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sábado, 6 de septiembre de 2008

LA LEYENDA DEL BULÓN DE ORO




Toda leyenda o mito tiene, de alguna manera, un cable a tierra que la conecta con el contexto geográfico, histórico, religioso o humano, que le permite subsistir por años a los embates racionales de aquéllos que sustentan la realidad en hechos comprobables.

La historia del remache de oro en el Puente Carretero está íntimamente ligada con los dichos de obreros que trabajaron en esta obra descomunal, quienes por muchos años sostuvieron que habían colocado el mítico bulón dorado en un lugar secreto y que jamás sería encontrado.

Hasta hoy, estos dichos nunca pudieron ser desmitificados, ya que hasta hoy, en pleno siglo XXI, nadie pudo decir que recorrió centímetro por centímetro los diez tramos del Puente “Viejo” y que el remache de oro no está.

Si bien lo impracticable de la búsqueda es uno de los factores vitales que fortalece día a día el mito del tornillo perdido, los testimonios de algunos obreros son vitales en esta historia que se niega a perecer.

Uno de estos testimonios pertenece al Ing. Pablo Muller, uno de los propietarios de la empresa encargada del montaje del Puente Carretero, quien había señalado en varias oportunidades que el bulón de oro “está colocado en un lugar secreto que nunca se dará a conocer”.

Pero este hombre no fue el único en la obra que conocía el secreto rincón que cobija al mítico remache.

También Dn Salvador Catálfamo, quien llegó a Santiago del Estero desde su Italia natal en 1924, y trabajó como capataz de remachadores en el Puente Carretero, supo narrarles a su esposa y a otros familiares la historia del bulón dorado.

Una vez que terminaron de construir al monstruo de acero, Dn Salvador comentaba a sus familiares en rondas de mate que junto a Muller y a otro remachador, ubicaron en un lugar desconocido por los demás obreros, el valioso tornillo.

Pero, cuando sus hijos le preguntaban dónde colocaron el famoso remache, el hombre fiel a su juramento les respondía: “Nosotros juramentamos que nunca jamás diríamos dónde está el bulón dorado”.

Don Salvador cumplió con su promesa, y junto con sus compañeros de tareas, llevó este secreto dorado a la tumba.

http://compartiendoculturas.blogspot.com/2008/09/puente-carreto.html

viernes, 5 de septiembre de 2008

CHASQUI

Chasqui tocando el pututu.


El chasqui (quechua: chaskiq, 'el que recibe', «receptor» o «mensajero») era un funcionario de la Organización Inca.

Era el mensajero personal del Inca que utilizaba un sistema de postas.
Eran jóvenes entre los 18 y 20 años excelentes baqueanos y preparados físicamente desde su juventud para recorrer, a través de un sistema de postas, los extensos caminos construidos por el Sapa Inca, pues de ellos dependía a veces que se suspendiera una acción militar a tiempo o llegaran los refuerzos en una batalla.

Por informaciones históricas en las crónicas del Inca Garcilaso de la Vega se establece que los chasquiq, gracias a su velocidad y resistencia, llevaban al Inca, establecido en el Cusco, pescado fresco desde la costa; cubriendo una distancia aproximada de 200 km en condiciones adversas tales como la altura para cruzar la Cordillera de los Andes.

El Cusco está a 3.680 msnm y fue la capital del Tawantinsuyu antes de la llegada de los españoles en el siglo XVI.

Llevaba siempre un pututu para anunciar su llegada, un khipu, donde traía la información, y un qëpi a la espalda, donde llevaba objetos y encomiendas.
En la cabeza llevaba un penacho de plumas blancas para poder ser divisados de lejos.

Además, el chaskiq se convirtió en el receptor del saber tradicional ancestral, recibido de parte de los hamawt'a o amautas (sabios ancianos), para ser entregado a un nuevo receptor, y así transmitir los conocimientos en forma hermética, a fin de preservar los principios esenciales de la cultura andina, ante el avasallamiento de los invasores.

Nota:

Pututu es un instrumento de viento, un tipo de trompeta fabricada con una caracola grande.


Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Chasqui
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/09/el-origen-de-la-quena.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2009/12/el-cardon.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2009/08/el-qhapaq-nam.html

jueves, 4 de septiembre de 2008

EL ZORRO Y LA CHUÑA


ORIGEN DEL COLOR DE LOS PÁJAROS


Para el aborigen el zorro es un animal astuto y por ello temido debido a que nunca sabe si su astucia será para bien o para mal, por eso cada vez que se le dice a una persona ¡Sos un zorro! hace referencia a esta característica.

Esta historia comenzó cuando en el Chaco hubo un largo período de sequía y grandes calores, por lo tanto el agua escaseaba debido a esto en los lugares que había un charco su dueño lo protegía y en este caso era una chuña la dueña absoluta de la aguada.

Un sediento zorro observaba el charco pero conociendo el carácter de la chuña dudaba de acercarse; pero la sed era más grande y venciendo su temor se acercó lo más simpático que pudo y le rogó que le dejara beber. La chuña recordando muchas picardías que el zorro le hizo a ella y sus parientes, le dijo que no y lo desafió a una carrera, el primero en llegar se adueñaría del charco.

Como el zorro no vio dificultad en ganarle aceptó.

Cuando estaban en posición, el zorro sabiendo lo cansado que se sentía saltó antes que la chuña impartiera su voz de largada, pero la chuña con grandes zancadas llegó antes, esto no le gustó al zorro, e igual quiso beber, empujó a la chuña, y se produjo así un enfrentamiento entre ellos; en un momento de la pelea la chuña le dio una patada que lo hizo dar una vuelta por el aire cayendo sentado arriba de un tronco de un árbol quedando aprisionado por su parte trasera, los gritos de dolor y de angustia no mortificaron a la chuña ni a otros animales del bosque debido a que conocían las mañas del zorro, pensaron que seguramente era otra de sus zorrerías.

Ya habían pasado cuatro o mas días cuando el zorro vio acercarse un remolino y con lo que le quedaba de voz le pidió ayuda (el remolino es un duende que viene dando vueltas y vueltas) el duende se acercó al zorro y recordando, aunque parezca extraño, que en el pasado este le prestó ayuda; lo liberó.

Lo primero que hizo el zorro fue comer todo lo que encontraba en su camino; chañar, mistol que abundaban en esta temporada, pero muy afligido veía que todo lo que comía no era retenido, se le caía por atrás. De nuevo angustiado pidió a gritos que alguien lo ayudara.

Todos oyeron su lamento, pero nadie se atrevía a acercarse a él, solo lo hicieron las "rubiecitas", avispitas doradas, (descendientes del pueblo que no conoció el mal) le taparon su parte trasera con cera fabricada por ellas, el zorro probo de nuevo alimentarse y al ver que retenía las frutas agradeció a las rubiecitas pero cuando quiso hacer sus necesidades hizo un pequeño esfuerzo y cayó toda la cera, encontrándose en la misma situación.

Volvió a pedir ayuda y esta vez fue a la "boquilla de barro" -avispas negras del árbol- (descendientes del pueblo que no conoció el mal) que lo ayudaron, taparon con barro la parte afectada; el zorro probó algunas frutas y haciendo un esfuerzo vio que su parte trasera resistía, esto lo llenó de confianza y comenzó a comer abundantemente hasta quedar satisfecho, pero cuando quiso hacer su necesidad no pudo debido a que la boquilla de barro se olvidó de hacer un agujerito.

Los días pasaban y la panza del zorro estaba a punto de explotar, este se revolcaba de dolor, en esta ocasión todos los animales y pájaros querían ayudar pero no sabían como, fue entonces que se presentó el pájaro carpintero con su poderoso pico ofreció darle la solución al zorro, haciéndole una abertura para aliviarlo de su dolor.

Al saberse esto todos los pájaros acudieron al lugar (en esa época todos los pájaros eran grises, ninguno tenía color).

El carpintero presto a iniciar su tarea miró a su alrededor y vio a pájaros de todas las especies que comenzaron a rodearlo y preocupado por lo que pudiera pasar pidió que se alejaran, pero ellos curiosos no le prestaron atención.

