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sábado, 20 de febrero de 2010

LA LUNA Y EL SOL


Cuando el Sol y la Luna se encontraron por primera vez, se apasionaron perdidamente y a partir de ahí comenzaron a vivir un gran amor.


Sucede que el mundo aun no existía y el día que Dios decidió crearlo, les dio entonces un toque final... ¡El brillo!


Quedó decidido también que el Sol iluminaría el día y que la Luna iluminaría la noche, siendo así, estarían obligados a vivir separados.


Les invadió una gran tristeza y cuando se dieron cuenta de que nunca más se encontrarían, La Luna fue quedándose cada vez más angustiada. A pesar del brillo dado por Dios, fue tornándose Solitaria.


EL Sol a su vez, había ganado un título de nobleza "Astro Rey", pero eso tampoco le hizo feliz.

Dios, viendo esto, les llamó y les explicó: - No debéis estar tristes, ambos ahora poseéis un brillo propio. Tú, Luna, iluminarás las noches frías y calientes, encantarás a los enamorados y serás frecuentemente protagonista de hermosas poesías. En cuanto a ti, Sol, sustentarás ese título porque serás el más importante de los astros, iluminarás la tierra durante el día, proporcionaras calor al ser humano y tu simple presencia hará a las personas más felices.


La Luna se entristeció mucho más con su terrible destino y lloró amargamente... y el Sol, al verla sufrir tanto, decidió que no podría dejar abatirse más, ya que tendría que darle fuerzas y ayudarle a aceptar lo que Dios había decidido.


Aún así, su preocupación era tan grande que resolvió hacer un pedido especial a Él:

- Señor, ayuda a la Luna por favor, es más frágil que yo, no soportará la soledad...


Y Dios...en su inmensa bondad... creo entonces las estrellas para hacer compañía a la Luna.

La Luna siempre que está muy triste recurre a las estrellas, que hacen de todo para consolarla, pero casi nunca lo consiguen.


Hoy, ambos viven así... separados, el Sol finge que es feliz, y la Luna no consigue disimular su tristeza.


El Sol arde de pasión por la Luna y ella vive en las tinieblas de su añoranza. Dicen que la orden de Dios era que la Luna debería de ser siempre llena y luminosa, pero no lo consiguió.... porque es mujer, y una mujer tiene fases.


Cuando es feliz, consigue ser Llena, pero cuando es infeliz es menguante y cuando es menguante ni siquiera es posible apreciar su brillo.


Luna y Sol siguen su destino. El, solitario pero fuerte; ella, acompañada de estrellas, pero débil.

Los hombres intentan, constantemente, conquistarla, como si eso fuese posible. Algunos han ido incluso hasta ella, pero han vuelto siempre solos. Nadie jamás consiguió traerla hasta la tierra, nadie, realmente, consiguió conquistarla, por más que lo intentaron.


Sucede que Dios decidió que ningún amor en este mundo fuese del todo imposible, ni siquiera el de la Luna y el del Sol...


Fue entonces que Él creó el eclipse.


Hoy Sol y Luna viven esperando ese instante, esos raros momentos que les fueran concedidos y que tanto cuestan, sucedan.


Cuando mires al cielo, a partir de ahora, y veas que el Sol cubre la Luna, es porque se acuesta sobre ella y comienzan a amarse. Es a ese acto de amor al que se le dio el nombre de eclipse.

Es importante recordar que el brillo de su éxtasis es tan grande que se aconseja no mirar al cielo en ese momento, tus ojos pueden cegarse al ver tanto amor.


Tu ya sabías que en la tierra existían Sol y Luna... y también que existe el eclipse.... pero esta es la parte de la historia...


jueves, 18 de febrero de 2010

LA PERICANA

Ilustración de ‘La Pericana’
De Tres Estampas de mi tierra de Juan Pablo Echagüe (Jean Paul)

La Pericana es una mujer vieja, muy alta, de largos dientes.


Lanza fuego por los ojos y dicen que tiene una cola hecha de espinas, algunas versiones aseguran que la cola es de clavos. Además, lleva un rebenque largo con el que azota a los niños que, a la hora de la siesta, están fuera de sus casas sin permiso de los padres.


Se recogío una versión de un hombre mayor llamado Dante Montero, oriundo de la provincia de San Juan, que aseguró que en su infancia se encontró con la Pericana. Dijo que él y un grupo de amigos descansaban a la sombra de un árbol, y que de pronto, desde el lado de los viñedos se les apareció una figura de dos metros de alto que echaba fuego por los ojos y los amenazaba con un largo rebenque.


