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martes, 17 de marzo de 2009

EL ZORRO Y LA CHUÑA

Arroyo de la Punilla
Parque Nacional El Rey
Salta, Argentina


LA APUESTA



El zorro y la chuña eran compagres.

Un día el zorro la convidó que vayan a bañarse en el río, y se jueron.

La chuña sabía que el zorro la quería comer. Entonce la chuña le dijo al compagre:

-Oiga compagre, ¿hagamos una apuesta?

-Güeno -le dijo el zorro.

-Cuál 'tá más mucho zambullío en el agua.

Se zambulleron. La chuña salió, se sacó una pluma de l'ala y la dejó plantada en el suelo, en medio del agua. Salió y se jue.

El zorro sacó la cabeza, espió, y dijo:

-Áhi no más 'tá mi comagre -y se volvió a zambullir.

Salió otra vez y dijo:

-¡La pucha!, con mi comagre, acaso 'tará muerta.

Se arrimó a verla, sacó la pluma y no 'staba la chuña.

Salió del agua, le vio la güella y parecía que ya hacía mucho que se 'bía ido. Se jue a buscarla.

Llegó en una casa y preguntó:

-¿No me lo han visto pasar un mozo poncho cari?

-Hace ya como tres días que pasó, me lo trabajó un potrero y se ha ido.

El zorro le dijo:

-Prestemé una piegra pa afilar mi cuchillo.

Lo afiló y se jue. Llegó en otra casa y preguntó:

-¿No me lo han visto pasar un mozo poncho cari?

-Hace ya como dos días que pasó, me lo trabajó un cerco y se ha ido.

El zorro pidió una piegra y afiló el cuchillo y siguió. Llegó en otra casa y preguntó:

-¿No me lo han visto pasar un mozo poncho cari?

-Hace ya como un día que pasó. Me lo trabajó un corral y se jue.

-Entonces prestemé una piegra pa afilar mi cuchillo.

Cuando estuvo afilandoló, se quebró y se jue triste porque ya no tenía cuchillo. Encontró ande durmieron unos carreros, y andaba buscando desperdicios que 'bían botao, cuando encontró un asador de hierro y se jue otra güelta a buscarla a la chuña. Llegó en una casa y preguntó:

-¿No me lo han visto pasar un mozo poncho cari?

-Hace rato que pasó.

-Prestemé una piegrita pa afilar mi cuchillo.

Como la chuña sabía que el zorro venía buscandolá, se allegó a una casa vecina y pidió los perros.

Al poco rato llegó el zorro, preguntó del mozo y la chuña estaba escondida. Le echó los perros. Los perros lo corrieron, lo alcanzaron, y lo mataron.

Antonio Cóndori, 49 años. Malvalai. Anta. Salta, 1951.
Buen narrador. Es colla. No habla quichua, pero su sintaxis es bilingüe. Su apellido es indígena.

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