Entonces comenzó con su tarea, cuando estaba a punto de terminar volvió a insistir que se alejaran pero nadie le hizo caso, de pronto se oyó una gran explosión y el producto del zorro manchó a todos, el primer pintado fue el propio carpintero, la sangre manchó su cabeza de allí su copete rojo, todos, por igual fueron salpicados, las más tímidas, las palomitas, que estaban un poco mas alejadas del lugar; solo sus patitas fueron salpicadas por un poco de sangre, por eso siguen siendo grises como su antiguo color.

Debido a este hecho los pájaros obtuvieron sus colores.

Hasta el día de hoy en nuestra comunidad cuando se acerca un pajarito por sus colores sabemos si es curioso o no.

Relato: Francisco Ferrer

miércoles, 3 de septiembre de 2008

QUINUA: GRANO DE ORO



Por Mabel Azcui

Bolivia guarda el banco de granos más grande del mundo.

Una fundación custodia éste que es el tesoro dorado de quechuas y aymaras.

Las panojas de quinua cambian de color según el tiempo de su maduración.

Quienes la conocen le calculan unos 10 mil años y aseguran que por ella no existía el hambre en el altiplano. Más bien, hombres muy fuertes dejaron el legado de su cultivo y su consumo a sus descendientes andinos. La quinua, originaria de las alturas de Los Andes y conservada por quechuas y aymaras, con sus 3.120 variedades, pinta el arco iris en las áreas de cultivo y su cosecha ha convertido a Bolivia en el primer productor mundial del grano.

Uno de los principales impulsores de la revalorización del consumo de quinua, Humberto Gandarillas (1920-1998), calculaba que la domesticación de la planta en la meseta andina tenía unos 10 mil años. Su consumo habitual fue comprobado por los arqueólogos, al encontrar quinua en las ruinas pre-hispánicas.

La conquista española y los prejuicios contra los alimentos originarios como la quinua, el amaranto y la maca ocasionaron su paulatino desuso y fueron reemplazados por aquellos granos introducidos de Europa como el trigo y la cebada.

Los agricultores andinos conservaron las semillas y continuaron su cultivo en pequeñas parcelas, sabedores de la enorme riqueza que encierra la quinua.

Así, hasta casi el último tercio del siglo XX cuando un puñado de bolivianos redescubrió el valor del grano e impulsó con decisión su estudio científico, el mejoramiento de algunas variedades como la quinua “sajama” y la expansión tanto de los cultivos como del consumo entre los bolivianos.

El banco más grande

En Bolivia se encuentra el banco de germoplasma que guarda 3.120 variedades de quinua, la mayor gama en todo el mundo, además de otras, como la cañahua, de la que se han reunido 770 accesiones, y el amaranto, con 51 variedades, que están cuidadosamente conservadas y custodiadas por la Fundación de Promoción e Investigación de Productos Andinos (Proinpa), que trabaja estrechamente con el Sistema Nacional de Recursos Genéticos para la Agricultura y la Alimentación, dependiente del Ministerio de Agricultura.

El banco de germoplasma de granos alto andinos tendrá, en un tiempo más, un edifico propio en la comunidad de Quipaquipani, situada a unos 20 kilómetros de Viacha, donde también se encuentran cultivos experimentales, que tienen el objetivo de lograr nuevas variedades en función de las necesidades de los agricultores.

Otras parcelas se destinan a “refrescar” las semillas del banco y en otros campos se trabaja con los comunarios, con quienes los agrónomos intercambian experiencias y consideran las ventajas de determinados granos para su comercialización o mejor uso culinario, dice el ingeniero Raúl Saravia, responsable técnico de las parcelas.

La estación experimental ampliará su trabajo de registro de la huella genética de cada una de las variedades que tiene el Banco y servirá fundamentalmente para proteger el germoplasma boliviano de la quinua de la voracidad de algunas empresas extranjeras que, en el pasado, intentaron vanamente patentar la quinua como suya.

Entre las tres mil variedades de quinua, se trabaja con unas 15 accesiones que han logrado la preferencia de los agricultores y de los consumidores por su sabor más suave y contenido menor de saponina.

