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viernes, 31 de diciembre de 2010

NIU-KUA

En algunas interpretaciones de la leyenda, Niu-kua aparece al mismo tiempo como la hermana y la esposa de Fu-hi, el legendario gobernante que enseñó al ser humano a domesticar a los animales y el que le mostró el matrimonio. Niu-kua y Fu-hi fueron pintados como con colas de serpiente entrelazadas y con un niño entre ellos, en un mural de la Dinastía Han del Este (25-220 d. C.) en el templo de Wu-liang en el pueblo de Jiaxiang (provincia de Shadong).



En la mitología china Niu-kua (a veces Nv-Kua) es una de las divinidades femeninas más antiguas. Niu-kua es definida en el más antiguo diccionario chino por el filólogo Xu Shen como “la encargada de la reproducción de todos los seres vivos”, por lo cual, muy posiblemente su origen está asociado con la fertilidad. Hay varios relatos que nos hablan de esta diosa y según cuenta una leyenda ella es quien creó al ser humano

Según se relata la tierra era muy bonita, en ella crecían las flores, los árboles y estaba llena de animales, pájaros, peces y muchas otras criaturas. Pero, a pesar de ello Niu-kua sentía soledad. Ella descendió y cogió un pedazo de tierra, la mezcló con agua y la moldeó hasta formar una figura a su semejanza. A medida que la iba amasando, la figura cobraba vida, hasta que se convirtió en el primer ser humano. Niu-kua estaba tan complacida con su creación que continuó elaborando más figuras, tanto de hombres, como de mujeres. Ellos danzaron alrededor de Niu-kua llenos de gozo y agradecimiento y dejó de sentir soledad.




Bibliografía
MIRCEA ELIADE
Historia de las creencias y de las ideas religiosas/ Mircea Eliade.-1978.- Madrid, Ediciones Cristiandad. (4 vol.)
http://www.cervantesvirtual.com/historia/th/cosmogonia_china.shtml
Cosmogonía China

Sitio de la imagen
bromero161162.blogspot.com

jueves, 30 de diciembre de 2010

TRASLACION DE SANTIAGO APOSTOL

Codex Calixtinus Libro III, La traslación de Santiago

De hecho, por los breves apostólicos de dos papas, Gregorio XIII y Sixto V, se celebra en Santiago y en España la fiesta de la Traslación.

El rey Herodes mandó decapitar a Santiago Apóstol. Fue el protomártir de los Apóstoles; luego le seguirían todos los demás y sucedió en la ciudad Santa de Jerusalén. Este es el dato histórico y punto de partida de una leyenda que parece ser un inverosímil juego imaginativo pero, como tantas veces sucede, la fantasía mejor intencionada cubre los espacios en blanco que la historia no puede rellenar con datos comprobables.

Y la leyenda se expone así resumiendo:

Una vez muerto Santiago, los siete discípulos que había llevado consigo cuando estuvo en España robaron por la noche el cuerpo que Herodes prohibió enterrar y dejó expuesto a las aves, perros y alimañas.

Ocultamente lo llevaron hasta el puerto de Jaffa donde milagrosamente encontraron una nave sin remeros ni piloto, pero con todo lo necesario para una larga travesía. Ayudados por un viento favorable y sin escollos ni tempestad arriban a Iria Flavia —hoy Padrón— cerca de Finisterre. Con esto cumplen el deseo que les había encargado el propio Santiago previendo el acontecimiento de su muerte.

Tierra adentro encuentran una gruta. Les parece sitio apto para depositar los restos mortales. Manos a la obra, destruyen un ídolo de piedra de los paganos del país y excavan en la piedra un sepulcro donde depositan el cuerpo con su cabeza que habían transportado. Luego levantan una casa que será capilla. Teodoro y Atanasio se quedarán custodiando la reliquia, mientras que los otros cinco compañeros saldrán por los campos y poblados a predicar el Evangelio. Cuando mueren los dos custodios reciben sepultura junto a los restos de Santiago.

Las invasiones y guerras que se suceden en el lugar son factores determinantes para que, junto con el mismo paso de los años, se relegue al olvido transitoriamente tanto el lugar ya tapado por los matorrales como el tesoro que contiene.

