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sábado, 29 de mayo de 2010
EL CALEUCHE
Es un barco fantasma que puede verse en los canales de Chiloé por las noches, tanto en la superficie como navegando sumergido.
Aparece desde el fondo de una niebla espesa como un majestuoso velero en el que se pueden ver las luces de las fiestas que parecen efectuarse a bordo.
Desde tierra se escuchan sonidos de fiesta y bailes que llaman la atención de los navegantes solitarios que deambulan por la noche.
Éstos son engañados y hechos esclavos.
Tan rápido como aparece desaparece y si alguien intenta seguirlo se convierte en tronco o foca o cualquier cosa que pase desapercibido.
Los habitantes del Caleuche son de dos tipos, los brujos al mando de Millalobo que tienen por misión vigilar los mares y castigar a todo aquel que atente contra sus habitantes. Los otros son los náufragos que fueron llevados por la Pincoya al encontrarlos muertos.
Una vez dentro del barco, estas personas reviven y son felices por siempre.
viernes, 28 de mayo de 2010
LA FLOR DE LA HONESTIDAD
Se cuenta que allá por el año 250 a.C., en la China antigua, por ley, un príncipe heredero debía estar casado antes de ser coronado emperador, el príncipe heredero le quedaba poco tiempo para ser coronado y aún estaba soltero, así que decidió hacer una competición entre todas las muchachas de la corte para buscar a la más idónea para acompañarle en sus obligaciones.
Así, anunció que recibiría en una celebración especial en palacio a toda muchacha casadera y anunciaría un desafío.
Hacía muchos años en el palacio servía una anciana que escuchó los comentarios sobre los preparativos de la celebración, así, enseguida que llegó a su casa le contó con cierta tristeza la noticia a su hija ya que sabía los sentimientos que ésta tenía hacia el príncipe.
La hija sin dudarlo le dijo que ella también iría a participar en el reto que impusiera el príncipe, la madre angustiada por la hija le dijo:
¿Hija mía que vas hacer allá? No tendrás ninguna oportunidad, las muchachas más ricas y bellas de la corte estarán allí, quítate esa idea de la cabeza, sé que sufres, pero no hagas de ese sufrimiento una locura.
La hija le respondió:
No querida madre, no estoy loca, sé que nunca seré la elegida, pero no puedo perder la oportunidad de estar cerca de él aunque sea por unos pocos momentos. Eso me hará feliz.
Llegó el día señalado y allí estaba la hija de la sirvienta entre las más bellas muchachas de la corte.
Al poco apareció el príncipe y anunció el desafío: “os daré a cada una de vosotros una semilla, dentro de seis meses, aquella que me traiga la flor más bella será mi digna esposa y la futura emperatriz de China.
El desafío del príncipe era acorde a las tradiciones del pueblo, que valoraba el don de cultivar.
Pasó el tiempo y en la maceta de la hija de la sirvienta no había crecido nada a pesar de poner todo su cariño y empeño en el cuidado de la semilla; en su fuero interno pensaba que si la flor que brotara se parecía al profundo y sincero amor que le profesaba al príncipe, sería la flor más bella de todas.
Día tras día veía que su sueño se alejaba ya que después de seis meses nada había nacido en la maceta.
Pasaron los seis meses y la joven le dijo a su madre que a pesar de que no había brotado ninguna flor ella iría para estar cerca del príncipe una vez más.
Llegó a palacio y vio una escena bellísima, todas las muchachas llevaban su maceta con una flor, cada una más bella que la otra y, ella no llevaba nada.
Finalmente, llegó el momento, el príncipe observó detenidamente cada una de las flores que llevaban las muchachas, después de haber visto una por una las macetas que habían llevado las muchachas, anunció el resultado: aquella bella joven con la maceta vacía sería su futura esposa; nadie entendía que eligiera a quien no había cultivado nada.