Los cultivos se han extendido hasta 35.700 hectáreas, principalmente en el altiplano norte, central y sur, y la producción alcanza a un promedio de 23.200 toneladas métricas, de las que un 65% es para el autoconsumo y el 35 %se destina al mercado boliviano. Los productores de quinua exportaron 2.800 toneladas por un valor de más de tres millones de dólares a Europa y Estados Unidos, según datos de José Luis Soto, responsable del área de Socioeconomía y Género de Proinpa.

Un cultivo estratégico

Las culturas prehispánicas demostraron que la quinua era un cultivo muy importante para sus pobladores.

En este tiempo puede considerarse como estratégico en la política de seguridad alimentaria.

La cosecha es muy cuidadosa para evitar cuerpos extraños en la quinua.

Es un grano que satisface todos los requerimientos en cuanto a nutrición. Tiene proteínas, grasas, carbohidratos y minerales, y otros aminoácidos como la lisina, isoleucina, treonina, triptofano y valina, cuyo balance aumenta la calidad de la proteína, de acuerdo a las investigaciones realizadas por universidades latinoamericanas y un comité de expertos de la FAO en el año 1973.

La quinua es, en zonas salinas del sur boliviano, el único cultivo y está entre los principales en otras regiones del inmenso altiplano boliviano, cuyos pobladores, a la vez productores, están considerados entre los más pobres del país. Según las cifras de la fundación Proinpa - Regional Altiplano, al menos unas 40.000 familias tienen cultivos de quinua.

El arco iris altiplánico

En la época de maduración, los cultivos de quinua pintan el altiplano de hermosos colores, bajo un cielo azul o de plomo oscuro con amenazantes nubes de lluvia. Las panojas, como se llama a la floración aglomerada de la quinua, adquieren matices amarillos, dorados, rojos intensos casi llegando al negro, rosados suaves, malvas, lilas y verdes intensos. Y agitadas por el viento, pareciera que forman coloridas olas sin más orilla que el fin de la parcela.

Las parcelas comunitarias logran variedades de interés para el agricultor.

La quinua es una planta de la que se aprovecha todo. Los tallos rojos o amarillos tienen mucha fibra y, como el grano, son buenos para los animales: ganan peso y producen más leche.

Las hojas tiernas de la planta permiten preparar sopas y ensaladas y, tras sacar el grano de las panojas, la cascarilla que envuelve a cada quinua se la quema y, con ella, se elabora la “pasa” o lejía, utilizada en la masticación de coca.

Es conocido el alto poder nutritivo y el contenido de proteínas vegetales que tiene el grano, generalmente color crema, aunque se encuentra en otros matices como el café, el negro, blanco, rojo, amarillo y la “mixtura”, porque en una panoja se pueden encontrar varios colores.

El tamaño es grande, mediano y pequeño.

El trabajo concertado de instituciones bolivianas y extranjeras ha permitido que en los últimos años se lancen nuevas variedades comerciales de quinua.

La última de ellas es la “kurmi”, llamada así por la montaña del mismo nombre en el área de cultivo, que no tuvo un lanzamiento internacional debido a los bloqueos de marzo.

Es una variedad dulce, no tiene saponina, de grano grande con el que puede hacerse sopas, repostería, hojuelas y jugos con frutas.

Esta variedad fue creada especialmente para los cultivos del altiplano norte y central. Una más o menos similar, la “k'osuña”, es apta para las tierras y condiciones del altiplano sur.

Ambas plantas tienen panojas púrpuras hasta la floración y, luego, el color cambia a anaranjado o rosado y termina en amarillo dorado en su madurez.

La quinua “jacha grano”, lanzada en junio del 2003, ha mostrado su resistencia a algunas de las plagas más frecuentes y su fácil adaptación a las tierras de cultivo, pero, principalmente su rendimiento, un gran atractivo para su comercialización, de más de una tonelada por hectárea.

La “chucapaka” es una variedad que tolera bien el frío y se adapta a todo tipo de suelo. “Los campesinos dicen que esta quinua no escoge el suelo”, destaca el ingeniero Saravia. Su rendimiento es también mayor al promedio de otras variedades, de 800 kilos por hectárea, pues se cosecha más de 1.200 kilos. Los productores la prefieren por su grano mediano y porque las sopas y la ph'isara salen muy bien.