Uno de los temas de conversación de los niños en ese momento era la Pericana y mientras manifestaban su incredulidad acerca de la leyenda, se burlaban de ella y decían, en tono de broma, que si se les llegaba a aparecer la iban a aporrear entre todos.


Los niños, al ver esta aparición, se quedaron tiesos e imploraron que no les hiciera daño con la firme promesa de no volver a burlarse de ella.


No obstante, la Pericana los azotó y les dijo que nunca más quería volver a verlos andar solos en sus dominios y menos a la hora de la siesta.


Asimismo, les dijo que si llegaba a verlos nuevamente, los llevaría a su cueva y los obligaría a trabajar para ella por el resto de sus vidas.


Leyenda de San Juan, Argentina


LAS MEDIAS LUNAS


Los turcos habían penetrado en Europa a lo largo de la edad media y habían avanzado a través de los Balcanes, siguiendo el Danubio, conquistaron Hungría hasta llegar a las puertas de la ciudad de Viena en 1529, último bastión oriental de la cristiandad, donde fueron detenidos y rechazados una y otra vez.


En el año 1683 los soldados otomanos, al mando del gran visir Mustafá Pachá, intentaron cavar unas trincheras por debajo de las murallas que desembocaran en el centro de la ciudad.


Trabajaban de noche para no despertar sospechas, pero no sabían que los panaderos vieneses también trabajaban a esas horas para tener listas sus viandas al amanecer y fueron ellos los que dieron la alarma a los soldados de guardia, al escuchar el ruido de picos y palas, quienes sorprendieron a los turcos, obligándoles a levantar el sitio en desorden, dejando atrás sus enseres y pertenencias.


Posteriormente, la caballería al mando del rey de Polonia Jan (III) Sobiesky relegó a los turcos más allá de las fronteras del estado austríaco.


Así, pues, Viena fue salvada gracias a sus panaderos, los cuales fueron recompensados.


El emperador de Austria, Leopoldo I, concedió honores y privilegios a los panaderos; el derecho de usar espada al cinto fue el más apreciado. Los panaderos, a su vez, inventaron dos panes: uno al que le pusieron el nombre de emperador, y otro, al que llamaron croissant, o sea media luna ("Halbmond" en alemán), éste último frágil, como mejor mofa del emblema de los musulmanes turcos.


El primer nombre asociado al croissant es el de Kolschitsky o Kolczycki, cafetero vienés de origen polaco, el cual recibió por su valeroso comportamiento durante la contienda unos sacos de café tomados al enemigo.


Este hombre tuvo la idea de servir el café con un bollo en forma de media luna y parece ser que fue cuando se abrió el primer café vienes que abrió la moda para el resto de la Europa cristiana, este café se llamó Zur Blauen Flasche “La botella Azul”, allí se servía un café más suave que el preparado por los otomanos, estaba filtrado, se eliminaban los posos y se le añadía crema de leche.


Más tarde se elaborarían otros tipos de croissant, conservando la forma como el Vanillekipferl, un croissant aromatizado a la vainilla, el Mandelbögen aunque más pequeño pero aromatizado a la almendra, el Mohnbeugel a base de una pasta rica en semilla de amapola, o el Nussbeugel con pasta con nueces y miel.


Fue la reina María Antonieta de Austria que se casó con Luis XVI la que popularizó el "croissant" en Francia a partir del 1770, convirtiéndolo en el desayuno típico francés con el nombre de Lune croissant, que el uso común acortó.


Así pues, "croissant" es una palabra francesa que tiene su traducción al castellano como "Creciente", aunque hay quien la traduce como "santa cruz o cruzada", haciendo derivar la etimología de la palabra "Croix-santé".


Nota al margen: Los franceses (no sería el primer caso…) lo hicieron "suyo", dándole la nacionalidad y oficializándolo con este nombre. Hay que reconocer que los pasteleros y panaderos franceses lo preparan de maravilla, casi confirmando que sólo ellos lo saben hacer bien, sabroso y crujiente. En efecto, en Francia, por la mañana, eso del croissant es un ritual: no hay "petit déjèuner" en los grandes hoteles, pero también en cualquier brasserie, que no lleve unos croissants en la bandeja, acompañando al café o lo a lo que sea, haciendo a menudo pareja con el brioche, que también éste tiene su leyenda, pero será en otra ocasión.