El príncipe, entonces le explicó a sus súbditos: la elegida fue la única que cultivó la flor que la hizo digna de convertirse en emperatriz: la flor de la honestidad.
Todas las semillas que entregué eran estériles.
Tal como decía Séneca (4 a.C.–65 d.C.), lo que las leyes no prohíben, puede prohibirlo la honestidad y Thomas Fuller (1610-1661) decía que el hombre honesto no teme la luz ni la oscuridad.
jueves, 27 de mayo de 2010
EL DORADO Y EL SOL
Es un pez que se encuentra en toda América, desde Venezuela hasta Argentina.
Es de un magnífico color dorado, excepto en la cabeza -que es verde oliva- y en el vientre -que es anaranjado-. Con manchas negras y bordes amarillos, su piel está protegida por grandes escamas, e incluye una aleta dorsal en la mitad del cuerpo.
Se han capturado especimenes de hasta 25 kilos, pero es más común dar con peces de hasta 20 kilos.
Esta especie se encuentra en el norte de Corrientes, Santa Fe, Río Paraná y en el Río de la Plata, donde busca sus afluentes para desovar.
EL DORADO Y EL SOL
En tiempos remotos, casi al comienzo de la Creación, el Sol era un inmenso disco de oro. Todo él brillante y dorado, encendiendo de luz y calor el mundo que nacía.
Como era redondo, viajaba infatigablemente por el firmamento, dejando que la noche llegase cuando él ya se había ido.
Tupá lo había hecho hermoso. Orgulloso del Astro Rey, creó la Tierra y las Aguas y las pobló.
Fue así como el Paraná corrió a raudales por la tierra, llenándose de peces.
El sol del amanecer aparecía puntualmente, se asomaba sobre el río, desparramaba su dorada luz sobre las aguas, haciendo que los peces salieran a admirarlo.
Pero tan soberbio andaba, mirándose tanto en el espejo del río, que terminó con forma de pez él también.
Ara-Abá era el guerrero más valiente de la tribu. Su lanza era certera. Su arco, cuando él lo tensaba, lanzaba una flecha segura.
Junto con los jóvenes de su grupo, salían de correrías que siempre terminaban en comida abundante para la tribu.
Ese día, afilando sus armas junto al río, escuchó que todos corrían buscándolo.
-¡Ara-Abá!, algo pasa.
-¡¡Algo pasa!!
Y entonces le mostraron el sol que se reflejaba en el agua: parecía un inmenso dorado hamacándose entre las nubes.
A ese pez espléndido había que derribarlo para atraparlo.
Todos los arqueros dispararon sus flechas. Una y otra vez, tantas y tantas ascendieron al cielo, que alcanzaron al sol.
Esa lluvia de flechas llegó hasta él. El astro se retorció, rodó sobre sí mismo para desprendérselas, pero ya estaban fundidas en su cuerpo.
Y dice la leyenda que el sol no pudo jamás quitarse esas flechas y que ellas son los rayos que tiene ahora el astro rey.
NOTAS
Tupá: en la mitología guaraní Tupá es la Deidad Suprema. El principio del bien. Dios.
Ara-Abá: tiene distintos significados. Ara es tiempo, estación, era, período, firmamento, cielo. Lo alto por excelencia. Y Abá, el indígena, el hombre como persona. Podría traducirse como "persona encumbrada".
Paraná: su nombre es traducido como "Pariente del Mar", o "Padre del Mar", por otros.
Dorado: Salminus maxillosus. Los guaraniés lo llaman "pirayú" (pira: pez, yú: oro, dorado). Su nombre proviene de su hermoso color amarillo naranja. Es dorado en los flancos y blanco en la zona ventral.
Tiene escamas. Es una presa cotizada entre los pescadores, no sólo por su buen porte (hay ejemplares que han llegado a pesar cerca de 30 kg), sino por lo exquisito de su carne. Es un predador nato y se alimenta preferentemente de sábalos, bogas, mojarras, etc.