Cuando reina Alfonso el Casto se descubren los antiguos sepulcros y el rey manda edificar un templo. Y otros monarcas le siguen. Es Compostela.

Los papas conceden privilegios, Urbano II desliga el obispado de la jurisdicción de Braga y con Calixto II comienza a ser arzobispado.

Los milagros y las maravillas se producen en el tiempo para españoles y extranjeros. Se señala de modo muy especial la protección en la larga lucha de reconquista llegando a aplicársele el alias de "Matamoros" por haberlo visto con todas las armas precediendo al ejército cristiano.

Las rutas del peregrinaje de Europa comienzan a tener otro camino para culminar el perdón de los pecados con arrepentimiento.

Fuente: archimadrid.es
Santopedia

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liberediciones.com

Codex Calixtinus Libro III, La traslación de Santiago




Se trata del libro más breve de todos los que componen el Codex.

Pese a su brevedad, está integrado por dos textos de suma importancia en la tradición jacobea. Uno del siglo XII, en el que combina la tradición compostelana recogida en la Epístola del papa León con la leyenda de los siglos VII y VIII relativa a los Siete Varones Apostólicos, cómo éstos trasladan el cuerpo martirizado del Apóstol desde las playas palestinas hasta el “puerto de Iria, que está en Galicia”.

El otro texto es una narración en forma de epístola, atribuida a un papa León y dirigida a los reyes de Francos, Romanos, Godos y Vándalos, en un intento de expresar los países de los cuatro puntos cardinales. En él se narra el traslado del Apóstol desde Jafa hasta el puerto de Iria, en una barca de vela, guiada “por un ángel del Señor”.

Además de estas dos narraciones, el libro contiene una descripción de las tres solemnidades en honor a Santiago en la basílica compostelana.

Nota a la edición a cargo del Dr. Isidro García Tato, Secretario de Publicaciones del Instituto de Estudios Gallegos “Padre Sarmiento” del CSIC de Santiago de Compostela.

El libro termina con un breve capítulo dedicado a cantar las virtudes de las caracolas marinas, que suelen llevar consigo de recuerdo los peregrinos en su viaje de regreso, y cuya melodía aumenta la devoción de la fe, es un antídoto contra las asechanzas del enemigo y protege de las granizadas, borrascas, tempestades y vientos.

martes, 28 de diciembre de 2010

EL SACRIFICIO QUE APAGO EL LANIN

El Lanín es un Estratovolcán. De una altura de 3.776 metros sobre el nivel del mar, no registra actividad desde el siglo XVIII, no obstante este Estratovolcán se encuentra incluido en el cinturón de fuego del Pacífico.
Se encuentra en el límite entre Argentina y Chile.
Vista desde el Lago Huechulafquen (Argentina).



Dicen los mapuches que cada montaña tiene su dueño, su Pillan, un espíritu que guarda sus tesoros y la protege de los grandes abusos.

El Pillan vive en la cumbre desierta hasta donde nadie se aventura, pero baja para recorrer sus caminos, cuidar los animales del bosque y asomarse a la orilla de los lagos o a la puerta de los valles, donde termina su reino. Cuando el Pillan se enoja, un viento amenazante comienza a agitar las copas de los arboles, expulsando el silencio y reuniendo las nubes. Cuando castiga, provoca tormentas, derrumbes, erupciones... Y, calmar la ira de un Pillan a veces exige sacrificios inolvidables.

La tribu del cacique Huanquimil vivía hace mucho tiempo en el valle de Mamuil Malal, contra la ladera norte del Lanin, donde los pehuelches se levantan enhiestos y oscuros como centinelas, donde crecen los amankays como una sorpresa repetida y corren las maras entre la espesura.

Una vez, un grupo de muchachos recorría el bosque buscando caza, siguiendo las huellas de un huemul. Decididos, con el carcaj y el cuchillo bajo el manto de lana y seguidos por los perros, iban subiendo la ladera.

- Seguro que se fue para el torrente – dijo uno – allí lo atraparemos–
Y sin mas palabras marcharon, optimistas, siempre hacia arriba, siguiendo la rastrillada que circunda la montaña.

Sus pasos se hicieron sigilosos al acercarse a la cascada. Era un arroyito, apenas un hilo de agua que bajaba desde la cumbre, donde piedras o ramas caídas formaban aquí y allá pequeños estanques, donde el bosque perdía toda rudeza, tapizado de musgo y adornado de flores.

