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sábado, 12 de julio de 2008
EL DUENDE
El duende se presenta como un sujeto bien vestido, con cara de niño regordete, traslúcido, blanco de grandes ojos claros atractivo y conquistador.
Además por hacerlo más gracioso aumenta su desproporción el gigantesco sombrero que lleva puesto; gusta de los girasoles porque su fragancia le produce borracheras que lo transforman en maléfico.
Se dice que es capaz de remontar cumbres y lomas sin cansarse, vadear torrentes y luchar con las tempestades, mover peñascos y resistir como las bestias.
Al entrar en acción, crece de súbito como los espinazos de los gatos. Acompañado de un bastón de oro que le sirve de apoyo en los transes difíciles, de puente en las hondonadas y de escabel para volar en los momentos de peligro, toma agua en una concha de nácar encontrada Dios sabe en qué parte.
Para complementar su indumentaria, agréguese el uso de un anillo de color indescifrable, hecho con despojos de amores. En él brillan uñas y criznejas de mujeres, sudores y llantos de muchachas frescas y lozanas. El anillo se da como prenda de compromiso a la hembra que se presta a sus torpes requerimientos.
Este personaje comienza por cantar muy lindo, tirar piedras, esconder algunos objetos íntimos, hacerlos caer, echar mugre a la comida, y si son niños, invitarlos al río o a la quebrada más cercana para dejarlos al otro lado; también los sube a las peñas donde no los pueden rescatar con facilidad.
En fin, hace toda clase de picardías a las personas de su predilección, quienes lo ven pueden sufrir ataques histéricos, convulsiones y hasta levitaciones en que escuchan voces y sonidos de ventrílocuo.
viernes, 11 de julio de 2008
EL TANICU
"LEYENDA DEL TANICU".
El 1º domingo de Octubre, las familias del departamento Salavina celebran el día de "EL TANICU".
Este mitológico personaje es también llamado, "EL DIOS DE LA MISERIA", pertenece al género de las creencias centrado en la demonología, es decir, en aquéllas por las que se le adjudican al demonio poderes de disposición que beneficia, no malignos, en este caso, de beneficios económicos.
No existe temor por su aparición, sino por el contrario, un gran anhelo de su visita, que finalmente ha de beneficiar a quienes tengan el privilegio de haber sido elegidos por el Tanicu para compartir un almuerzo.
Se trata de un joven que vive oculto en las entrañas del monte, en una situación de miseria permanente, a juzgar por las ropas que luce, lo que justifican esta presunción. Sus atuendos son desalineados y rotosos, pantalones remendados, sombrero viejo y desprolijo, harapiento, no tiene calzados y sus pies delatan que nunca los tuvo por su enorme tamaño y el aspecto costroso y cayociento.
Su andar es ocultadizo y salvaje, que dan la impresión de sufrir disminuciones mentales, reflejados en sus miradas perdidas y huidiza, es decir que se lo ha asemejado, al que en nuestra campaña lo denominan "inocente" (inucho) miembro de la familia que es marginado por el padecimiento de insuficiencias mentales.
No es agresivo, ni se conoce su expresión oral, pareciera ser que es su mundo, tampoco se lo conoce que posea alguna habilidad o que dedique su tiempo a algún trabajo, para la creencia popular es EL DEMONIO.
El rito del Tanicu radica en ofrendar comida, de allí que todos los primeros domingos del mes de Octubre, los creyentes dedican la fecha para dar riendas sueltas a la gula, para lo que sacrifican los mejores animales de su majada, y acudiendo a sus ahorros se gastan hasta la última moneda en la preparación de los mas exquisitos platos criollos, cuidando en detalle la abundancia, por que esta es la que definitivamente evaluará el visitante. La mesa lucirá ese día los mejores servicios: cubiertos de plata guardados a la espera del acontecimiento, brillarán sobre el blanco mantel y los adornos sembrados entre los platos.
Un lugar de privilegio, la cabecera, quedará completamente preparado con la mayor abundancia de comida destinada para "EL TANICU", este llegará sorpresivamente al hogar que eligió para la visita de este año para ver la generosidad que se la haya destinado, evaluación que la hará en la medida de la abundante comida.