Su fama de glotón al que toda comida le es poca, ha dado pie a otra leyenda.
Graciela Pacheco de Balbastro
miércoles, 26 de mayo de 2010
EL AMOR Y LA LIBERTAD
Cuenta una vieja leyenda de los Indios Sioux, que una vez llegaron hasta la tienda del viejo brujo de la tribu, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Azul, la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu.
- Nos amamos- empezó el joven.
- Y nos vamos a casar- dijo ella.
- Y nos queremos tanto que tenemos miedo… Queremos un hechizo, un conjuro o un talismán, algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos, que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar la muerte.
- Por favor… -repitieron - ¿hay algo que podamos hacer?
El viejo los miró y se emocionó al verlos tan jóvenes, tan enamorados y anhelantes esperando su palabra…
- Hay algo… -dijo el viejo- pero no sé… es una tarea muy difícil y sacrificada
- Nube Azul -dijo el brujo- ¿ves el monte al norte de nuestra aldea? Deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos y cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte. Si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de luna llena. ¿Has comprendido?
- Y tú, Toro Bravo -siguió el brujo- deberás escalar la Montaña del Trueno. Cuando llegues a la cima, encontrarás la más brava de todas las águilas, y solamente con tus manos y una red, deberás atraparla sin heridas y traerla ante mí viva el mismo día en que vendrá Nube Azul. ¡Salgan ahora!
Los jóvenes se abrazaron con ternura y luego partieron a cumplir la misión encomendada, ella hacia el norte y él hacia el sur.
El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con las bolsas que contenían las aves solicitadas. El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas: eran verdaderamente hermosos ejemplares.
- Y ahora, ¿qué haremos? -preguntó el joven - ¿los mataremos y beberemos el honor de su sangre?
- No - dijo el viejo.
- ¿Los cocinaremos y comeremos el valor en su carne? - propuso la joven.
- No - repitió el viejo - Harán lo que les digo: tomen las aves y átenlas entre sí por las patas con estas tiras de cuero. Cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres.
El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros.
El águila y el halcón intentaron levantar vuelo pero sólo consiguieron revolcarse por el piso.
Unos minutos después, irritadas por la incapacidad de volar libremente, las aves arremetieron a picotazos entre sí hasta lastimarse.
Este es el conjuro - dijo el anciano - :
jamás olviden lo que han visto.
Son ustedes como el águila y el halcón.
Si se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose, sino que además, tarde o temprano, empezarán a lastimarse el uno al otro.
Si quieren que el amor entre ustedes perdure, vuelen juntos…pero jamás atados.
martes, 25 de mayo de 2010
LOS DOS AMIGOS
Dice una linda leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron.
El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena “hoy, mi mejor amigo me pego una bofetada en el rostro”.
Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse.
El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo.
Al recuperarse tomo un estilete y escribió en una piedra “hoy, mi mejor amigo me salvo la vida”.
Intrigado, el amigo pregunto:
¿Por que después que te lastime, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra?
Sonriendo, el otro amigo respondió:
"Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargaran de borrarlo y apagarlo; por otro lado cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde ningún viento en todo el mundo podrá borrarlo."
lunes, 24 de mayo de 2010
HUATIACURI
Los hombres que vivían en aquellos tiempos no hacían otra cosa que guerrear y luchar entre sí, y reconocían como sus Curacas (gobernantes) sólo a los más valientes y a los ricos. A estos llamaron, los purum runa.
En aquella época, Pariacaca nació de cinco huevos en el cerro Condorcoto (un cerro ubicado entre Huarochirí y San José de Los Chorrillos, provincia de Huarochirí, departamento de Lima).
Un solo hombre, un pobre que se llamaba Huatiacuri, quien era, según se dice, hijo de Pariacaca, fue el primero en ver y saber de este nacimiento.
Según se dice, la gente de ese tiempo lo llamaba Huatiacuri, porque siendo muy pobre, se alimentaba solo con papas huatiadas.