Ocultos y en silencio, esperaron al huemul. Después de un rato que pareció muy largo, el animal llego al claro y se puso a beber delicadamente el agua transparente. Los muchachos apuntaron sus flechas, pero los perros, inquietos se les adelantaron y espantaron al ciervo, que se escapo rápidamente ladera arriba, buscando el refugio de los arboles.

Y comenzó la persecución. Los perros olfateaban la huella y corrían, erizados, mientras los cazadores se separaban, subiendo por distintas sendas, para acorralar a la presa. A veces el huemul se detenía y luego, asustado, volvía a escaparse, siempre trepando montaña arriba, su única vía libre.

Ya estaban muy alto cuando lo atraparon, cuando arrinconaron contra las grandes peñas al animal ya sin resuello. Así pudieron clavarle sus cuchillos, temblando ellos también, sin aliento para gritar el triunfo, con el corazón batiendo como el parche de un Kultrun y las pantorrillas dolorosas.

Una vez recuperados, miraron a su alrededor antes de comenzar el descenso. No conocían ese sitio, nunca habían subido tan alto por las laderas del Lanin, y el paisaje había perdido su aspecto familiar. Ya no había árboles, con hongos sembrados a sus pies; ya no se veían mas pájaros ni flores; aquí y allá se encontraban los huesos blancos de algún animal muerto; el suelo rocoso no se escondía bajo la alfombra de hojas, de frutos, de ramitas... se desnudaba, barrido por un viento helado que no tenia ya donde enredarse. La montaña entera parecía depurarse en silencio y blancura.

Cierto desasosiego los hizo interrumpir el descanso y desear estar de vuelta en su ruca, con el fuego encendido y el olor del asado deshaciéndose en humo... Entonces se levantaron y comenzaron el descenso, arrastrando el cadáver montaña abajo.

Antes de que el cuerpo del huemul fuera desollado y su carne deshuesada y salada, el volcán empezó a humear, amenazante. Y esa misma noche, acostados, todos sintieron en sus cuerpos el temblor de la montaña y escucharon el retumbar se sus entrañas.

Así comenzaron días de angustia para la gente de Huanquimil.

El humo nubló el cielo y no se vio mas la luz del sol, la tierra caliente temblaba bajo los pies de los mapuches, una lluvia de cenizas caía sobre los sembrados. De nada sirvieron las rogativas, las ofrendas...

¿Como podría aplacarse la furia del Pillan?

La machi recurrió a las cortezas de Coihue, pero las escrituras resultaron ambiguas. Entonces se recluyo dos días para meditar, aislada en una grieta, envuelta en su grueso manto y alimentándose solo de tallos de niolkin.

Volvió de su retiro ensombrecida por la revelación: solo una ofrenda calmaría al Pillan, y pedía el mayor tesoro de Huanquimil, su hija Huilefún.

- Debe llevarla arriba el más joven y valiente de los Koná - agrego la machi.

¡Cómo lloraron los huanquimiles! Pobre Huilefún, ¡tan hermosa, que no terminaría de crecer!

- ¡No puede ser, no puede ser!! – gritaba su madre, desesperada.

Pero el feroz sacrificio debía cumplirse.

Hermanas y primas vistieron y arreglaron a Huilefún, que, callada, las dejaba hacer.

Ellas le trenzaron el pelo, la arroparon en un manto nuevo y se lo sujetaron con un broche de Llanka. Así se presento ante todos los que se habían reunido para despedirla, mirando con ojos tristes a los muchachos, pensando si seria este o aquel el encargado de acompañarla arriba.

Se adelanto Quechuán y dijo:

- Yo te llevo, Huilefún. Y llego el momento de la despedida.

El sonar de los Kultrunes ahogo el sollozo de Huanquimil; su mujer, con el cabello cortado, corrió hasta Huilefún para darle el último abrazo y prenderle en el pecho su mechón de duelo.

Después Quechuán le dio la mano a la muchacha y se los vio desaparecer y aparecer alternativamente, camino arriba, hasta que sus siluetas se perdieron en la montaña encapotada de humo y de cenizas.