Se ser esta satisfactoria para el visitante, premiará durante todo el transcurso de ese año, a la familia, brindándoles también en abundancia los éxitos de todas y cada una de las actividades que emprendieran.
Pero si el hogar que eligió para visitarlos no lo ha ofrendado lo suficiente, el castigo recaerá sobre los mismos durante ese año, donde los resultados de sus emprendimientos serán absolutamente adversos.
jueves, 10 de julio de 2008
WAYNA PICCHU Y EL TEMPLO DE LA LUNA
WAYNA PICCHU, LA JOVEN MONTAÑA.
Gracias a los documentos que se han encontrado en los últimos años, sabemos que el sitio, en tiempos anteriores a la visita de Hiram Bingham, simplemente se llamaba Picchu, o "montaña".
Tenía dos secciones: una sur, un macizo giboso llamado Machu, "mayor" o "viejo", y otra norte, delgada y erguida, llamada Wayna, "menor" o "joven".
En verdad es en el centro de ambos cerros que se encuentra el santuario, sobre la cresta que les sirve de puente.
El nombre Machu Picchu se debe a la referencia de los guías de Bingham a la sección hacia donde debían ascender para llegar a las ruinas.
Cuando llegamos al extremo norte del santuario, detrás de la roca sagrada encontramos el sendero que conduce a Wayna Picchu.
Luego de pasar una pequeña colina llamada Uña, el sendero se convierte en una larga y angosta escalinata que rodea el cerro por el oeste.
Sus escalones, en algunos tramos, están directamente tallados en la roca.
Junto al sendero, que se adapta a las curvas del cerro, podemos apreciar pequeñas terrazas de cultivo que forman parte de los jardines que adornaban el santuario y su entorno.
Otro sendero asciende a Wayna Picchu desde Mandorpampa, en el noreste.
Es más empinado, más largo, y cruza terrazas y grutas que sirvieron para depositar a los muertos. En la cima, que tiene forma de cuchilla y una altura de 2.720 m, en medio de las rocas hay una piedra labrada que la imaginación popular ha denominado la "silla del Inca".
También hay unos pocos recintos y terrazas.
La vista es impresionante: todo el santuario se divisa como si se tratase de una maqueta, y en el entorno se aprecia el extenso horizonte que conforman los picos, los meandros del Urubamba y los desniveles de las quebradas.
EL TEMPLO DE LA LUNA.
Si bien el paisaje y los pocos restos de edificios y terrazas situados en la cima del cerro son por sí mismos apreciables, no cabe duda de que el conjunto de cavernas de la ladera norte, que le da la espalda al santuario, es un monumento espectacular.
Las cavernas están asentadas en los riscos de la cordillera, virtualmente sobre el río Urubamba, que corre a varios cientos de metros de profundidad en el cañón que rodea el cerro al cambiar su curso S-N en dirección contraria para formar una suerte de gran voluta.
Muchas de las cavernas han sido embellecidas por el hombre y convertidas en recintos probablemente destinados a sepulturas.
A las más notables se les conoce como el templo de la Luna.
En realidad este nombre es arbitrario, al igual que los muchos nombres con los que se identifican otros sectores de Machu Picchu.
Y es que aquí ni siquiera tuvo que haber un templo, aun cuando las formas y la ubicación de las cavernas dan noticia de una función antes ceremonial que doméstica, administrativa o militar.
Varias de las cavernas están interconectadas.
Existe una muy grande en la ruta que sube desde Mandorpampa.
Se trata de una caverna apostada debajo de una gran roca, de manera similar al mausoleo real o a la cripta del Cóndor.
Tiene unos 7 m de ancho, 12 m de largo y 2,5 m de alto, y el suelo plano. Sobre esta hay otra de tamaño similar y ambas están asociadas a corredores, escalones y pasajes intermedios.
Las cavernas han sido acondicionadas con mucho cuidado: sus paredes internas son de sillería fina y presentan lujosos detalles, como nichos de triple jamba y altares labrados en la roca.
Aparte de los mausoleos reales y del Cóndor, estos son los más destacados.
