dulces. Pero Charia hizo que sólo algunos árboles tengan frutos, el resto no tuviesen o eran frutas chicas, duras, de mal gusto y que daban dolor de barriga.

Paí Reté Kuaraí creó plantas cultivadas para que los hombres tuviesen sus plantaciones y para que no les faltase comida. Éstas crecían en sólo un día, se sembraban en la mañana y se cosechaban a la noche. Pero Charia hizo que éstas tardaran meses en crecer y madurar.

Paí Reté Kuaraí creó a la Anguila, que no hace mal a nadie. Y Charia creó a la Yarará (Víbora venenosa).

Para cazar tapires, Paí reté Kuaraí hizo un bichito que imitaba el sonido de ese animal. Al hacerlo gritar, los tapires venían pensando que era alguno de su especie, de esta forma era fácil cazarlos.

Pero Charia se lo pidió prestado, lo hizo gritar y cuando un tapir se acercó se lo tiró encima, de esta forma el bichito se convirtió en garrapata lo que hizo que los tapires se convirtiesen en animales ariscos y difíciles de cazar.

Cuando descubrió las maldades que provocaba Charia, Paí Reté Kuaraí le regaló un sombrero de plumas con un adorno de madera que contenía una brasa. De inmediato Charia comenzó a quemarse, y, como era un fuego que no se apagaba con agua, avanzó sobre su cuerpo y lo convirtió en cenizas. Esa ceniza maldita se convirtió en una nube de jejenes que lo empezaron a picar. Para que los mosquitos no lo picasen más creó a otros animales para que los piquen a éstos y no a él, dentro de esos animales se encontraban: monos, gatos monteses, hurones, pájaros, patos, coatíes, etc.

Sin embargo los jejenes lo seguían picando, por lo que decidió consultar a Ñanderú, éste le dio una vasija con rocío, que hicieron desaparecer las ronchas y el dolor de Paí Reté Kuaraí. Pero un animal alborotado por las picaduras de los mosquitos rompió la vasija, lo que hizo que se cayera el rocío, en los lugares donde se había derramado creció una caña y una calabaza (las que sirven para hacer los mates). De la caña salió la primera mujer y de la calabaza el primer hombre de la Tierra.

Paí Reté Kuaraí les señaló las colmenas y les dijo cómo recoger la miel que contenían. Les enseñó cuáles eran las frutas que se podían comer y cómo juntarlas. Les dijo cuáles eran las plantas para sembrar, cómo cultivarlas y les explicó que tardarían en crecer. Les dijo cual era la víbora venenosa y que tuvieran cuidado. Les dijo secretos de las plantas, que sirven para hacer remedios, y también cómo cocinar, cómo construir casas, cómo hacer sus cantos sagrados y rezar a Ñanderú.

En fin les mostró todas las cosas de la Tierra. Hecho esto Paí Reté Kuaraí subió al cielo junto su amigo, el Loro del Discreto Hablar, ya que éste podía revelarles a los hombres secretos del espacio y el tiempo, que los volvería locos.

El loro se fue a vivir con Ñanderú y se encuentra en la puerta del paraíso, para que sólo puedan entrar las almas de la gente buena.

Y, Paí Reté Kuaraí, se convirtió en Sol.

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