Quechuán y Huilefún subieron sin hablar la cuesta del Lanin. Les faltaba el aliento por el esfuerzo y de a ratos se sentaban a descansar sobre las rocas. A medida que subían el calor se hacia insoportable, y tenían que taparse la cara con el manto para no respirar el aire cargado de ceniza.

Cuando Huilefún no pudo más, Quechuán la sentó sobre sus hombros. Así llegaron hasta el borde del cráter.

- Ya podes volverte, Quechuán – dijo muy bajito Huilefún.

Quechuán bajo a la muchacha pero no la soltó. La rodeo con sus brazos y le dijo:

- Yo me quedo con vos – y beso los labios calientes de Huilefún.

Se sentaron juntos, abrazados debajo de sus mantos, que habían unido. Hasta que algo los cubrió de improviso, una sombra en medio de las sombras. Eran las alas de un cóndor, que, poderoso, se abalanzo sobre la pareja y arranco a Huilefún de los brazos de Quechuán. Aprisionándola con sus garras la levanto en el aire, sobrevoló la cima y la dejo caer en la boca humeante del cráter.

Mientras Quechuán corría cuesta abajo, un aire húmedo y frío invadió la montaña, al tiempo que caían los primeros copos. Fue la nevada más grande de que se tenga memoria, duro tantos días que ya nadie recuerda cuantos. Constante, blanca, mansamente, la nieve cayó sobre el cráter sepultando para siempre su fuego milenario, enfrío la montaña para salvarla del incendio y cubrió la tierra mapuche con su blanco mantel protector.

Cubierto de nubes o reluciendo al sol, el viejo Lanin es la montaña más importante de Neuquén. Su cúpula asimétrica, siempre brillante de nieve, atrae de inmediato la mirada y nadie la deja atrás sin darse vuelta para verlo por última vez. Sereno, inconmovible, se yergue por sobre el esplendor de bosques de suelo ceniciento y lagos de playas oscuras, vagos recuerdos de antiguos incendios.

Imagen
mundonahuilen.blogspot.com

Fuente:
http://es.wikipedia.org/wiki/Volc%C3%A1n_Lan%C3%ADn

http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/11/mutisia.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2009/12/calcura.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/11/el-pehuen-errante.html

lunes, 27 de diciembre de 2010

LA CAMPANA DE RERE


Rere localidad ubicada en Yumbel - Bio Bío, Octava Región de Chile.


Quien no conozca la campana de oro de Rere, no conoce el tesoro más preciado de este histórico pueblo de la región del Biobío. Por allí dicen que no vale la pena visitar el pintoresco poblado, a 70 kilómetros al sur de Concepción, si no se contempla la majestuosidad y hermosura de la forma y tañido de dicha reliquia.

En ella está resumido el orgullo de los rerinos que no olvidan la antigua grandeza que le dio origen cuando en esas tierras se encontraba la próspera Estancia del Rey y se producía oro en abundancia.

La campana data de comienzos del siglo XVIII, concretamente del año 1721. Fue construida por iniciativa de los jesuitas con el propósito de anunciar con mayor belleza el llamado a las múltiples ceremonias religiosas que se celebraban en la misión de Buena Esperanza de Rere.

No se tiene certeza acerca del lugar en donde fue construida pero, según la leyenda, tal obra fue posible gracias al generoso donativo de joyas de oro, plata y otros nobles metales que los vecinos entregaron a los misioneros.

Cuentan también que ante tanta belleza y tan extraordinarias cualidades, las autoridades eclesiásticas de Concepción quisieron llevarse la campana. Sin embargo, con más de 40 yuntas de bueyes fue imposible sacarla siquiera fuera de la villa. Pero, para devolverla a su legítimo lugar bastó sólo una.

Hoy, la legendaria campana está ubicada en lo alto de un bello campanario construido en 1921. Desde allí, cada domingo, lanza sus melodías a rodar por los suaves lomajes de la comarca.