Había un hombre llamado Tamtañamca, que era un poderoso y gran señor. Su casa estaba cubierta de alas de pájaro de plumas rojas y amarillas. Poseía llamas de todas las especies imaginables: amarillas, rojas, azules. Cuando la gente supo de su poder y virtud, llegaron de todas las comunidades para honrarlo y venerarlo. Y él, fingiendo ser un gran sabio (a pesar de sus conocimientos limitados), vivía engañando a mucha gente.
Fue así que Tamtañamca, que se fingía adivino y dios, contrajo una enfermedad muy grave. Mucho tiempo pasó y la gente se preguntaba cómo era posible que un sabio tan capaz estuviese enfermo.
Así como los Huiracochas recurren a los adivinos, o a los doctores, Tamtañamca, que deseaba curarse, llamó a todos los sabios. Sin embargo, ninguno supo dar con la enfermedad que lo aquejaba. Huatiacuri venía desde el mar, y se quedo a dormir en un cerro llamado Latausaco.
Mientras tanto, un zorro que subía se encontró con otro que bajaba y le pregunto así: "Hermano, ¿cómo está la situación arriba?, -"lo que está bien, está bien"- le contestó el otro, y prosiguió: "aunque un Señor, un Huillca de Anchicocha, que finge ser un dios y gran sabio, está enfermo, por ello todos los adivinos tratan de dar con el origen de tan extraño mal".
El zorro que subía volvió a preguntar: "y ¿cómo fue que se contagió con ese mal?", y el que bajaba le respondió: "mientras su esposa tostaba maíz, salto un grano de muchos colores, pero antes de tocar el piso tocó las vergüenzas de ella, sin embargo, lo recogió y se lo dio a comer a otro hombre. Por eso ahora se le considera adúltera. Por esa culpa hay una serpiente que vive sobre la casa y se los está comiendo. Hay también un sapo de dos cabezas que vive bajo su batán. Y nadie sospecha que son estos quienes enferman a Tamtañamca".
Este gran Señor que estaba enfermo por haber fingido ser dios, tenía dos hijas. La mayor se había casado con un hombre muy rico de su Ayllu.
Entonces, Huatiacuri llegó donde se encontraba el Señor enfermo. Cuando estaba cerca les preguntó a todos si hubiese alguien en la comunidad que estuviese enfermo.
La hija menor de Tamtañamca le respondió que su padre.
Huatiacuri le dijo: -"Cásate conmigo y yo sanaré a tu padre-
Pero ella no respondió enseguida la propuesta, fue y le contó a su padre que un pobre le había dicho que lo iba a sanar.
Los sabios que estaban allí, cuando escucharon sus palabras, se echaron a reír y dijeron: -"Estaríamos nosotros aquí curándolo, si un pobre como éste fuese capaz de hacerlo?-
Tamtañamca, sin embargo, deseaba ante toco sanar, he hizo llamar a Huatiacuri:
-"Que venga cualquiera que sea capaz de sanarme"-
Huatiacuri entró y le dijo:
-"Si deseas voy a curarte, pero me tienes que dar a tu hija"-
El otro, muy contento, aceptó. El esposo de la hija mayor de Tamtañamca, al oír eso, se puso furioso:
-"¿Cómo podré aceptar que la cuñada de un hombre tan poderoso como yo se case con semejante pobre?-.
Sin hacer caso a esos reclamos, Huatiacuri empezó con su labor:
-"Señor, tu mujer es adúltera, su culpa te ha hecho enfermar. En el techo de tu casa hay dos serpientes que te están comiendo, y también hay un sapo de dos cabezas debajo de tu batán. Tenemos que matarlos a todos para que te cures. En cuanto a ti, tu no eres un auténtico dios, porque si lo fueras no te habrías enfermado de esta manera"
- Al oír esto, Tamtañamca se asustó.