La luz de los colores

La quinua, con su impresionante colorido, suele convertirse en luz para los quechuas y aymaras, pues les indica sencillamente cuáles serán las condiciones del tiempo para el año agrícola y, asimismo, qué le depara el futuro a la familia.

El grano es también muy valioso en el uso medicinal, tanto como en el alimenticio.

El grano de dos colores, verde y rojo, conocido como “mixtura”, suele utilizarse en fiestas religiosas y en las mesas de ofrenda, explica Alejandro Bonifacio, ingeniero agrónomo que lleva 22 años dedicado a la investigación de la quinua y a su cultivo en el altiplano.

Las gamas de colores resaltan en el altiplano de Viacha, donde está Proinpa.

El pronóstico de la actividad agrícola para un próximo año se denomina Yapu, mientras que se llama “urqu urqu” a la costumbre de adivinar la suerte que tendrá la familia y se efectúa coincidiendo con la fiesta de Corpus Christi. Soto dice que para esa fecha la familia confecciona galletas, o k'ispiñas, con figuras de animales. El cabeza de familia se coloca de espaldas a la vivienda y lanza hacia atrás y al techo las galletas. Si amanecen húmedas, con rocío, el año será bueno. Si alguna se rompe significa que puede haber enfermedades con riesgo de muerte entre alguno de los familiares.

El grano de quinua tiene diversas formas de uso para combatir las afecciones hepáticas, las anginas y la cistitis.

Es un analgésico dental y tiene la cualidad de ser antiinflamatorio y cicatrizante. Puede que por ello se aplican emplastos de quinua negra, combinada con algunas otras plantas, para curar las fracturas de huesos.

Donde mayor placer produce es, sin duda, en la boca. La gama abarca desde lo salado hasta lo dulce. Además de sopas de quinua, las laguas o cremas, la ph'isara —el grano retostado y hervido como el arroz—, puede degustarse con carnes asadas, con azúcar y canela molida.

Muy pocas plantas alimenticias ofrecen tan diversos sabores y son útiles desde el tallo hasta el fruto. Pocas pintan de colores el altiplano como la quinua, el grano de oro.

Fuente: Diario Digital La Razón
URL: http://ea.gmcsa.net/2005/04-Abril/20050408/Rev_escape/Abril/esc050403a.html
Copyright:revista.serindigena.cl


Nota: La Quinua Real es un producto natural de Bolivia, tiene como nombre científico CHENOPODIUMQUINOAWILLD, planta cultivada en el altiplano boliviano desde la época de los Incas, es de tipo quinopodíacea pseudo cereal, que produce una semilla comestible pequeña de 2.63 mm. De diámetro, grano redondo semiaplanado de color blanco amarillento.

martes, 2 de septiembre de 2008

EL QUIRQUINCHO




Cuentan que hace mucho pero mucho tiempo, el quirquincho, antes de ser un animalito era un indio telero.

Era tejedor, pero casi nunca tejía, porque era muy perezoso.

Preparaba el telar lentamente y con desgano; colocaba los hilos de lana y empezaba...

Pero enseguida dejaba el trabajo: y decidía seguir al día siguiente.

Pasaban los días y entonces se acordaba de continuar con su tejido.

Se sentaba frente al telar, pasaba un hilo entre los hilos de la urdimbre y se ponía a descansar.

Al rato pasaba otro hilo y... se quedaba medio dormido...

Y así siempre; ¡qué perezoso!

Pasaba un hilo y descansaba diez... ¡Lástima!, prolijo es..., ¡pero tan haragán! decía la gente del lugar.

Llegó el invierno; los primeros vientos y heladas anunciaban que iba a ser muy frío.

Todos se preparaban para protegerse y fue entonces cuando el protagonista de esta historia se dio cuenta que no tenía nada de abrigo para ponerse.

¡¡Qué frío! Y yo sin ningún poncho para abrigarme... dijo-.

Voy a tener que tejerme uno... ¡qué le vamos a hacer!

