Del Gritón se dice que era el alma en pena de un arriero que al filo de la media noche gritaba con fuerza desde un monte alto y su llanto se sentía a varias leguas a la redonda.
Sus sitios favoritos son los caminos de herradura y las colinas en las noches tranquilas; su grito es peculiar como quien arrea mulas.
Quienes lo han visto aseguran que usa un sombrero alón y fumaba un tabaco e iba en una mula negra de orejas grandes.
Si alguien le coreaba el grito, entonces el gritaba más duro para dejar sorda a la persona que lo remedaba.
NOTA DE LA REDACCIÓN
Hace 13 años
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