: http://esenciadelabergamota.blogspot.com/


miércoles, 17 de febrero de 2010

LA CIUDAD DE ESTECO.





La ciudad de Esteco se ha perdido porque ha sido castigada, en su lugar se ha hecho un lago. Toda le gente de esa ciudad era mala o indecente. Cuenta que esta ciudad era muy hermosa, que tenía torre de oro y que las calles estaban afirmadas con oro. La gente era muy orgullosa y lo que se le caía, aunque fuera de valor, no lo levantaba del suelo.


Se dice que San Francisco Solano fue a esta ciudad, toda la gente de ella era atea y se burlaba de los sacerdotes. San Francisco les avisó que iba a venir un terremoto, un temblor, y que toda su ciudad estaría perdida, todos se reían y hasta los niños pedían cinta color temblor en las tiendas para burlarse del sacerdote.


San Francisco ha pedido un lugar donde dormir y nadie lo ha querido socorrer. Dicen que solo un matrimonio muy pobre, que tenían un niñito, le han alojado y le han dado de su propia comida. San Francisco les volvió a avisar que la ciudad de Esteco desaparecería y que sólo ellos se podían salvar.


También les dijo que a la madrugada tenían que salir con él porque eran los únicos caritativos y gracias a eso se podían salvar.


Al amanecer San Francisco salió con el matrimonio y les advirtió que no se den vuelta oigan lo que oigan porque ese pueblo se iba a perder. Ya cuando se encontraban en las afueras del pueblo oyeron que este se hundía entre ruidos y truenos de un gran terremoto y escucharon como la gente clamaba y lloraba.


El hombre siguió mirando al frente, pero la señora curiosa se dio vuelta llevando a su hijo en brazos y se convirtió en piedra.


Dicen que se la ve con el niñito en los brazos y que dan un paso cada año hacia la ciudad de Salta y que cuando llegue a su destino esta ciudad se perderá...

martes, 16 de febrero de 2010

EL DORADO




En la aldea de Guatavitá, enclavada en lo que más tarde fue Nueva Granada, se practicaba desde tiempos muy remotos un extraño rito.

En un día determinado, uno de los jefes del poblado desnudaba su cuerpo y lo untaba cuidadosamente con una sustancia pegajosa. Seguidamente se cubría de pies a cabeza con una fina capa de purísimo oro molido, que, adherido a su piel, le daba un aspecto extraordinario.

Éste era el "hombre dorado".

Se aproximaban a él sus compañeros, y, entre ceremonias, le conducían a las orillas de un lago próximo y le colocaban sobre una balsa.

Impulsaban vigorosamente la almadía hasta llegar al centro del gran lago.

En aquel momento, el “hombre dorado” saltaba al agua y dejaba que se desprendiera de su cuerpo aquella refulgente y magnífica vestidura.

Sobre las aguas del lago aparecía una hermosa mancha dorada, que lentamente se hundía hasta desaparecer.

Luego,los hombres regresaban, después de concluir su mágico ofrecimiento, que debía atraer los beneficios divinos sobre la aldea.

Es de suponer que a estas misteriosas prácticas acompañaría un minucioso ritual que desconocemos, debido a que cuando los españoles tuvieron por vez primera conocimiento de tal ceremonia (1527), hacía ya unos 30 años que los sanguinarios indios Muysca, de Bogotá, habían exterminado a los pacíficos habitantes de Guatavitá.

A pesar de la extensión mítica que alcanzó la tradición de El Dorado, señuelo de la audacísima codicia de los españoles, hoy se defiende documentalmente la categoría histórica de esta narración, si bien se admite que, con posterioridad, sufrió deformaciones y variantes que justifican, por ejempor, la un poco absurda contracción de la palabra El dorado, en lugar de "El hombre dorado".

Arrojado de su lugar de origen, el mito erró de un punto a otro, alterándose y confundiéndose con otros semejantes.

Poco a poco, ya no era un “hombre dorado”, sino una tribu de oro.

Y, finalmente fue un país de ensueño: El dorado.

http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/10/la-laguna-de-guatavita-y-el-dorado.html

lunes, 15 de febrero de 2010

EL CHAJÁ

El Chajá (Chauna torquata)



Era una tarde sofocante de verano, Yasy (la luna) bajo la apariencia de dulce madre, con un hermoso niño de la mano, iba por la selva.