Eso significaba que tendría que estar varios días frente al telar, teje que te teje, y ya de sólo pensarlo empezaba a sentirse cansado. Pero armó la urdimbre, preparó los lizos y el peine, eligió la lana, y empezó la tarea.

Al principio todo iba bien, muy bien: una pasada, otra pasada, apretar los hilos; una pasada, otra pasada, otra y otra más.

Cuando había hecho ya una franja se puso a contemplarlo. ¡Qué lindo iba eso!

La trama había quedado parejita, apretada. Era en realidad un tejido tan perfecto que él mismo se asombraba al verlo.

Entonces pensó en descansar un ratito. Y se quedó dormido.

Al poco tiempo despertó: ¡qué frío hacía!

No tenía más remedio que seguir tejiendo... Una pasada, otra pasada. Una pasada, una más y otra, y otra...

No había alcanzado a hacer otra franja cuando ¡seguro!: ya estaba cansado.

Pero el frío era cada vez más intenso, así que no había tiempo para descansar.

Tengo que terminarlo, o me voy a congelar!

Con gran desaliento miró todo lo que le faltaba por hacer. ¡No termino más!, ¡y hace frío!

Así fue que decidió continuar, pero como quería terminar pronto empezó a hacer la trama del tejido muy floja.

De esta manera le rendía más el trabajo. Una pasada, una descansada; una pasada, una descansada...

¡Y todavía le faltaban muchas franjas para terminar el poncho!

Entonces tomó hilos mucho más gruesos que los que estaba utilizando y menos retorcidos y siguió con su tarea.

Claro que de esa manera la trama quedaba cada vez más abierta.

Si sigo así no me va a abrigar nada, se dijo.

Y haciendo un gran esfuerzo de voluntad continuó el tejido cada vez más y más apretado hasta terminar el poncho con franjas parejitas y con la misma prolijidad con que comenzó.

¡Y al fin terminó y se puso el poncho que tanto trabajo le había dado!

Todo el tiempo que se pasó haciendo el poncho estuvo el dios de esas regiones observándolo.

Y desde arriba movía la cabeza, de izquierda a derecha, de derecha a izquierda:

¡Malo!, pensó, no tiene condiciones para ser hombre. Con tan poca voluntad para el trabajo, el pobre se va a morir de hambre. Lo voy a transformar en animalito, así podrá arreglárselas mejor.

Y así: lo convirtió en quirquincho. Su poncho se hizo caparazón para protegerlo de las inclemencias del tiempo.

Un caparazón que tiene en los extremos las placas apretaditas y en el centro grandes y separadas.

Como la trama del tejido de su famoso poncho.

Leyenda adaptada de la versión extraída de Garrido de Rodriguez, Nelli:
Leyendas Argentinas. Editorial Plus Ultra. Bs. As, 1985

lunes, 1 de septiembre de 2008

LOS PÉTALOS DE LA RODOCROSITA



Tras largos días y noches de andar, el chasqui alcanzó el último tramo del camino que conducía a la morada del rey inca.

Llevaba una singular ofrenda destinada al gobernante: tres gotas de sangre petrificadas, el precioso hallazgo fue recibido con mucha emotividad.

En el lago Titicaca, en tiempos pasados, se había construido el templo de las acllas: las vírgenes sacerdotisas del Inti.

En ese sitio se encontraban anualmente el sol y la luna para fecundar los sembrados y asistir a la sagrada elección de quien heredaría la responsabilidad de perpetuar la sangre inca.

Un día el invencible guerrero Tupac Canquí se atrevió a ingresar al sagrado templo, desafiando la tradición incaica.

Desde el momento en que descubrió a la bella ñusta aclla, nació su amor por ella.

La sacerdotisa le correspondió, consciente de ignorar las restricciones del Tawantinsuyo para las elegidas.

Juntos, escaparon hacia el sur, buscando proteger el vientre de la aclla lleno de vida.

El poder imperial bramó y destinó infortunados grupos armados a castigar a los culpables de la transgresión.

Tupac Canquí y la ñusta aclla se instalaron cerca del salar de Pipando, donde tuvieron muchos hijos descendientes de los aymarás, que fundaron el pueblo diaguita.