Por Luis Espinoza F.
http://yumbelbiobio.blogspot.com/

http://www.icarito.cl/enciclopedia/articulo/primer-ciclo-basico/lenguaje-y-comunicacion/lectura/2009/12/53-7055-9-3-mitos-y-leyendas-chilenas.shtml

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radiobiobio.cl

domingo, 26 de diciembre de 2010

SAN ESTEBAN



(?-junto a Jeusalén, entre 32 y 37) Diácono y protomártir. Fue uno de los primeros siete diáconos de la Iglesia. Acusado de blasfemar contra Moisés, fue llevado ante el sanedrín de Jerusalén y fue lapidado. Tras su muerte, consentida por Saulo, se desencadenó la primera persecución contra los cristianos de Jerusalén (Hechos 8). Fiesta el 26 de diciembre.



San Esteban



Celebración anual en Sumamao y Maco, Santiago del Estero

Desde temprano los santiagueños fueron llegando a Sumamao para venerar a San Esteban.

San Esteban se fue poblando en medio del calor y el polvo.

Los participantes festejaron la llegada de los indios y los vivas de los alféreces. El gobernador Zamora también asistió al festejo que ya había asistido varias veces. Agregó “siempre tratamos de estar” y agregó que esto es “una manifestación de fe”. Y asintió cuando le preguntaron si era devoto del santo.

¿En que consiste la fiesta?

Esta expresión cristiano-pagana, es característica de los Deptos. Capital y Silípica, y se lleva a cabo por Maco y Sumamao (Santiago del Estero). Su devoción fue entronizada en esas tierras por familias españolas allá por el siglo XVIII y los documentos señalan el hogar de Doña Mercedes Chapa de Zurita, como una de las primeras devotas.

La fiesta se celebra regularmente el 26 de diciembre según el santoral católico.El santo es venerado en una rústica capilla de la campaña, en Maco, propiedad de la familia de don Francisco Juárez, síndico desaparecido hace algunos años, descendiente de doña Mercedes. Una semana antes del día indicado se efectúan preparativos par el culto y traslado del Santo en peregrinación a Sumamao, localidad distante a unos 40 kms al sur de Maco y cercana al río.

En víspera de cumplir con este paso ceremonial, se observan reuniones animadas con bailes, música, libaciones y rogativas; de ahí que se dice que San Esteban es un "Santo farristo".

Durante la peregrinación, los promesantes, vívamente vestidos, cantan, gritan, "chupan" y hacen sonar bombos, erkes, cornetas o cohetes. El santo llega el 25 de diciembre y es recibido por el Síndico en una casa preparada para el evento (notemos que a pesar de existir capilla la imagen no llega allí).

Las personas brindan su veneración besando la imagen, era una imagen difícil de observar pues a la multitud se la mantenía alejada y solo en fila se permitía "tomar gracia".

En algunas ocasiones, a la "toma de gracia" se la cumplía haciéndose pisar por el Santo, que permanece bajo techo, cubierto por flores naturales y artificiales y custodiado por el Síndico y sus familiares que organizan la veneración del Santo.

El 26, alrededor del mediodía, culmina la celebración de Sumamao con disparos de bombas y las carreras de los indios y los vivas de los alféreces. Los "vivas de los alféreces" se cumplirán junto a la casa, en una avenida de árboles o "arcos" como le llaman. Estos son grandes ramajes plantados allí previamente por los promesantes que han nombrado al Santo "encargado" de sus hijos. Los arcos (ichas) sostienen roscas y golosinas y a la seña del Síndico, la gente se arrojará para disputarse las ristras de roscas; la confusión y el desorden son mayúsculos y los árboles en su mayoría son derribados en medio de una gran polvareda.

A continuación, prosiguen las "carreras de los indios". Allí los corredores se preparan con plumas, camisetas rojas y poca ropa y salen, seguido por público a caballo, durante el recorrido los indios simulan golpearse las piernas con ramas o varejones de albahaca, jarillas o tuscas. La carrera culmina en la imagen de San Esteban. Al llegar los indios se arrojan a los pies de la imagen y luego son "sajados", es decir, el Síndico procede a hacer un corte con la navaja en las venas de las piernas para que sangre el corredor y no sufra, se dice, de empalizamiento o de calambres. Este es uno de tantos motivos por el cual la Iglesia Católica no avala esta celebración. La fiesta termina, pero la gente continúa en su frenesí y "toma", grita, canta, baila, etc.

Fuente: folkloredelnorte.com.ar

Diario Panorama: Edición 2008
http://www.diariopanorama.com/diario/edicionant/2008/12/27/a-32261.html