Tupá le había encomendado que averiguara cuales eran, entre los seres humanos, los buenos y los malos.


Torturados por la sed llegaron a un arroyo donde dos mujeres lavaban ropas. Yasy les pidió agua para ella y para el niño que padecía horriblemente.


Las lavanderas le señalaron la corriente enturbiada por su trabajo.


Inútiles fueron sus ruegos, inútil el llanto lastimero del niño.


Yasy se retiraba cabizbaja cuando llegaron los esposos de las lavanderas y la llamaron ofreciéndole agua en una calabaza.


Se aproximó presurosa, apremiada por el llanto del niño, pero no pudo beber: lo que le ofrecían era agua de jabón.


Los cuatro se reían de la pobre forastera, cuando les llegó el terrible castigo de Tupá: fueron metamorfoseándose en aves.


Al notar el cambio, una de las lavanderas quiso pedir perdón, pero sólo pudo exclamar: ¡Cha-jhá! (vamos), y los cuatro se alejaron chillando: ¡Cha-jhá! ¡Cha-jhá!!.


Desde entonces, en castigo de su impiedad, se vieron condenados a vivir por parejas entre las aguas cenagosas y su carne es fofa y con gusto semejante al de la espuma de jabón.

Imagen: uruguayeduca.edu.uy

domingo, 14 de febrero de 2010

EL TEMIBLE Y LEGENDARIO HACHADOR DE SANTIAGO



Por Lucila Gallino
Mujer nómade nacida en territorio argentino y conocedora de su tierra
Autora de “Mitos y Leyendas de la Tierra Argentina”
nacida en Rosario, Argentina

El monte se vuelve un solo eco al unísono y los hombres se ensañan descargando su fuerza en los troncos.


Los golpes del hacha sobre la madera resuenan con fuerza.


Caen los trozos de leña partidos.


Dicen que los trabajadores a veces se detienen porque escuchan ruidos y sienten que alguien está espiándolos.


Numen Telar es el nombre más temido de la zona y por el que todos hacen silencio.


Quienes lo han visto dicen que es un hombre fuerte y malhumorado, con siniestra expresión en su mirada.


Cuentan que le han escuchado en las madrugadas cuando enloquece de soledad y grita su angustia con llantos que resuenan toda la noche.


Los días de luna llena, puede vérsele vagando por los montes comiendo animales muertos con las manos.


Numen Telar es el espíritu atormentado de un leñador que escapó por un crimen que cometió con su hacha, en venganza por el rapto de su mujer y se escondió en los montes huyendo de la justicia.


Cuenta la historia que a principios del siglo XVIII existió un hombre fornido llamado Numen Telar, quien tenía una esposa muy bonita, de ojos color azul-violeta y pelo negro como la noche.


Cuando los hombres miraban su hermoso cuerpo comenzaban a cortejarla.


Un día la mujer estaba bañándose en el río Salado y nadie sabe qué sucedió pero dicen que las aguas se la tragaron...


Soledad, nunca más apareció.


El hachero la buscó por todas partes pero no la encontró y jamás se le volvió a ver físicamente.


Desde entonces dicen que buscó vengarse de cualquier ser humano que le moleste con su presencia.


Sólo se comunica con la naturaleza y protege plantas y animales.


Le llaman Numen Telar porque su voz se asemeja al ruido de un hachazo. Con ella atrae a hacheros y meleros de caña, haciendo que sus cuerpos se pierdan para siempre en el monte. Los perros que lo persiguen jamás regresan.


El espíritu de Numen Telar por represalia también se lleva al monte a las jovencitas más bellas a su rancho hecho de adobe y excrementos.


Muchos brujos dicen conocer el secreto del Numen Telar... consiste en volver a las personas invisibles... matar un gallo negro, enterrarlo bajo la luna llena y al tercer día, desenterrarlo, sacar el hueso del muslo, limpiarlo y llevarlo atravesado a la boca.


De esta forma el espíritu del hombre que perdió a su mujer puede hacerse invisible para acercarse a las mujeres de otros hacheros sin ser visto por nadie.


Si los golpes del hacha se oyen cerca hay que escapar apresuradamente siempre hacia atrás, de frente; si no, éste nos alcanzará y nos llevará a lugares infernales.


Cuentan en Santiago del Estero que aún continúan sus correrías, pues muchas veces las mujeres desaparecen en los montes y otras se vuelven locas.


El misterio permanece... por eso todos los hacheros son celosos guardianes de sus esposas.