En las excavaciones realizadas por el equipo de Bingham, en las laderas norte y este del cerro, se hallaron alrededor de cinco cuevas que presuntamente fueron ocupadas para guardar cadáveres momificados.
Lamentablemente, las cuevas que están asociadas al templo de la Luna no contienen ya restos, que probablemente fueron saqueados.
Las que quedaron son pobres en acabados y escondían sólo cerámica rota.
Se trata más bien de grietas que de cuevas.
miércoles, 9 de julio de 2008
LA SIRENA DEL ARCO
Es una leyenda de las costas del Pacífico colombiano, que según la gente del Tumaco, es la reina del mar y le gusta salir por las noches de sus palacios marinos a recorrer las costas y a mirar de cerca a los hombres.
Es una ninfa con cabeza y busto de mujer, con cuerpo de pez y cola de ave.
La fantástica criatura lleva máscara y en sus manos empuña un puñal y en la otra un cetro de oro.
Los buzos temerarios han observado que la sirena del arco, tiene palacios submarinos fabricados con cristales, joyas y piedras preciosas a las que les atribuyen poderes mágicos.
Algunos pescadores dicen haberla visto solitaria en la playa.
martes, 8 de julio de 2008
LA PACHA MAMA
Para los quechuas es la Madre Tierra, deidad máxima de los cerreros peruanos, bolivianos, y del Noroeste Argentino.
Pacha es universo, mundo, tiempo, lugar, mientras que Mama es madre.
Se trata de una divinidad femenina que produce, que engendra.
Su morada está en el Cerro Blanco (o Cerro Nevado de Cachi) y se cuenta que en la cumbre existe un lago que rodea a una isla habitada por un toro de astas doradas que al bramar emite por la boca nubes de tormenta.
En la región del NOA, su fiesta se celebra el 1º de agosto.
Ese día los pobladores que participan del ritual entierran cerca de sus viviendas una olla de barro con comida cocida. También colocan coca, alcohol, vino, cigarros y chicha para "carar" (alimentar) a la diosa. Ese mismo día –sostienen sus fieles –hay que ponerse unos cordones de hilo blanco y negro confeccionados con lana de llama, hilada hacia la izquierda. Tales cordeles se atan en cuello, tobillos y muñecas para evitar el castigo de la Pacha Mama.
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/04/canto-la-pachamama.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/06/mi-pachamama.html
lunes, 7 de julio de 2008
EL HOLANDÉS ERRANTE
Una de las versiónes más conocida de la historia del Holandés errante habla de un tal capitán Vanderdecken, cuya nave fue atrapada en una terrible tormenta cuando doblaba el cabo de Buena Esperanza. Los pasajeros, aterrorizados, rogaron a Vanderdecken que se refugiara en un puerto seguro o que, por lo menos, arriara velas e intentara eludir el temporal, pero el enloquecido capitán se rió de sus súplicas y, atándose al timón, comenzó a cantar canciones sacrílegas.
La tripulación también se alarmó por la conducta de su capitán e intentó hacerse con el control de la nave, pero el intento de motín fue sofocado cuando Vanderdecken arrojó a su líder por la borda, mientras los aterrorizados pasajeros y la tripulación se encomendaban a Dios.
En respuesta a sus plegarias las nubes se abrieron y una luz incandescente iluminó el castillo de proa, revelando una figura gloriosa que según algunos, era el Espíritu Santo, mientras otros dijeron que era Dios.
La figura se enfrentó con Vanderdecken y le dijo que, ya que disfrutaba con los sufrimientos ajenos, de ahora en adelante sería condenado a recorrer el océano eternamente, siempre en medio de una tempestad, y provocaría la muerte de todos aquellos que le vieran. Su único alimento sería hierro al rojo vivo, su única bebida la hiel, y su única compañía el grumete, a quien le crecerían cuernos en la cabeza y tendría las fauces de un tigre y la piel de una lija (lo cual parece muy injusto para el pobre grumete quien, hasta aquí, no había tenido ningún papel independiente en la historia y, presumiblemente, sentía tanto temor ante Vanderdecken como el resto de la tripulación). Sin embargo, con estas palabras la visión desapareció, y con ella todos los pasajeros y tripulantes.
