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sábado, 13 de febrero de 2010

“EL SÚPAY”



Dos tradiciones se juntan para conformar al Súpay o Zúpay.


Una de ellas arranca del Período Incaico, donde fue reconocido como principio o genio del mal que reinaba en el Supahuasin, inframundo situado en el centro ígneo de la Tierra. Era la encarnación de los misterios selváticos y causante de los maleficios, pestes, inundaciones, sequías y todo cuanto hiere la imaginación y horroriza.


La otra vertiente fue la leyenda de origen oriental que en la Edad Media, el catolicismo convirtió en verdad militante y centro de innumerables especulaciones teológicas, y los heresiarcas en puntal de complejas ceremonias y esotéricos cultos. Llamado entre nosotros Malo o Malú, Diablo, Demonio, Lucifer, Luzbel o el Maligno.


Señor de las Tinieblas que corporiza el mito de la tentación, que a su vez causa la caída. Multiforme en su personificación, quizás por su mismo origen mestizo.


Entre nosotros parece preferir la forma humana, y especialmente la de un gaucho rico y apuesto que viste ropa fina y negra con chiripá del mismo color, lleva puñal, espuelas y rebenque de plata y oro, y monta un caballo retinto de largas crines y muy enjaezado.


Otras veces viste cuero de ovejas, sombrero aludo y una especie de túnica granadina, como el Súpay de Copacabana, Santiago del Estero.


Se ha presentado también como un virtuoso payador que desafía a los más afamados practicantes del género, aunque en más de una ocasión salió derrotado de la contienda, como viejo filósofo de campo o un negro rotoso y hercúleo.


Suele presentarse a si mismo con la forma de una animal conocido, o más comúnmente como un híbrido de macho cabrío y hombre, con cuerno de chivatón, rostro de sátiro de larga pera y bigotes requemados, cuerpo velludo y piernas de chivo con impresionantes pezuñas, y con una capa negra.


Con frecuencia se presenta también como un remolino, y hasta como un árbol.


Sus apariciones vienen precedidas por un ruido como de tiro o trueno, y se dan en medio una llamarada que impregna el aire con un penetrante olor a azufre. Desaparece también entre una nube hedionda y amarillenta, tras cerrar el trato con el hombre dispuesto a darle su alma a cambio de riquezas, amores o habilidades.


Prefiere las noches de los martes y los viernes, que es cuando las almas y otros seres infernales salen a cometer fechorías.


Su templo es la Salamanca, gran cueva en la entraña de los cerros o subterránea en la que se dan cita las brujas y acuden iniciados en la práctica del maleficio. Es que funciona allí la universidad de las tinieblas, donde se enseña toda suerte de mañas, destrezas o habilidades y sobre todo el arte de dañar al prójimo y arrastrar su alma a la perdición.


Los animales del Súpay son los escuerzos, las víboras, los perros negros, los cerdos, los machos cabrios y las mulas. Sus cortesanas, las brujas, tanto viejas como jóvenes.


Adolfo Colombres "Seres Sobrenaturales de la Cultura Popular Argentina".

Compilación. Prof. Teología y Antropología Social y Religiosa. Georgina Palmeyro.



4 comentarios:

  1. Corrientes "Sapucay "de comunicación: en el campo, mujeres, hombres y niños lo utilizan diariamente; citamos algunos casos: el hombre junto con sus hijos se dirige a la chacra a labrar la tierra cubriendo una distancia apreciable; es común que su señora le transmita por medio de un sapucay que ya está el almuerzo o que alguien los busca e indistintamente éstos por medio del grito" solicitan por ejemplo agua. Previo a esto, cada familia codifica los gritos
    Saludos Georgina

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  2. Sapucay de comunicación: en el campo, mujeres, hombres y niños lo utilizan diariamente; citamos algunos casos: el hombre junto con sus hijos se dirige a la chacra a labrar la tierra cubriendo una distancia apreciable; es común que su señora le transmita por medio de un sapucay que ya está el almuerzo o que alguien los busca e indistintamente éstos por medio del grito" solicitan por ejemplo agua. Previo a esto, cada familia codifica los gritos
    Saludos Georgina
    Marisa L Palmeyro

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  3. Muchas gracias Mari por tu aporte.

    Seguramente algo escribiremos sobre el "Sapucay"
    Un beso

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  4. Oh si Marisa el Sapucay es un llamado, un grito particular de cada familia o comunidad.
    Muchas gracias por tu aporte.

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