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lunes, 21 de abril de 2008

ALEGORIA CHINA



Un caminante transitaba por un camino de cornisa, cuando de repente perdió pie y resbaló hacia el abismo.

Antes de caer pudo aferrarse a la rama de un arbusto que crecía al borde del precipicio. En esa incómoda posición, miró hacia arriba y vio a un león y a un tigre dispuestos a devorarlo si retornaba al camino.

También observó que dos ratones estaban royendo la raíz del arbusto.

Abajo, en total verticalidad, corría un río plagado de cocodrilos para completar tan tétrico panorama.

En el momento en que discurría sobre las pocas posibilidades de hacer que le quedaban, vio un fruto maduro entre las ramas y no encontrando nada mejor que hacer en ese instante, lo arrancó, lo comió y se permitió disfrutarlo ya que el fruto resultó dulcísimo.

FINAL: el león y el tigre se trabaron en lucha y se mataron mutuamente. En esta lucha sacudieron el arbusto por lo cual los ratones cayeron al río.

El hombre pudo entonces trepar hasta el camino y seguir satisfecho y alegre su marcha.

¿No hubiera sido una pena que se hubiera perdido el placer de saborear la dulce fruta?

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