Vanderdecken y el grumete quedaron abandonados a su destino.
Ésta es la versión clásica de la historia del Holandés Errante. Puede ser que se base en hechos, pero no hay acuerdo acerca de cuáles pudieron ser esos hechos.
Otra versión afirma que la historia deriva de la saga escandinava de Stote, un vikingo que robó un anillo a los dioses y cuyo esqueleto, cubierto con un manto de fuego, fue hallado después sentado en el palo mayor de una nave negra y fantasmal.
Hay quienes creen que la historia es más reciente y sugieren que se originó en las aventuras de Bartolomeu Dias (1450-1500), navegante portugués que descubrió el cabo de Buena Esperanza en 1488 y cuyas proezas marítimas llegaron a parecer sobrehumanas, según la biografía que escribió sobre él Luis de Camóes.
domingo, 6 de julio de 2008
"ORIGEN DEL NOMBRE TUCUMÁN”
“SOBRE EL ORIGEN DEL NOMBRE TUCUMÁN”
El origen de este toponímico es aborigen
Algunos autores hablan de procedencia: quichua, otros, tonocoté y algunos de lengua Kakana.
Según el Padre Lozano se tomó el nombre Tucumán, de un poderoso cacique del Valle Calchaquí llamado Tucma, cuyo pueblo era llamado Tucmanahaho. En lengua tonocoté o Kakana significa pueblo de Tucma.
La crítica indica que el pueblo de Tucmanahaho no es el mismo en que Diego de Rojas asentara sus huestes sino que estaba situado a gran distancia.
El pueblo de Tucmanahaho, hoy Piedra Pintada ubicado entre Santa Rosa y Torrecitos actuales en el Valle Calchaquí, a orillas del río del mismo nombre, fue un pueblo real, los jesuitas en 1641 restablecieron la misión y crearon una escuela para los aborígenes que fue la primera en esta zona.
Lo cierto es que desde muy antiguo, tanto los incas, como los conquistadores después, sabían de la existencia hacia el sur del Perú y de la actual Bolivia de una vasta región llamada “Tucma”.
Tucumán estuvo, lo mismo que Chile, la influencia de la denominación incaica y que para hacerla más efectiva construyeron una obra vial que aún hoy causa admiración por su magnitud.
Uno de estos caminos, el llamado Camino de los Incas, partía de Popayán y, después de cruzar el territorio del Perú y Bolivia actuales, corrieron a lo largo de la zona cordillerana de los Andes, por el actual territorio argentino, llegaba hasta Mendoza desde donde, por el famoso Puente del Inca se entraba en la ruta que conducía a Chile.
El segundo camino desde Arica, atravesaba la región desértica de Atacama y, luego de cruzar el valle de Copiapó, llegaba hasta Coquimbo.
Parece ser que el más antiguo documento conocido en el que se hace referencia al Tucumán, es la carta del gobernador del Perú, Vaca de Castro, 24-11-1542 dirigida al Rey Carlos V, de la cual se desprende que, por Tucumán, entendíase, sin mayores precisiones geográficas, la región que se extendía entre Chile y el Río de la Plata.
En el período histórico, mal llamado Colonial, el Tucumán abarca el territorio de las actuales provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja y el norte de Córdoba.
En los primeros momentos de la conquista los españoles del Perú creían que en esta región existían fabulosas riquezas y una ciudad fastuosa, a la que llamaban indistintamente “Trapalanda”, “Linlín”, “Yungulo”, “Sal” y más comúnmente “Los Césares”.
Supuestas riquezas jamás encontradas que movieron a gobernantes y a capitanes a realizar increíbles expediciones que llevaron, así, a la conquista de las vastas extensiones del Tucumán y del sur del país.
José Néstor Achaval. pp. 21 y ss.
Padre Lizondo Borda.
Padre Pedro Lozano, “Historia de la Conquista del Paraguay, Río de la Plata y Tucumán”.
Pablo Fortuny “Nuevos Descubrimientos en Norte Argentino”
Compilación, Prof. Teología y Antropología Social y Religiosa. Georgina Elena Palmeyro.