En cambio su mujer gritó furiosa:
-"Este miserable me insultó sin motivo, yo no soy una adúltera".
Pero como el enfermo tenía muchas ganas de curarse, mando que Huatiacuri haga lo que sea necesario.
Entonces sacaron a las dos serpientes y las mataron.
En aquel momento Tamtañamca supo que Huatiacuri decía la verdad, y a la mujer no le quedó más que confesar su culpa.
Luego levantaron el batán y el sapo de dos cabezas salió volando con rumbo a la quebrada de Anchicocha.
Se cree que aún permanece ahí, escondido en un manantial, y cuando los hombres pasan por ese lugar, a veces desaparecen y otras veces enloquecen.
Luego de todo esto, Huatiacuri dijo haber cumplido con su labor, y el enfermó sanó.
El día señalado Huatiacuri viajó a Condorcoto, y ahí estaba Pariacaca, en forma de cinco huevos. Entonces el viento comenzó a soplar por primera vez, pues en tiempos anteriores, el viento nunca había soplado.
El mismo día del viaje, Tamtañamca - ya sano- le entregó a su hija - conforme lo acordado -, luego emprendieron viaje.
Mientras caminaban solos por un paraje cerca al cerro Condorcoto, se unieron.
Cuando el esposo de la hija mayor de Tamtañamca se enteró de esto, desafió a Huatiacuri para vencerlo y cubrirlo de vergüenza.
Lo retó de la siguiente manera:
-"Vamos a competir en distintas pruebas, ¿cómo un miserable como tú te atreviste a casarte con la cuñada de un hombre tan poderoso como yo?
Huatiacuri aceptó el reto, y fue a contarle a su padre Pariacaca (quien aún no nacía y seguía en forma de cinco huevos), todo lo sucedido.
-"Muy bien"- dijo Pariacaca -"cualquier cosa que te proponga, ven enseguida y cuéntamela, yo te aconsejaré"-.
He aquí la primera prueba:
El hombre poderoso le propuso a Huatiacuri medir su resistencia bailando y bebiendo.
Y por supuesto éste fue donde su padre (Pariacaca) a contárselo.
-"Anda a la otra montaña - le dijo Pariacaca - y transfórmate en un huanaco, échate fingiendo estar muerto.
Muy temprano de mañana un zorro y su esposa irán a verte, ella traerá chicha en un poronguito y el traerá su tambor y su antara. Cuando te encuentre, creyendo que estás muerto te comerán.
Pero antes que hagan esto, conviértete de nuevo en hombre y grita con todas tus fuerzas, ellos se asustarán tanto que saldrán huyendo olvidando sus cosas. Con ellas tu asistirás a la competencia".
Huatiacuri hizo todo lo que su padre le dijo. Al comenzar la competencia, el hombre rico fue el primero en bailar. Aproximadamente doscientas mujeres bailaron para él.
Cuando le toco el turno a Huatiacuri, él entró solo con su esposa a bailar, los dos solitos.
Tocaron el tambor que le habían robado al zorro. Pero apenas empezaron, la tierra empezó a temblar. Así ganó en baile.
Ahora tocaba beber. Huatiacuri y su esposa se sentaron en el lugar de honor, y todos los hombres presentes se fueron acercando, sirviéndole chicha, uno tras otro sin dejarlos respirar.
Cuando le tocó a él servirles chicha a todos los presentes, Huatiacurí sacó el poronguito (el de la zorrina).
Todos los presentes se echaron a reír y se burlaban diciendo que era muy pequeño para saciar a tanta gente. Pero apenas les fue sirviendo, uno a uno fueron cayeron sin sentido.
Como había vencido en esta prueba, al día siguiente, el hombre poderoso lo desafió nuevamente.
Esta vez el reto consistía en vestirse con las más finas ropas.
Nuevamente Huatiacuri fue a consultar con su padre.
Pariacaca le dio un traje de nieve. Así venció a su rival deslumbrándolos a todos.