Sin embargo, jamás lograron deshacerse del hechizo de los shamanes incas.

Ella falleció y su cuerpo fue sepultado en la alta cumbre de la montaña, él murió poco tiempo después, ahogado en su triste soledad.

Una tarde, el chasqui andalgalá descubrió la tumba de la ñusta aclla impresionado por ver cómo florecía, en pétalos de sangre, la piedra que la cubría.


Rápidamente salió del estupor y arrancó una de las rosas para ofrendar al rey inca.

El jefe del imperio, aceptando con emoción la flor de la rodocrosita, perdonó a aquellos antiguos amantes furtivos.

En adelante, las princesas de Tiahuanaco lucieron con orgullo trozos de la piedra rosa del inca, símbolo de paz, perdón y amor profundo.


Leyenda diaguita, ocuparon los territorios de las actuales provincias de Catamarca, La Rioja, Santiago del Estero y Tucumán de la República Argentina.

domingo, 31 de agosto de 2008

PUENTE CARRETERO

Foto Diario Quimilí, Santiago del Estero


EL PUENTE CARRETERO

Fue nominado “Hipólito Yrigoyen” y es Monumento Histórico Nacional.

El 12 de Febrero de 1927, se concretaba la inauguración del puente “Hipólito Irigoyen”, o más conocido como “El Carretero”, que comunicó de esta manera automovilística y ferroviariamente a las ciudades Capital y La Banda.

En agosto de 1924, ante la expectativa de la población, se iniciaron los movimientos y desplazamientos de grandes volúmenes de arena en el cauce totalmente seco, en plena estación invernal, luego se continuó con la horadación del suelo en los sitios donde se alojarían los pilares sustentadores de la colosal estructura metálica.

Esta monumental e imponente obra, a pesar del tiempo transcurrido, posiblemente esté en los puestos de vanguardia, en el continente americano, por sus características.

En 1922 Don Hipólito Yrigoyen, luego de una audiencia concedida al Dr Manuel Cáceres, Gob de Santiago del Estero, firmó un decreto facultando a la Dirección de Ferrocarriles para concretar este proyecto, que posteriormente estuvo a cargo del Ing Pedro Mendiondo y se llamó a licitación internacional por un momento de 8 millones de pesos.

* Características:


Los elementos o piezas para armar, esta especie de gigantesco mecano, fueron fabricadas en la ciudad de Rhur, Rep de Alemania y se emplearon alrededor de 6.400 Tn de acero.

El montaje se le confió a la empresa Müller-Binda, era suspendido en los meses de verano por la problemática que originaba las crecientes indomables del río y se continuaba en el otoño, al cesar las lluvias en la cuenca Salí - Dulce. Cada tramo, 12 en total tiene una altura de 14 m en su parte central y 10 m en los pórticos de los extremos que queda reducido a 8,50 metros por la presencia de arriostramientos.

Su ancho exterior es de 11, 42 m, mientras que el interior útil es de 10 m que se distribuyen: 3,50 m para las vías y espacio ferroviario, 6 m la vía automovilística, ambas separadas por un cordón de 30 cm, sobre el que originariamente se encontraba un alambrado, actualmente un guarda raid.

La longitud de cada tramo es de 70 m, por lo que los 12 le confieren al puente un total de 840 m de largo. Estos se apoyan sobre pilares de cemento que se profundizan hasta unos 16 m, están anclados en uno de sus extremos, mientras que los otros asientan sobre rodillos de 30 cm de diámetro fabricados de acero cementado.

Este apoyo, facilita la absorción de las vibraciones originadas por el desplazamiento de trenes y automotores y por otra parte la dilatación motivadas por la temperatura ambiente. Se estima además, que se emplearon aproximadamente 2.500.000 roblones (remaches).

* Tradicional:


Con el correr del tiempo esta vía de comunicación cotidiana se transformó en un elemento propio del pueblo, por ello la estructura motivó la inspiración de chacareras que son cantadas en todo el país, e indudablemente hacen que los turistas sientan la necesidad de conocer el famoso “Puente Carretero”.