Derrotado por segunda vez, ahora el desafío era atraer pumas.
Huatiacuri pensó en atraerlos con poesía. Según las instrucciones de su padre, fue muy temprano a un manantial y trajo a un puma rojo.
Cuando se puso a bailar con el puma rojo, en el cielo apareció el arco iris, y este es su origen.
Ahora el hombre rico y poderoso quiso competir construyendo una casa grande.
Huatiacuri colocó solo los cimientos y pasó el resto del día paseando con su mujer.
Pero, durante la noche, todas las aves y las serpientes, todas las que había en el mundo, fueron y construyeron la casa. A la mañana siguiente la casa estaba terminada, y el hombre rico y poderoso se asustó mucho.
Desafió a Huatiacuri a una nueva competición: esta vez habían de techar las casas. Todos los huanacos y todas las vicuñas traían paja para el techo del hombre rico.
Huatiacuri contrató un gato montes, que las asustó.
De este modo ganó nuevamente.
Siguiendo el consejo de su padre, Huatiacuri le dijo al hombre rico:
-"Yo he aceptado todos tus desafíos y en todos te he vencido, ahora te toca a ti aceptar los desafíos que te proponga yo".
El hombre rico aceptó. -"Ahora vamos a bailar vestidos con una cusma azul y huara de algodón blanco".
El hombre rico empezó a bailar, como siempre acostumbraba a hacer.
Mientras tanto, Huatiacuri entró corriendo y gritando. El hombre rico se convirtió en venado y salió corriendo.
Su esposa corrió detrás de él. Huatiacuri los persiguió, y alcanzó a la mujer en el camino de Anchicocha. La clavó de cabeza en la tierra y la convirtió en piedra. El hombre rico, que lo habían convertido en venado, subió al cerro y desapareció.
Desde ese momento los venados son cazados para comer su carne.
Solo después de todo esto, Pariacaca y sus hermanos salieron de los cinco huevos, convertidos en cinco halcones. Al tocar tierra tomaron forma de hombres y empezaron a caminar.
Al enterarse de cómo se había portado la gente de esa época y cómo Tamtañamca, fingiendo ser un dios, se había hecho adorar, se enojaron mucho.
Se convirtieron en lluvia, arrasando con todas las casas y las llamas hasta el mar, sin dejar que nadie se salve.
Después de cumplir con su castigo, Pariacaca subió al cerro que hoy lleva su nombre.
domingo, 23 de mayo de 2010
EL NACIMIENTO DE CU CHULAINN
"Durante el reinado de Conchobar en el Ulster, sus jefes se percataron de una bandada de pájaros que se alimentaba con la hierba de la llanura que hay junto a Emain Macha; comieron hasta despojar a la tierra de su manto, hasta donde llegaba la vista.
Los guerreros eran cazadores de aves y partieron en sus carros con el fin de perseguir a los pájaros sin descanso.
Dechtire (mujer) conducía el carro de su hermano Conchobar, y nueve carros se apresuraron a través de la llanura en pos de los pájaros.
Éstos volaban en parejas unidos por una cadena de plata, y volaban y cantaban de un modo tan hermoso que encantaron a los guerreros del Ulster. (...)
Cuando los hombres del Ulster vieron que Dechtire llevaba un hijo, se preguntaron si el padre sería el mismo Conchobar, pues hermano y hermana dormían juntos. Conchobar salvó su vergüenza desposando a su hermana con Sualtam, hijo de Roech.
Sin embargo, a Dechtire le mortificaba tener que dormir con su marido mientras llevaba en sus entrañas el hijo de otro hombre; así pues, una noche se acostó sola y aplastó al niño que llevaba dentro.
Pero Sualtam no tardó en volver a dejar encinta a Dechtire, que tuvo un hijo... Cu-Chulainn".
Fuente: -"Los Celtas. Cultura y Mitología", Evergreen.